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Esta es Bilbao, la gran metrópoli vasca
Un recorrido por esta joya de los vascos, dueña de rasgos culturales y vestigios únicos.
El río Nervión, cuyo paso por la ciudad también es denominado ría por los vascos, es un distintivo de Bilbao. Foto: Andrés Hurtado García
Para un paisa escribir sobre Bilbao y los vascos es hablar de sus antepasados. El 70 por ciento de los antioqueños tienen ascendencia vasca, y el 15 por ciento, apellidos vascos.
Mis tatarabuelos eran de Bilbao (Bilbo), una de las tres grandes ciudades vascas españolas, las otras son Vitoria (Gasteiz) y San Sebastián (Donostia). Estos son algunos de los más de 50 apellidos vascos de los colombianos: Aristizábal, Bernal, Erazo, Echeverri y sus variantes, Gaviria, González, Isaza, López, Palacios, Pérez, Velásquez, Ospina, Vargas, Suescún, Mendoza, Bolívar, Amaya, Aguirre, Gardeázabal, Orozco y un largo etcétera.
Conocí a Bilbao cuando era emporio de astilleros y altos hornos que llenaban la ciudad de humo y suciedad
Honrando esta fuerte presencia muy productiva en todos los sentidos, de los vascos en Colombia, Bilbao se ha hermanado con Medellín. Los quintos abuelos de Simón Bolívar eran vascos del pueblo del mismo nombre, que significa ‘piedra de molino’.
Quiero hablar de Bilbao, la gran metrópoli de los vascos. Fue fundada en el siglo XIII por Diego López de Haro y hoy tiene 350.000 habitantes. Los Reyes Católicos la dotaron de fueros especiales. El núcleo antiguo, con calles estrechas, gran personalidad y atractivo, se llama las Siete Calles. En una de sus casonas se alojó Simón Bolívar en 1801.
La región es rica en hierro y durante muchos años fue gran exportadora de maquinaria pesada siderúrgica. Conocí a Bilbao cuando era emporio de astilleros y altos hornos que llenaban la ciudad de humo y suciedad.
Pero los vascos, tozudos y trabajadores por naturaleza, eliminaron los astilleros y hoy ofrecen al mundo una ciudad limpia, alegre, amable, acogedora y ejemplo mundial de urbanismo. Entre los muchos premios que Bibao ha ganado está el de la mejor ciudad europea, en 2018, y se había hecho acreedora ya al premio Lee Kuan Yew World Price, el Nobel del urbanismo, en 2010.
Salto del río Nervión, de 222 metros, cerca a Bilbao. Foto:Andrés Hurtado García
La ciudad se encuentra en un valle rodeado por montañas y por eso sus habitantes la llaman cariñosamente botxo, que quiere decir ‘el agujero’.
La construcción del museo Guggenheim fue definitiva para el orgullo de la ciudad y es imán para propios y turistas, por el espectacular diseño y armonía. El techo está cubierto por láminas de titanio que le dan un especial resplandor. La vista del museo con el puente La Salve a un lado y la torre Iberdrola al otro es memorable.
La ciudad tiene hermosos edificios de los más variados estilos. Se destacan la Casa Consistorial, el Palacio Euskalduna, donde se celebran congresos y foros mundiales; el majestuoso Palacio de la Diputación Foral, la vistosa estación del tren, el edificio Plaza Bizkaia, sede del gobierno vasco.
El Teatro Arriaga, de estilo neobarroco, lleva el nombre del compositor Juan Crisóstomo Arriaga y es, junto con el Museo Guggenheim, un faro de la cultura bilbaína. En el Arriaga dicté una conferencia titulada ‘Mi vida con los animales ponzoñosos’.
A Bilbao la atraviesa el río Nervión, que viene engrosado con el Ibaizabal. Aunque la ría es la desembocadura del río en el mar, se suele llamar ría al paso del río por la ciudad, y la divide en dos partes bien diferenciadas. Todavía queda un puente levadizo que da paso a las embarcaciones.
Las fábricas de que hablamos contaminaron de tal manera el río que solo tenía 20 por ciento de oxígeno, pero los vascos, que a lo largo de la historia se han distinguido por la tenacidad y el orgullo y de los que se dice que nunca fueron vencidos en ninguna batalla, se propusieron limpiarlo.
Puente la Salve, el Guggenheim y la torre Iberdrola. Foto:Andrés Hurtado García
Hoy, el río ha recuperado su limpieza, su flora y su fauna. El Nervión nace en la provincia de Burgos en la cordillera Cantábrica y se precipita por el espectacular salto del Nervión. He viajado muchas veces a Bilbao invitado por su alpinista e himalayista icónico Juanjo Sansebastián y en su ultraliviano hemos sobrevolado los montes de Vizkaya y el salto Nervión, que con sus 222 metros es el más alto de España.
El equipo de fútbol de Bilbao es el Athletic, que junto con el Real Madrid y el Barça son los únicos que nunca han estado en segunda división. La afición de los bilbaínos por su equipo es proverbial, y más ahora que han estrenado un fenomenal estadio, el nuevo San Mamés, al que llaman la catedral del fútbol.
En ninguna parte del mundo como en Bilbao, hace muchos años, he visto una promoción tan curiosa: una librería vendía la enorme enciclopedia vasca por metros
Dos universidades tiene Bilbao, la de Deusto, que pertenece a los jesuitas y es una de las más acreditadas de España y que fue fundada en 1886, y la de Bilbao, fundada en 1968. La lista de escritores, científicos, artistas y grandes alpinistas que ha dado Bilbao es larga. Bastaría con nombrar a Miguel de Unamuno, al que la ciudad ha dedicado un monumento.
En ninguna parte del mundo como en Bilbao, hace muchos años, he visto una promoción tan curiosa: una librería vendía la enorme enciclopedia vasca por metros. En efecto, colocaban de pie los libros y los medían con un metro y así los vendían. Los compradores hacían fila para comprar o completar la colección. El idioma de los vascos es el eúzkara, que no tiene relación con idiomas de países vecinos ni europeos. Graciosamente se dice que era el idioma de Adán y Eva.
Las tabernas, sagrada tradición vasca. Foto:Andrés Hurtado García
Imposible hablar de Bilbao y de los vascos sin referirse a sus deportes tradicionales. El más conocido es la pelota vasca, que se juega en frontones y tiene famosos deportistas llamados pelotaris. Los vascos han llevado a sus colonias por el mundo este deporte que es tradicional y han convertido los trabajos rurales en deportes de mucha aceptación. Los escenarios en Bilbao se llenan para ver las competencias.
El sega probi es la competición que gana el que más hierba corte. El sokatira reúne a dos grupos tirando de una cuerda. Uno de los más publicitados es el aizkolariak. Gana quien corte más troncos gruesos en menos tiempo. Se utiliza para ello el hacha. Otro que reúne miles de espectadores es el harrijasotze, que consiste en levantar piedras.
Se dice que el hombre más fuerte del mundo fue Iñaki Perurena, que levantó con dos manos una piedra de 320 kilos y otra de 267 con una mano. Otro deporte vistoso es el de los pastores. Se trata de que el pastor con palabras organice el rebaño, y dé órdenes al perro para que separe las ovejas negras de las blancas, las crías de las madres y rodee el rebaño para defenderlo del lobo, etc. Es un espectáculo muy hermoso que muestra la compenetración del pastor con su perro.
Hemos hablado del País Vasco español, en cabeza de Bilbao, pero pasando la frontera existe el País Vasco francés, cuyas dos ciudades principales son Bayona y Pau. Y cuando Enrique IV saltó del País Vasco para ser rey de Francia debió convertirse al catolicismo y dijo la famosa frase “París bien vale una misa”. Los dos países vascos comparten tradiciones y cultura.