Los estudiantes de carreras de licenciatura y ciencias de la educación, es decir, quienes se están formando para ser profesores, son quienes obtienen los resultados más bajos en las pruebas Saber Pro, que evalúan a los estudiantes de últimos semestres de universidad.
Así lo demuestran los últimos resultados publicados por el Icfes, que corresponden al examen presentado en el año 2023, los cuales resaltan no solo que están debajo del promedio global, sino que además están por debajo del resto de áreas de conocimiento.
Concretamente, el puntaje global de los estudiantes de licenciaturas fue de 140 puntos sobre 300 posibles. Esto está debajo del promedio nacional, que se ubicó, por tercer año consecutivo, en los 145 puntos.
De esta forma, quedaron por debajo de los estudiantes de las otras grandes siete áreas de conocimiento:
- Matemáticas y ciencias naturales (163);
- Ciencias de la salud (152);
- Bellas artes (151);
- Ingeniería, arquitectura y urbanismo (151);
- Ciencias sociales y humanas (145);
- Agronomía, veterinaria y afines (145);
- Economía, istración, contaduría y afines (141);
- Ciencias de la educación (140).
Ahora bien, los resultados agregados de las pruebas Saber Pro también permiten analizar más en detalle el rendimiento de las licenciaturas comparado con el resto de programas académicos.
Al discriminar por Núcleo Básico de Conocimiento, las pruebas identifican 56 carreras en las cuales agrupa todos los programas académicos del país. Al analizar estos datos, se encuentra que las licenciaturas están en el puesto 47, o en otras palabras, en el top 10 de las carreras con peor desempeño.
Su promedio de 140 contrasta por ejemplo con los resultados de los programas con mejores resultados: Física (174); Lenguas modernas, literatura, lingüística y afines (171); Ciencias políticas y relaciones internacionales (171), Geología y otros programas de ciencias naturales (170); y Matemáticas, estadística y afines (168).
Ahora bien, las pruebas Saber Pro evalúan cinco competencias (razonamiento cuantitativo, competencias ciudadanas, lectura crítica, comunicación escrita e inglés) y tres competencias específicas, que en el caso de licenciaturas son evaluar, formar y enseñar. Todas ellas las clasifica en cuatro niveles de desempeño, que van del 1 al 4, siendo 1 el más bajo y 4 el más alto.
En competencias básicas, los resultados de los estudiantes de licenciatura están por debajo del promedio nacional, siendo los más preocupantes razonamiento cuantitativo y competencias ciudadanas, en las que el porcentaje de personas que apenas alcanzó el nivel 1 fue del 44 y 42 por ciento respectivamente, y apenas el 1 y 2 por ciento lograron el nivel 4.
Sin embargo, en los aspectos positivos destaca que en las competencias específicas que tiene que ver directamente con la carrera de licenciatura, los resultados mejoran, donde hay una distribución más pareja en todos los niveles de desempeño, destacando Evaluar, donde el 14 por ciento alcanzó el nivel más alto y apenas el 19 por ciento el más bajo.
¿Cómo esto afecta la calidad de la educación?
No es la primera vez que las licenciaturas están en los niveles más bajos de las pruebas Saber Pro, de hecho esto ha sucedido al menos en los últimos 5 años.
Un informe elaborado hace tres años por el Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana ya advertía este problema y analizó las posibles causas.
De acuerdo con Gloria Bernal, directora del laboratorio, este problema vendría desde el ingreso a la educación superior. “Es parte de la realidad del país que quienes están ingresando actualmente a programas de licenciatura tienen en promedio menor desempeño académico comparado con quienes ingresan a otros programas”, aseguró.
Concretamente, el LEE logró relacionar los resultados de las pruebas Saber Pro del 73 por ciento de las personas que las presentaron en el 2019 con sus previos resultados de las pruebas Saber 11, cuando aún estaban en el colegio.
Con esto se encontró que quienes entraron a estudiar licenciaturas presentaron el desempeño menos sobresaliente en su etapa previa a ingresar a la universidad. A manera de ejemplo, en la competencia de matemáticas, el 55 por ciento tuvo calificaciones bajas o muy bajas. En lenguaje este número fue del 52 por ciento. Esto contrasta con carreras como ingenierías o ciencias naturales, las cuales obtuvieron los mejores puntajes.
En otras palabras, los resultados demuestran que las carreras como matemáticas o ciencias naturales reciben a los bachilleres de mejor desempeño, mientras que para ser futuros profesores se matriculan aquellos con los niveles más bajos.
Todo esto, dicen analistas consultados por EL TIEMPO, repercute en la calidad de la educación que reciben los niños, niñas y adolescentes desde el colegio. Así lo cree el experto en educación Ricardo Rodríguez: “Lo que ocurre con las pruebas Saber Pro nos muestra dos cosas: primero, que los mejores estudiantes no son los que se forman como docentes. Segundo, y más preocupante, que podría haber una baja calidad en la formación de los profesionales de la educación. El impacto resultante en el sector sería gravísimo, porque se crea un círculo vicioso en el que los profesores no son los mejor calificados y sus alumnos arrastran con ello”, aseguró.
Para Bernal, se trata de un problema conjunto en el que no solo influye el desempeño académico de los docentes sino también su formación, las políticas públicas, recursos, estándares e incentivos:
“Parte del éxito educativo de otros países son los altos estándares que tienen para elegir a sus docentes (además de los altos recursos que destinan para formarlos). La esencia del éxito debe ser implementar incentivos para que muchos de los mejores bachilleres opten cada vez más por carreras que forman a los docentes, y no cada vez menos como está pasando en el país”, señaló.
“Es un hecho ineludible que la mejor formación de profesores, garantiza una mejor educación”, puntualizó Bernal.
MATEO CHACÓN ORDUZ
Subeditor Vida - Educación