En un mundo empresarial cada vez más globalizado y cambiante, el liderazgo está experimentando una transformación profunda. En este contexto, la Universidad de los Andes, a través de su programa de alta dirección en gestión y liderazgo estratégico, busca responder a las nuevas demandas de los líderes ejecutivos, quienes no solo deben ser expertos en gestión, sino también en el autoconocimiento y la inteligencia emocional.
En una reciente entrevista, el profesor Jesús Antonio Muñoz, cofundador del programa, discutió cómo el liderazgo ha evolucionado para centrarse en el ser humano y la conciencia, adaptándose a los nuevos desafíos del siglo XXI.
El liderazgo ha pasado de ser una habilidad centrada exclusivamente en la gestión de tareas y procesos, a convertirse en una competencia más amplia que integra el bienestar, la empatía y la transformación personal.
Según el profesor Muñoz, uno de los grandes cambios es la transición de los antiguos modelos de liderazgo, donde el director era el poseedor absoluto del conocimiento, hacia un enfoque más colaborativo, donde los líderes deben gestionar a otros líderes.
"Hoy, el reto de quien dirige un equipo no es liderar seguidores, sino liderar líderes", afirmó el profesor, destacando la importancia de desarrollar habilidades que no solo estén relacionadas con la eficiencia operativa, sino también con la capacidad de generar un impacto positivo en los colaboradores.
En su programa de liderazgo estratégico, la Universidad de los Andes ha incorporado enfoques de autoconocimiento, inteligencia emocional y gestión del bienestar. Esta formación se basa en tres pilares fundamentales: la neurología, la filosofía sistémica y la psicología humanista, brindando a los ejecutivos herramientas para comprender mejor tanto sus propios procesos internos como los de sus equipos.
El programa, que cumple 27 años de existencia, surgió en respuesta a la necesidad de un cambio en la formación de líderes. Muñoz relató que, en sus inicios, se cuestionaron si realmente se estaba formando a los líderes adecuados o si simplemente se les estaba proporcionando entrenamiento y conocimientos técnicos.
Así, la facultad de istración comenzó a integrar el concepto de "liderazgo desde el ser", que se enfoca en desarrollar una conciencia profunda de uno mismo, lo que, a su vez, facilita el desarrollo de competencias de liderazgo efectivas y humanas.
El impacto de este enfoque se refleja en los resultados. Según investigaciones realizadas con los egresados del programa, el 100% de los participantes lo califica con la máxima puntuación, destacando el valor de una formación integral que va más allá de las habilidades técnicas. "Si no hay transformación en el ser, no es posible realizar una transformación en el hacer", resaltó Muñoz.
El profesor también mencionó la importancia de integrar habilidades esenciales como la capacidad de pensar críticamente, trabajar en equipo y utilizar inteligentemente la tecnología. Estos son solo algunos de los elementos que hoy se consideran fundamentales para liderar con éxito en un mundo que está en constante cambio.
Finalmente, Muñoz hizo hincapié en la necesidad de generar una cultura organizacional que promueva el bienestar y el desarrollo humano. En su opinión, la sostenibilidad, la diversidad y la adaptabilidad son aspectos clave para el futuro de las empresas, y los líderes deben ser capaces de integrar estos valores en la estrategia de sus organizaciones.