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Atención: aparece primera pista de identidades de los tres masacrados en La Guajira

EL TIEMPO estableció qué era lo que estaban negociando y de dónde habrían llegado.

Desde Barranquilla llegó un Grupo Interdisciplinario de Criminalística de la Región de Policía No. 8. Foto: Cortesía

23.05.2023 13:39 Actualizado: 23.05.2023 13:46

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La masacre de cuatro niños indígenas en Putumayo, a manos de las llamadas disidencias de 'Iván Mordisco', dejó en un segundo plano otro crimen múltiple ejecutado a 1.258 kilómetros: en La Guajira.

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La tarde de este domingo 21 de mayo autoridades encontraron cuatro costales con restos humanos en estado de descomposición sobre el Jarillón del río Tapias, en jurisdicción del corregimiento de Pelechúa, zona rural del Distrito de Riohacha. Por las altas temperaturas, y posibles signos de tortura, fue imposible su identificación. Sin embargo, EL TIEMPO conoció en exclusiva una primera pista sobre las identidades de las víctimas que siguen las autoridades.

El terrible hallazgo se registró en la tarde del domingo 21 de mayo. Foto:Cortesía Policía

Este diario estableció que la Fiscalía y Medicina Legal aron a tres familias en un departamento vecino porque creen saber quiénes son las víctimas.

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"Nos llamaron esta mañana (martes 23 de mayo) para pedirnos que nos acercáramos a una sede de Medicina Legal para dejar una muestra de ADN", le confirmó a EL TIEMPO un allegado de una de las posibles víctimas.

El cuerpo del occiso fue trasladado a Medicina Legal. Foto:Vanexa Romero - EL TIEMPO

Este diario estableció en primicia que las autoridades creen que se trata de los tres sucreños, que desde el pasado 29 de abril están desaparecidos.

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Uno de ellos es el ganadero Jaime Monroy, quien estaría negociando un particular producto apetecido en mercados asiáticos.

¿Qué estaba comercializando?

Las otras personas que se encuentran desaparecidas son el conductor Carmelo Badel Gómez y Julio Ordóñez (el enlace del negocio).

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Estas personas se movilizaban en un carro marca Renault Kwid color marfil de placas HSL 960 de Corozal, con destino hacia Barranquilla, lugar donde inicialmente se haría el negocio.

Carmelo Badel Gómez, Julio Miguel Ordóñez Ávila y Jaime Antonio Monrroy Chamorro. Foto:Suministrada

El trato comercial que se concretaría, según dijeron a EL TIEMPO allegados a los desaparecidos, estaba relacionado con cálculos biliares bovinos.

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Este material mineral es apetecido en mercados de países de Asia.

"El kilogramo de este producto podría costar 90 millones de pesos. Se sabe que es utilizado para la fabricación de medicamentos relacionados con tratamientos hepáticos e incluso para elementos tecnológicos", contó uno de los parientes.

En el mercado internacional a estos cálculos se les conoce como el "oro bovino" y puede ser encontrado, según expertos, en uno o dos de 100 reses sacrificadas.

Cambio de rumbo

El hermano de uno de los desaparecidos, Ricardo Badel Gómez, le dijo a EL TIEMPO que su pariente estaba movilizando a Monroy para la capital del Atlántico, quien iba a concretar el negocio, pero durante el camino se desviaron para Santa Marta.

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"A mi hermano le dijeron que si quería ganarse un dinero movilizando un señor que iba a sellar un trato comercial. Él dijo que sí y se fue, pero cuando iban llegando a Atlántico, Julio Ordóñez los llamó para decirles que se reunirían en Santa Marta y ellos se fueron para allá", contó Badel Gómez.

Estando en la capital de Magdalena, Ordóñez les dijo que debían movilizarse hacia la zona de Buritaca.

(Consulte acá todos los artículos de la Unidad Investigativa de EL TIEMPO)

"Lo último que sabemos es que Ordóñez llamó a su esposa al llegar a Buritaca, le mandó una foto y la ubicación, porque las personas con las que harían el negocio no les daba confianza", dijo Badel Gómez, quien añadió que desde ese mismo 29 de abril no supieron más de las tres personas.

Con las pruebas de ADN se espera que se establezca la identidad de los cadáveres para ver si son compatibles con la de los desaparecidos o si hay que seguir con la búsqueda.

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