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Oración de protección: ¿cómo y cuándo hacerla para sentirse seguro y resguardado?

Recurra a la ayuda de Dios con palabras que expresen lo que le aqueja.

Esta oración puede hacer en cualquier momento del día. Foto: iStock

RedactoraActualizado:

Muchas veces, las personas llegan a sentirse acongojadas o sin rumbo en la vida, esto puede ser el resultado de diversos hechos que entristecen el corazón y le hacen sentirse solo y perdido.

Sin embargo, puede recurrir a Dios, no solo para desahogarse, sino también para buscar consuelo, guía y ayuda con aquellas cosas que en su vida no están saliendo de la mejor manera.
Encómiense al todopoderoso a través de una oración de protección, así él enviará a sus ángeles para que cuiden de usted y alejen de todo el mal y peligro que se cruce en su camino.
A continuación, lea la oración brindada por la página web ‘Hozana’, no importa si está en su casa o en un lugar abierto, si es de día o de noche, lo trascendental aquí es que lo haga con fe y cariño a Dios.

Oración de protección contra las fuerzas del mal

Señor, Dios Eterno todopoderoso, Dios nuestro misericordioso y omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo, oh Dios, principio y fin de todas las cosas, soberano de los siglos que solo tú eres grande, por la intercesión y con la ayuda de los arcángeles san Miguel, san Rafael y san Gabriel, nosotros, tus hijos, humildemente te rogamos que nos libres eficazmente de todo mal y adversidad, de todo enemigo y mala persona; revístenos con tu armadura, envíanos tu luz llénanos de bendiciones y danos tu protección para poder gozar siempre de tu paz.

Yo (tu nombre) pido tu auxilio y socorro, cúbreme con tus brazos altísimos y poderosos, purifica mi mente, corazón, cuerpo, alma y espíritu, y no permitas que nada perjudicial penetre en mí.

Señor Dios Uno y Trino, junto con María reinen sobre mí y los míos, hoy y por toda la eternidad y no permitas que nada ni nadie pueda causarme mal.
Señor a ti clamo, creo en Ti, en tu poder y en tu gloria, creo en tu palabra, que es la única que puede alumbrarme; pido perdón por todos mis pecados y faltas, y en el nombre de Jesús y por el poder de su Sangre, te ruego seas magnánimo conmigo, te pido disipes todo lo que me atormenta y lastima, aleja de mi vida y hogar todas las sombras tenebrosas, sálvame de todo mal que venga contra mi y rompe en pedazos las cadenas que me aprisionan, para que pueda cumplir tu santa voluntad sin impedimentos físicos ni espirituales. Amén”.

El sermón de las siete palabras

KAREN CASTAÑEDA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO

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