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Entrevista
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‘Las próximas pandemias estarán influidas por el cambio climático y generarán riesgos aún mayores que los del covid’: Fundación Rockefeller
La fundación decidió reabrir sus oficinas en América Latina -tras más de 20 años de haberlas cerrado- y escogió a Colombia como su sede para la región.
El presidente de la Fundación Rockefeller, Rajiv Shah. Foto: Fundación Rockefeller
Colombia será la sede de operaciones para América Latina y el Caribe de la Fundación Rockefeller. La organización filantrópica que cuenta con espacios físicos para dirigir sus operaciones en África, Europa, Norteamérica y Asia, había cerrado sus oficinas en la región hace más de veinte años (aunque no había cesado su operaciones), pero recientemente anunció que volverán y que la sede estará ubicada en Bogotá.
El anuncio fue hecho por el presidente de la Fundación, Rajiv Shah, en el marco del encuentro ‘Personas, Naturaleza y Clima en América Latina y el Caribe’, un evento desarrollado en el Centro de Convenciones Ágora que reunió a algunas de las voces más importantes de la política nacional y el ambientalismo global.
Entre los participantes del encuentro estuvieron el expresidente Juan Manuel Santos, quien además de ser fundador de la Fundación Compaz es miembro de la Junta de la Fundación Rockefeller y de la Junta de Wildlife Conservation Society; Sandra Valenzuela, directora ejecutiva de WWF Colombia; Susana Muhamad, ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia; Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá; Alejandro Eder, alcalde de Cali; Christiana Figueres, fundadora de Global Optimism y exsecretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC); y Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF).
La Fundación Rockefeller vuelve a tener oficinas en América Latina, tras más de 20 años de cerrarlas. Estarán ubicadas en Colombia.
Durante el evento, Shav habló con EL TIEMPO, y señaló que esperan ayudar a llevar energía sostenible a 18.000 comunidades del país, usando parte de los mil millones de dólares que se comprometieron a invertir en la lucha contra la triple crisis climática en todo el mundo. El director de la filantropía también destacó el liderazgo latinoamericano y las soluciones desarrolladas en la región como herramientas claves para ayudar a superar las problemáticas ambientales que atraviesa el planeta y enfatizó en que la COP16, la COP30 y el próximo G20 deben centrarse en conseguir recursos para esta lucha global.
¿Por qué decidieron poner nuevamente oficinas en América Latina?
Nuestra misión es luchar contra el cambio climático de una manera que apoye específicamente a las comunidades vulnerables y ayude a garantizar que todos tengan la oportunidad de triunfar en un mundo nuevo. Pensamos que algunos de los mejores ejemplos tanto de carencias como de soluciones están aquí en la región. Los líderes latinoamericanos en el mundo empresarial, en los gobiernos, en la sociedad civil y en las comunidades indígenas son absolutamente fundamentales para que el mundo tenga éxito en esta lucha. Por eso pensamos que debíamos restablecer nuestra presencia en la región.
¿Y por qué se decantaron por establecer las oficinas en Colombia?
Colombia es un lugar inspirador. Tenemos un historial de trabajo aquí en energía, alimentación, seguridad alimentaria, salud y apoyo a las comunidades indígenas. Y pensamos que sería un lugar estupendo para establecer una presencia que luego podría ser regional, lo que nos permitiría actuar en toda la región, abarcando a casi 700 millones de personas.
¿Cómo invertirán, en América Latina, los 1.000 millones de dólares que prometieron destinar en los próximos cinco años para luchar contra la triple crisis climática?
Nuestras mayores inversiones están en la transición energética y en ayudar a los países latinoamericanos a lograr transiciones energéticas que hagan dos cosas: reducir drásticamente las emisiones de carbono de la infraestructura energética existente y ampliar el a las personas que no han tenido suficiente a electricidad estable, renovable y siempre a un precio asequible para hacer crecer sus comunidades y sus economías. En esta región, calculamos que hay unos 120 millones de personas a las que vamos a apoyar. Nuestros socios pueden ayudar a las comunidades con el a energía sostenible de forma que les ayude a mejorar su a los alimentos, que ayude a las pequeñas empresas a crecer y crear oportunidades de empleo, y de forma que reduzca la huella de carbono del sector energético en la región.
Para hacer su anuncio, la Fundación realizó el encuentro ‘Personas, Naturaleza y Clima en América Latina y el Caribe’. Foto:Fundación Rockefeller
En esa labor, ¿cómo se involucra el expresidente Juan Manuel Santos, quien además es miembro de su Junta Directiva?
El presidente Santos es un miembro muy apreciado de nuestro Consejo de istración, y su ejemplo de mantenerse siempre centrado en la lucha contra la pobreza, pero haciéndolo de una manera que comprende la enorme amenaza y el tremendo potencial del cambio climático, ha sido una inspiración para nosotros.
¿Qué le están pidiendo desde la Fundación Rockefeller a los líderes mundiales que vendrán aquí a Colombia a la COP16?
A nuestro juicio, en estos momentos simplemente no existe la financiación para invertir en una transición climática adecuada para las economías latinoamericanas, pero tampoco para las economías de todo el mundo en desarrollo y emergente, como África, el sudeste asiático y similares. Por lo tanto, creemos que la COP16, la COP30 y el próximo G20 deben centrarse en el desarrollo de soluciones financieras que puedan proporcionar decenas de miles de millones, cientos de miles de millones o billones de dólares de inversión pública y privada en la transición climática.
Uno de los temas que se habló durante el encuentro es la relación que hay entre la paz y el cambio climático…
A medida que el clima cambia, vemos ya la inestabilidad y los conflictos que genera. Ha habido oleadas de migraciones climáticas relacionadas con la sequía, la inseguridad alimentaria, la pérdida de ingresos y la degradación de la tierra en toda esta región que exacerba la inestabilidad política en todo el mundo. Sabemos que incluso en Colombia, el proceso de paz y el acuerdo de paz dependen del sector agrícola para poder ser mucho más eficaz. Y la agricultura está amenazada aquí y en cualquier otra parte del mundo por un entorno cada vez más cálido y seco. Y sabemos que las próximas pandemias y enfermedades infecciosas estarán profundamente influidas por el cambio climático y generarán riesgos aún mayores que los que vimos durante el covid, que sin duda también provocó inestabilidad. El cambio climático es una tremenda amenaza para las comunidades vulnerables y para la paz y la estabilidad. Y aquí en Colombia, es una amenaza para el proceso de paz, que depende en gran medida de la aplicación en la agricultura y otros sectores.
El escenario del encuentro ‘Personas, Naturaleza y Clima en América Latina y el Caribe’ fue el Centro de Convenciones Ágora de Bogotá. Foto:Fundación Compaz
El presidente Santos aseguró que una de las ventajas de la Fundación Rockefeller es que tiene la capacidad de ser ‘efectiva’ en sus inversiones. ¿Cómo logran esa efectividad?
La fundación se creó hace mucho tiempo con la idea de que nuestra labor debía ser una labor catalizadora y que debíamos trabajar con socios y no hacer las cosas directamente. Por eso creo que la eficacia de ese modelo, que ahora llamamos Big Bets (grandes apuestas), consiste en identificar una necesidad importante, como el cambio climático, e identificar soluciones que realmente hayan demostrado su eficacia con datos y pruebas, y luego apoyar a los socios para que amplíen esas soluciones y, francamente, medir si estos resultados están ayudando o no a mejorar la situación de las personas. Creemos que estos factores, como los datos, la medición, la colaboración y la innovación, nos ayudan a garantizar que nuestro gasto se traduce en resultados para las personas vulnerables.
Hablando sobre personas vulnerables, ese es uno de los grandes focos de la Fundación. ¿Por qué el clima afecta más a las personas vulnerables?
Una de las grandes injusticias del cambio climático es que las personas que menos contribuyen al problema son las que más sufren a causa de su impacto. Los trabajadores que laboran al aire libre y no tienen a atención sanitaria ni aire acondicionado son los que mueren innecesariamente durante las olas de calor. Las personas pobres son las más expuestas a enfermedades infecciosas como el dengue, y luego no tienen a los medicamentos y el apoyo que necesitan. Son las mujeres, en particular, las que recorren largas distancias para conseguir agua en comunidades indígenas, cuyas vidas se vuelven cada vez más peligrosas y vulnerables porque cada vez hay menos agua a la que acceder. No sólo es en esta región, sino en todo el mundo. La mayoría de las comunidades con menos ingresos del mundo son pequeños agricultores, y son los más vulnerables a las condiciones meteorológicas erráticas, a la disminución de las precipitaciones y a unas condiciones de cultivo más calurosas y secas, que provocan reducciones de hasta el 30 o el 35% en sus cosechas y sus ingresos. Muchas veces viven en un nivel de vida de subsistencia. No sólo en esta región, sino en todo el mundo, el impacto del cambio climático recae firmemente sobre los hombros de quienes menos han contribuido.
Nos habló del equipo que tienen aquí en América Latina investigando y trabajando en torno al cambio climático. ¿Quiénes son estas personas y qué están haciendo?
Me alegro de que lo pregunte, porque esta visita no es sólo para mí, ni siquiera para que el presidente Santos sea el anfitrión. La mayor parte de nuestro equipo directivo está aquí. Y el propósito de esta visita, de esta convocatoria de hoy, es que hay cientos de organizaciones de la sociedad civil, líderes de grupos indígenas, empresas e inversores y funcionarios del gobierno y queremos hablar con ellos. La persona que dirige nuestra política de trabajo en todo el mundo está aquí y se está reuniendo con gente. La mujer que lidera la inversión climática de miles de millones de dólares está aquí reunida con organizaciones. La persona que organiza todas nuestras grandes reuniones y convocatorias políticas también está aquí. Tenemos 16 investigadores sobre el clima en esta región, y probablemente la mitad de ellos también estén aquí. Se trata de escuchar a los socios, aprender de los demás y apoyar a las comunidades y organizaciones locales que trabajan con ellas. Y por eso hemos venido con todo nuestro equipo.
El presidente de la Fundación Rockefeller, Rajiv Shah. Foto:Fundación Compaz
También estuvo en la Casa de Nariño hablando con el presidente Gustavo Petro. ¿De qué hablaron?
"Una de las grandes injusticias del cambio climático es que las personas que menos contribuyen al problema son las que más sufren a causa de su impacto".
Hablamos en primer lugar del importante papel que juega Colombia en el escenario mundial para impulsar una lucha ambiciosa contra el cambio climático. Hablamos de la transición energética en Colombia y de cómo esa transición tiene que llegar plenamente a las personas que no tienen a la electricidad en este país, que siguen siendo 18.000 comunidades que el presidente ha llamado comunidades energéticas, a las que nos estamos asociando junto con este gobierno para ayudar a través de microrredes energéticas de pequeña escala, orientadas al servicio junto a otros tipos de instalaciones solares y de baterías. Y hablamos de cómo Colombia acoge la COP16 en un momento tan importante para, francamente, insistir en soluciones más grandes y audaces contra la crisis climática.
¿Cree que Colombia está estableciendo un liderazgo en el debate global sobre la crisis climática?
Sí. Y creo que, afortunadamente, no es solamente Colombia. Nos asociamos con Mia Mottley, la primera ministra de Barbados, que tiene una voz tremenda sobre el cambio climático y la justicia. Nos asociamos con el presidente Lula de Brasil, que también ha utilizado su voz para motivar una mayor acción, una acción climática centrada en las personas. Así que parte de nuestro deseo de estar presentes en la región es trabajar más estrechamente con líderes que puedan utilizar su voz para ayudar a crear el cambio.
¿Todavía nos queda tiempo para solucionar la crisis climática?
Aún tenemos tiempo. Pero debemos tener muy claro que, como planeta, vamos camino a alcanzar los 3°de aumento de la temperatura. Y a 3° de aumento, miles de millones de personas se verán desplazadas, cientos de millones de personas más pasarán hambre. Enfermedades que hoy no vemos a menudo proliferarán, y enfermedades totalmente nuevas causarán más muertes y más discapacidades entre las personas vulnerables. Por eso, si no hacemos algo por el clima ahora, no lo conseguiremos. No tenemos más tiempo que esperar. Por eso estamos hoy aquí. Por eso apoyamos esta reunión, y por eso tenemos la intención de estar presentes en la región