Nueve días antes del 16 de julio, día en que se celebra la fiesta de la Virgen del Carmen, católicos de todo mundo inician sus oraciones para ella.
También conocida como Nuestra Señora del Carmen, es una de las muchas advocaciones de la Virgen María. Según la tradición, un 16 de julio de 1251, San Simón Stock, superior de los Carmelitas, se encontraba en oración rogando por sus religiosos perseguidos. De pronto, la Virgen se le apareció con el hábito de la Orden en la mano y le entregó un escapulario.
Después de este milagro, la devoción a la Virgen del Carmen fue creciendo y la espiritualidad carmelita se extendió por varios lugares del mundo, donde ha sido divulgada por la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (carmelitas).
En Colombia es conocida como la patrona de los conductores, de las fuerzas públicas del país (armada, policía, ejército y fuerza aérea) y de los bomberos.
Cada año, del 7 al 16 de julio se hace una novena en conmemoración de la virgen, que prepara para la celebración de su fiesta. En este espacio, los fieles agradecen por lo concedido y se le pide por la protección de las personas y los vehículos.
Los religiosos carmelitas se encargan cada año de organizar la celebración y las procesiones en sus parroquias.
Oración a la Virgen del Carmen
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario, por lo que su Divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo, el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que te pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria y bien de mi alma; que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa.
Quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente y uniendo mi voz con sus afectos, te saludo una y mil veces diciendo: (Tres Avemarías).
Virgen Santísima del Carmen, yo deseo que todos sin excepción, se cobijen bajo tu sombra protectora de tu Santo Escapulario y que todos estén unidos a Ti Madre Mía, por los estrechos y amorosos lazos de ésta tu querida insignia.
¡Oh Hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante su sagrada imagen y concédenos benigna tu amorosa protección. Te encomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre el Papa y la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos.
Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu Divino Hijo y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre Mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Amén.
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