En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Día del Santo Cura de Ars: conozca su oración y consejo para el consuelo del alma
Cada 4 de agosto se celebra a San Juan María Vianney, patrono de los párrocos.
En un pequeño pueblo francés llamado Ars, hace más de dos siglos, un hombre fue destinado a convertirse en un símbolo de fe, caridad y esperanza para millones de creyentes en todo el mundo.
Su nombre era Juan Bautista María Vianney, conocido en la religión como el 'Cura de Ars'. A pesar de enfrentar numerosos obstáculos en su camino hacia el sacerdocio, se convirtió en un humilde párroco que transformó vidas a lo largo de su historia.
En 1806 fue enviado a una escuela para aspirantes a eclesiásticos en Ecully, pero sus limitados conocimientos y dificultades con el latín no le permitieron lograrlo, según el portal especializado Aci Prensa.
Luego, fue llamado a filas debido a la guerra de España, pero pudo regresar. Continuó sus estudios en Ecully y luego en el seminario de Verrieres, donde finalmente fue ordenado sacerdote en 1815.
Después de la muerte de su mentor, Vianney se convirtió en párroco de Ars, donde ganó fama. De acuerdo con la página, su consejo y dirección eran buscados por personas de todas partes, y miles de peregrinos lo visitaban cada año.
Se le atribuyen varios milagros, y fue proclamado Venerable en 1874 y Beatificado en 1905 por el Papa Pío IX y Pío X, respectivamente, que lo propuso como modelo para el clero parroquial.
Oración a San Juan María Vianney
¡Oh tipo acabado del pastor de almas! El supremo jerarca de la Iglesia Pío XI te declaró patrón de todo el clero secular. Mira desde el cielo a esta porción de la Iglesia, para que, estando ella a la altura de su misión, ceda su altísimo ministerio en mayor gloria de Dios y bien del rebaño de Jesucristo.
El consejo del Santo Cura de Ars para el consuelo del alma
San Juan María Vianney, patrono de los párrocos, es recordado cada 4 de agosto por su dedicación al confesionario y la orientación espiritual que brindaba a los penitentes.
Aci Prensa cuenta que pasaba escuchando a los fieles en el confesionario de 11 a 16 horas diarias. En Ars, llamado "el gran hospital de las almas", Vianney motivaba a los fieles a dialogar con Dios.
La oración, para los católicos, es un momento de encuentro personal con Dios en el que se establece una relación íntima con Él. Foto:iStock
Para él, la oración y el amor son la felicidad del ser humano en la tierra, y alentaba a las almas a perseverar en su camino, lleno de trabajo, sufrimiento y lágrimas. Por eso decía:
"Ven, alma mía, vas a conversar con el buen Dios, a trabajar con Él, a caminar con Él, a luchar y sufrir con Él. Trabajarás, pero Él bendecirá tu trabajo; caminarás, pero Él bendecirá tus pasos; sufrirás, pero Él bendecirá tus lágrimas. ¡Qué grande es, qué noble, qué consolador hacerlo todo y en compañía y bajo los ojos de Dios, pensar que todo lo ve, que todo lo cuenta!".