Informe pide a los líderes de la COP16 no caracterizar a los bosques exclusivamente como sumideros de carbono

En ese sentido, y en respuesta a los retos de la gobernanza forestal internacional, el informe pide a los responsables políticos que estarán presentes en la Cumbre de Biodiversidad (COP16) que se realizará este año y en general a los líderes del mundo, que valoren los bosques como algo más que sumideros de carbono, den prioridad a las inversiones a largo plazo basadas en el mercado y garanticen un futuro justo y sostenible para las comunidades que dependen de ellos. Es decir, no ver a los bosques solo como un ecosistema que sirve para vender bonos de carbono, sino como un espacio que ofrece oportunidades para las comunidades locales sin tener que verse afectado por ello.

Según el informe, desarrollado por el Programa de Ciencia y Política (SciPol) de la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (Iufro, por sus siglas en inglés), la gobernanza forestal no debe basarse únicamente en las tasas de deforestación, sino que “la equidad y la justicia deben ocupar un lugar central”. El estudio, titulado ‘Gobernanza forestal internacional: una revisión crítica de las tendencias, los inconvenientes y los nuevos enfoques’, revela que el éxito de la gobernanza forestal internacional en frenar la deforestación sigue siendo limitado y difícil de medir. 

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De acuerdo con los investigadores, que sintetizan en el texto los acontecimientos más destacados en materia de gobernanza forestal internacional desde el año 2010, aunque se han logrado algunos avances en la reducción de las tasas mundiales de deforestación tropical, existe una creciente sensación de crisis por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y el aumento de las desigualdades sociales y económicas.

“A nivel mundial, la tasa de deforestación ha disminuido de unos 13 millones de hectáreas de bosque al año en 2010, a unos 10 millones de hectáreas al año en 2020. Aunque se reconoce este descenso, la crítica dominante a la gobernanza forestal en la literatura científica se refiere a su ineficacia para detener la deforestación. Los bosques son esenciales para muchos bienes y servicios. Sin embargo, la continua referencia a la tasa de deforestación como principal indicador de la eficacia de la gobernanza forestal muestra una conciencia limitada de la diversidad de necesidades y demandas relacionadas con los bosques a nivel mundial. Ni el número de hectáreas ni la tasa de deforestación permiten hacer afirmaciones centradas en los efectos ecológicos, económicos o sociales de la gobernanza forestal”, señala el informe.

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En ese sentido, el documento resalta que la creciente urgencia de la crisis climática ha generado una “mercantilización de los bosques” por su potencial de secuestro de carbono. Esto, dice el informe de Iufro, ha provocado el auge de nuevos mercados para el carbono y la biodiversidad que a menudo se centran en las ganancias económicas a corto plazo por encima de la sostenibilidad y la justicia a largo plazo. El análisis también señala que la financiación alternativa, que incluye mecanismos filantrópicos y comunitarios, ofrece una alternativa justa, pero hasta ahora ha desempeñado un papel limitado.

Por eso, el informe llama a la toma de medidas que permitan enfrentar la problemática de la deforestación sin dejar de lado que los bosques pueden ofrecer bienes y servicios. Es decir, no ver a los bosques solo como sumideros de carbono, sino como ecosistemas que pueden ofrecer cosas a la sociedad sin que para ello deban ser destruidos.

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“Los enfoques de la gobernanza forestal basados en el mercado, como los créditos de carbono forestal y las cadenas de suministro de deforestación cero, se están convirtiendo en una vía cada vez más popular para la gobernanza y la financiación de los bosques, pero lamentablemente, como muestra el informe, corren el riesgo de perpetuar las desigualdades y producir efectos perversos en la gestión forestal sostenible. Los mecanismos no basados en el mercado, como la regulación estatal y las iniciativas comunitarias, ofrecen importantes vías alternativas para una gobernanza forestal justa”, aseguró Constance McDermott, profesora de la Universidad de Oxford y una de las autoras principales del informe.

Por su parte, la investigadora de la Universidad de Friburgo y líder del grupo de autores del informe, Daniela Kleinschmit resaltó que es esencial que los tomadores de decisión vean que hay eficacia en proteger y aprovechar los servicios de los bosques más allá de solo mecanismos como los bonos de carbono. “La medición de la gobernanza forestal se ha relacionado principalmente con la tasa de deforestación como principal indicador. Sin embargo, los bosques proporcionan muchos bienes y servicios esenciales para las personas, por lo que la eficacia de la gobernanza forestal internacional también debería medirse en función de estas necesidades”, dijo Kleinschmit.

EDWIN CAICEDO | REDACTOR MEDIOAMBIENTE
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