Durante la segunda jornada del cónclave, que tuvo lugar en la Capilla Sixtina, los cardenales electores llegaron a un acuerdo luego de cuatro rondas de votación, en las que finalmente decidieron que Robert Francis Prevost sería el sucesor de Francisco ante la comunidad católica.
La noticia fue dada a conocer por la Santa Sede con la conocida fumata blanca, mientras de manera simultánea el religioso de origen estadounidense manifestaba su consentimiento a la voluntad canónica de los del Colegio Cardenalicio.
La elección de León XIV, de 69 años, empezó marcando un momento histórico en la historia de la institución eclesiástica, debido a que proviene de una familia con raíces multiculturales y durante años se desempeñó como párroco y misionero en Perú.
León XIV se ordenó como reverendo en 1981. Foto:Facebook: @Showbiz Philippines
Sin embargo, no solo se convirtió en el primer ciudadano norteamericano en llegar a liderar el Vaticano, sino que también es el primer miembro agustino en ocupar el trono más importante dentro de la Iglesia católica.
En ese sentido, la parroquia de Santa María de la Asunción de Chicago difundió con orgullo una fotografía en la que aparece Prevost estrechando la mano de Juan Pablo II, sin imaginar que 43 años después él también iniciaría su pontificado.
El recién electo papa tuvo la oportunidad de saludar y recibir la bendición de Karol Józef Wojtyla en 1982, durante una de las visitas del santo padre a Estados Unidos, como parte de su misión de llevar el cristianismo por todo el mundo.
León XIV ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín de Saint Louis a sus 22 años. Foto:Facebook: @Showbiz Philippines
El momento entre los religiosos fue captado meses después de que Prevost se ordenara oficialmente como reverendo tras profesar sus votos solemnes, convirtiéndose en uno de los recuerdos más preciados para la institución eclesiástica.
Luego del breve encuentro, Juan Pablo II, quien para ese entonces llevaba menos de un lustro como máxima autoridad de la Iglesia católica, continúo su viaje por los distintos países, defendiendo la dignidad humana y luchando contra el comunismo.
Por su parte, León XIV decidió unirse a la misión de la orden agustiniana en Perú, donde estuvo trabajando por 18 años la doctrina latinoamericana, consiguió la nacionalidad y fue nombrado por el fallecido Francisco como responsable de la diócesis de Chiclayo entre 2014 y 2023.
Luego fue trasladado al Vaticano, donde lo nombraron prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, que lideró desde entonces hasta su participación en el cónclave de 2025.
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