Pequeño protocolo para esta noche de burbujas / Una copa
Tips para recibir el nuevo año con espumosos y disfrutarlos al máximo.
Víctor Manuel Vargas Silva es editor jefe de la edición del Domingo de EL TIEMPO y escribe, por placer, sobre vinos y destilados desde varios años. Foto: Michelle Morales
Aunque la industria de las burbujas lleva años luchando para que sus vinos no se asocien única y exclusivamente mente al Año Nuevo o a grandes aniversarios y celebraciones –y mucho se ha logrado en este terreno–, no cabe duda de que los 31 de diciembre son el momento estelar de los vinos espumosos.
Pero como todo en la vida, su consumo requiere de un cierto protocolo. Así que aquí van algunos tips para recibir el nuevo año con burbujas sin ‘meter la pata’.
No a todas las burbujas se les puede llamar champán (en español) o champagne (en francés). Eso solo se puede hacer con aquellos vinos espumosos producidos en la región sa de Champagne.
Lo primero es llamar a las cosas por su nombre. No a todas las burbujas se les puede llamar champán (en español) o champagne (en francés). Eso solo se puede hacer con aquellos vinos espumosos producidos en la región de Champagne, en el noreste de Francia, y que, por norma, deben ser elaborados con el método champenoise o método tradicional. Cabe anotar que hay vinos espumosos hechos con este método en todo el mundo, pero ninguno puede usar el nombre de champagne, porque es una denominación de origen protegida por la Unión Europea.
Botella del champagne Dom Perignon, un clásico que elabora Moët & Chandon en honor al monje benedictino al que se atribuye haber descubierto como se hacen estos vinos, emblema de Francia. Foto:Cortesía: Moët & Chandon
Además, es una cuestión de respeto con una tradición y un arte que data del siglo XVII, y también, con quien para muchos fue su creador: Dom Pierre Pérignon, un monje benedictino francés que vivió entre 1638 y 1715 y que pasó buena parte de sus 77 años a cargo de la producción de vinos en la abadía de Hautvillers, situada en la región de Champagne. A él se atribuye la inmortal frase de: "Hermanos, estoy bebiendo estrellas".
Segundo, todos los grandes vinos espumosos tienen denominaciones de origen, que establecen normas para su producción. Y en la lista están vinos como el cava español (porque no solo se hace en Cataluña), el prosecco italiano, los crémant ses (método champenoise, pero hechos en regiones distintas a Champagne) y el Franciacorta, al que muchos llaman ‘el champagne italiano’. Y la mayoría de ellos se hacen con uvas, mezclas e incluso métodos distintos.
Luego están los espumantes del Nuevo Mundo, donde también uno puede encontrar cosas muy correctas, como lo que hace Chandon en Argentina (método charmat), o cosas extraordinarias, como el Titillum (método champenoise) de la viña chilena Undurraga.
Algunos datos para poder leer las etiquetas. Blanc de blancs indica que el espumoso se elaboró a partir de variedades de uva blanca. Y blanc de noirs, que se elaboró a partir de variedades de uva tinta, como la pinot noir y la pinot meunier. Los brut nature son los más ‘secos’: menos de 3 gramos de azúcar residual por litro; los brut tienen menos de 6 gramos, y los semisecos o demi sec, pueden tener hasta 50 gramos.
François Domi, jefe de cava del famoso champagne Billecart-Salmon, durante una cata. Atención al tipo de copa que usa. Foto:AFP
Luego viene el cómo. Primero, la descorchada tipo podio en la Fórmula 1, no. Aparte de que puede sacarle un ojo a un invitado, es de mal gusto. Lo que corresponde es una extracción del corcho suave, silenciosa y sin derramar el líquido, que en algunos casos puede ser extraordinariamente valioso.
Olvídense de las copas tipo flauta, que, aunque ‘divinas’ para ver las cadenas de burbujas, no son recomendadas por los expertos, que prefieren las copas de vino tranquilo tipo tulipán.
Otra cosa clave son las copas. Olvídense de las copas tipo flauta, que, aunque ‘divinas’ para ver las cadenas de burbujas, no son recomendadas por los expertos, que prefieren las copas de vino tranquilo tipo tulipán, porque en ellas se apreciarán mucho mejor los aromas del vino espumoso, y este evolucionará mucho mejor.
Cuide la temperatura de servicio: entre 8 y 10 grados centígrados es lo ideal. Y tenga siempre a mano una cubeta con agua y hielo para refrescar la botella cuando sea necesario.
Por último, ¿se puede comer con vinos espumosos? ¡Desde luego! Lea un poco acerca de los maridajes recomendados y descubrirá un mundo fantástico.
Paro aquí, porque ya es hora de lo importante: desearles a todos un año 2024 lleno de alegrías, logros y, cómo no, ¡buenos vinos! ¡Salud!
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