Los calamares gigantes sí existen; esto a contrario de muchas personas que mantienen su escepticismo, puesto que este animal está ligado a las leyendas contadas por numerosos navegantes, quienes relataban que, en algún lugar dentro del océano, habitaban pulpos gigantes capaces de hundir embarcaciones enteras.
Más grande que una ballena y más fuerte que un elefante
La existencia de estos calamares se comprobó en el año 2005, luego que una expedición de la Oficina de Exploración e Investigación de la Oficina Nacional de istración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos tomó una fotografía de un espécimen en aguas estadounidenses.
Esto inspiró al periodista David Grann a escribir un artículo en ‘The New Yorker’, en el cual describió al calamar gigante como un animal “más grande que una ballena y más fuerte que un elefante, con un pico que puede cortar los cables de acero”.
El portal de la revista ‘Live Science’ asegura que el calamar gigante (Architeuthis dux) tiene los ojos de un tamaño comparable al de un balón de baloncesto profesional y tentáculos que pueden medir hasta 10 metros de longitud. Estos, al igual que los pulpos, las sepias y los nautilos, pertenecen a la familia de los cefalópodos.
No obstante, poco se sabe sus hábitos de alimentación, sus rituales de apareamiento, cuántos ejemplares existen en el mundo, donde ponen sus huevos o sus procesos de migración; solo se estima que existen millones de estos bajo el mar.
¿Por qué son tan legendarios?
Los avistamientos de estos animales en la antigüedad son, probablemente, el origen de la leyenda del Kraken, bestia de la mitología nórdica que era bastante temida por su capacidad de hundir barcos enteros.
Dichos relatos narran que eran pulpos que podían tener el tamaño de varias islas pequeñas y que se camuflaban como tales con el objetivo de atraer a los marineros para, posteriormente, llevar sus barcos a las profundidades del mar. Así mismo, es una especie que ha llamado la atención de los biólogos marinos, debido a su extraña naturaleza.
Características conocidas
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) determinó que los calamares gigantes se pueden hallar de forma más frecuente en el océano Atlántico Norte y en el Pacífico Norte, así como en los mares contiguos a Sudáfrica y Nueva Zelanda.
El récord del calamar gigante más grande jamás registrado lo tiene uno que medía hasta 13 metros de largo (tentáculos incluidos). Sin embargo, varios científicos estiman que pueden medir hasta 20 metros de largo, basados en el tamaño de los picos de estos animales encontrados en los estómagos de los cachalotes, uno de sus principales depredadores, según el Museo Nacional Smithsoniano de Historia Natural.
También se presume que, como en otras especies de calamares, en esta se presenta el hecho de que las hembras sean más grandes que los machos.
Según el Museo de Historia Natural de Estados Unidos, los calamares gigantes tienen un total de ocho brazos y dos tentáculos con ventosas puntiagudas con el objetivo de facilitar la caza y poder digerir a sus presas a través de sus picos.
Los picos, o conocidos como la boca de los calamares, están hechos de quitina dura, material del que están hechos los caparazones de los camarones, las langostas y los exoesqueletos de muchos insectos. Así mismo, tienen bordes muy afilados que permiten cortar sus presas en trozos y así digerirlas mucho más fácil.
De acuerdo con la Universidad de Michigan, su dieta se basa en especies de calamares más pequeñas, así como en peces; principalmente el granadero azul, un pez de aguas profundas que tiene forma de torpedo.
También es sabido que los calamares gigantes son presa de los cachalotes. No obstante, se ha podido comprobar que estos tienden a oponer resistencia a sus depredadores, pues es común encontrar cachalotes con cicatrices en forma de ventosas justo después de ir de cacería.
Se conoce que las crías de estos calamares se alimentan a profundidades estimadas de 200 metros de profundidad antes de descender aún más durante su proceso de maduración, según el Museo de Historia Natural de Delaware.
La extrañeza de los calamares gigantes los ha salvado de ser catalogados como una especie por fuera del peligro de extinción, debido principalmente al alto grado geográfico que tiene la especie. Además por el hecho de ser una especie que vive en enormes profundidades, lo que hace que el o con el ser humano sea casi mínimo.
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JUAN MARTÍN MURILLO HERRERA
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