Colombia es conocida como el paraíso de las
aves:
hay 2.000 especies, lo cual supone que más del 20 por ciento del total global están aquí; 79 son endémicas, es decir, solo existen en este país. Con la salida de las extintas Farc de algunos de los territorios que concentran la mayor cantidad de estas aves, por primera vez, turistas empezaron a llegar masivamente a apreciar su belleza. A esta aventura se la conoce como
aviturismo, y tiene gran potencial como economía sostenible.
Sin embargo, según un reciente estudio publicado en la revista Biological Conservation, algunas de estas aves, importantes para el aviturismo, están perdiendo gran parte de su hábitat por la
deforestación pasada y futura.
Por ejemplo, de las aves más atractivas para el aviturismo se encuentra en nuestro territorio la tángara multicolor (Chlorochrysa nitidissima), pero está perdiendo gran parte de hábitat natural: hasta el 2015 perdió alrededor de 60 por ciento; y está proyectado que pierda el 75 por ciento para el 2040.
De acuerdo con uno de los científicos que hicieron el estudio, el colombiano Pablo José Negret, primero identificaron las 550 especies de aves que están en Colombia y que dependen del bosque para vivir. Luego determinaron cuál ha sido el impacto de la deforestación histórica (hasta 2015) y la proyectada a 2040 sobre estas especies de aves. Así lograron, según Negret, tener una radiografía de lo que les está ocurriendo a todas las aves que dependen del bosque.
“Lo que hallamos con el equipo de la Universidad de Queensland, en Australia, es muy grave. Nadie había hecho un análisis que cogiera cada una de estas especies de aves y determinara cuánto hábitat había perdido de bosque histórico y proyectado a 2040. Esto nos va a ayudar a determinar cuáles especies que no han sido estudiadas deberían empezarse a evaluar”, le dijo Negret a EL TIEMPO.
Los resultados
Según la investigación, de las 550 especies analizadas, al menos 536, es decir, el 96, 5 por ciento, han perdido hábitat, y el 18 por ciento de ellas (99 especies) han perdido al menos la mitad de su territorio.
Además, los científicos alertan de que este último dato aumente hasta el 38 por ciento (209 especies) para el año 2040.
“En este artículo mostramos que las 550 especies de aves están perdiendo más hábitat en el piedemonte amazónico, sobre todo en el Putumayo, es decir, alrededor de 2.300 se han visto afectadas por esa deforestación. Otras partes son el centro de los Andes, cerca de la serranía de San Lucas y una parte del Catatumbo”, explicó Negret.
Para el caso de las aves endémicas, las zonas en donde su hábitat se ha reducido más son la serranía de San Lucas, el páramo de Las Hermosas y la Sierra Nevada de Santa Marta.
Otro de los hallazgos claves de esta investigación es que muchas especies endémicas que no tienen ningún grado de amenaza que categoriza la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), han perdido más del 75 por ciento de su hábitat, cuando, según la UICN, debe ser considerada vulnerable si ha perdido el 20 por ciento de su hábitat.
“Es una alerta para que otros evalúen estas especies que están perdiendo tanto hábitat, para considerar si se debe cambiar su categoría en la UICN”, agregó Negret.
Otro dato clave es que hallaron que, en el caso del Pacífico, la deforestación proyectada se duplica. “Aquí, usando información de una investigación anterior, encontramos que sus áreas protegidas no son tan efectivas contra la deforestación, la minería y los cultivos de coca, especialmente en Tumaco, por eso la importancia de detener la deforestación en el país”, concluyó Negret.
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