Se quedan sin bosque: la difícil situación de los primates en Colombia

La deforestación está dejando sin hogar las 38 especies de primates que hay en Colombia y especialmente a las 10 endémicas que existen. Es lo que evidenció el primer Atlas de la biodiversidad de Colombia:primates, presentado la semana pasada por la Asociación Primatológica Colombiana (APC) y el Instituto Humboldt, un documento de ciencia ciudadana que contiene una radiografía de nuestros parientes más cercanos.

La gran mayoría tienen algún grado de amenaza, y cinco están en peligro de extinción por la pérdida de bosque, la caza y su comercialización ilegal, dice este documento.

Dos de ellas, la marimonda del Chocó, Ateles fusciceps, y el mico bonito de Caquetá, Plecturocebus caquetensis (ver fotografías), viven en las regiones que lideran el ránking de mayor tasa de deforestación anual presentado por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), como el Chocó (11.457 hectáreas devastadas en el 2019) y Caquetá (30.317 hectáreas devastadas en el 2019).

Pero la tala y quema de la selva no solo ocurren en el Pacífico y en el piedemonte amazónico, los primates también han tenido un gran porcentaje de pérdida de bosques en las regiones Caribe y Andina, de ahí que varias de las especies en peligro de extinción, como el tití cabeciblanco, el tití gris y la marimonda del Magdalena (ver fotografías), se encuentren en estas zonas.

Ahora, según el atlas, uno de los sitios con mayor número de especies es el Cauca, dado que este departamento se encuentra entre las zonas Andina, del Chocó y del piedemonte amazónico.

“Algunos de los primates endémicos han perdido entre un 8 y un 68 por ciento de su distribución potencial y natural en el país”, dijo Elkin Noguera-Urbano, coordinador de BioModelos del Instituto Humboldt y coeditor del Atlas de la biodiversidad.

De ahí que evitar la destrucción de los bosques y minimizar la cacería son las principales acciones que pueden ayudar a su conservación. Para las especies que estén en mayor riesgo, además, dice el atlas, es importante monitorear las poblaciones y hacer proyectos de restauración de bosques, generación de corredores biológicos y protección de hábitat en las zonas más importantes para sus poblaciones.

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Uno de los mayores desafíos que tuvieron los investigadores (también participaron ciudadanos) fue la falta de estudios sobre estos mamíferos. “Aunque se ha avanzado mucho en el conocimiento de los primates colombianos, más de la mitad de las especies cuentan con menos de diez estudios publicados. La mayoría se han hecho en temas de ecología y comportamiento en campo”, manifestó Pablo Stevenson, investigador de la Universidad de los Andes y miembro de la APC.

Además, se cree que aún quedan muchas especies por descubrir. Hace poco, investigadores de la Universidad de Caldas confirmaron la presencia de un mono nocturno en el departamento de Nariño que podría corresponder a una nueva especie.

Según el Atlas de la biodiversidad de Colombia: primates, la Ateles hybridus está en peligro crítico. El 50 por ciento de su distribución está en zonas en donde la huella humana ha tenido un impacto medio y alto. Mientras que el 20,25 por ciento del rango de su distribución está en áreas con títulos mineros

La Ateles fusciceps se ubica en toda la región Pacífica del país. Está en peligro crítico, en gran medida por la pérdida de su hábitat. Sin embargo, casi toda su distribución está en zonas donde el impacto de la huella humana no ha sido tan alto, según el atlas. El 8,53 por ciento del rango de su distribución está en áreas con títulos mineros.

El Saguinus oedipus habita en los bosques del Urabá, en la cuenca baja de los ríos Atrato, Cauca y Magdalena. Está en peligro crítico, y –según el atlas– el 60 por ciento de su distribución está en zonas en donde el impacto de la huella humana ha sido medio y alto. El 2,43 por ciento del rango de su distribución está en áreas con títulos mineros

La zona de distribución del Plecturocebus caquetensis es limitada. Aunque, según el atlas, no habita en áreas con títulos mineros, se halla en peligro crítico, pues toda su distribución está en zonas en donde el impacto de la huella humana ha sido medio y alto.

REDACCIÓN MEDIOAMBIENTE