Gilberto Rodríguez Orejuela clamó dos veces por volver al país, a morir en una cárcel, pero en el territorio nacional y no en Estados Unidos, a donde había sido extraditado, durante el gobierno de Álvaro Uribe.
Tenía 81 años en su segundo clamor por un regreso, argumentando su vejez y su deterioro.
El excapo del Cartel de Cali estaba condenado desde 2006 a 30 años de prisión en una cárcel de Carolina del Norte, en Estados Unidos.
Había sido recapturado en 2004, en Colombia, luego de ser condenado a 12 años de cárcel en el país. Fue liberado, luego de cumplir siete años de buena conducta y suministrar información.
En Estados Unidos pedía compasión. Así lo hizo en 2016, pero esa petición fue rechazada en el gobierno del entonces presidente Barack Obama.
En 2020 repitió esta solicitud por su cáncer de próstata, piel y colon. Además de que tenía un marcapasos.
Esta petición la formuló, recurriendo a la ley federal de reducción de penas llamada First Step Act o Ley del Primer Paso.
Había sido aprobada por el Congreso del país anglosajón.
Su abogado, David Markus, había presentado la moción.
Sin embargo, el exnarcotraficante del Cartel de Cali, quien fue el enemigo de Pablo Escobar, al frente del temido Cartel de Medellín, seguía en la cárcel de mediana seguridad, pagando una condena de 30 años.
La pena finalizaría en febrero de 2030, cuando hubiera tenido 90 años.
Anheló volver al país, a Bogotá específicamente, donde se conoció que allí se habían radicado su esposa y su hija.
CALI