Las excusas públicas hacen parte de un incidente de compensación de los daños provocados que ahora la Corte Suprema deberá entrar a verificar; ese plan incluye publicaciones en medios a nivel nacional.
En la diligencia, Aldana leyó un comunicado que, dijo, fue el resultado de un acto de reflexión y reconocimiento a sus faltas, para hacer una manifestación de excusas hacia la Fiscalía, la Rama Judicial y la sociedad colombiana.
“Pretendo expresar mi profundo arrepentimiento pues, con la conducta que llevé a cabo, traicioné la confianza en mí depositada para ejercer mis funciones, en especial, en un tema de trascendencia como resulta ser los procesos de extinción de dominio que constituyen una herramienta determinante en la lucha de especiales manifestaciones delictivas como la corrupción”, dijo.
Aldana aseguró que entiende que sus actuaciones resultaron lesivas “para la confianza de nuestra sociedad, por lo que mi intención, a partir de este momento, es la de propender por la excelencia y probidad en la istración judicial, mostrando con mi propio ejemplo, las consecuencias nefastas que se pueden derivar de una ilegítima actuación judicial”.
“Hago votos porque mi condena sea un ejemplo para futuras generaciones de funcionarios y que nuestro país encuentre siempre la excelencia en la Rama Judicial”, agregó Aldana en la diligencia.
En la sesión, la Rama Judicial y la Procuraduría manifestaron su aceptación de las excusas públicas.
La condena a Aldana
Rodrigo Aldana fue condenado por los delitos de cohecho propio y prevaricato por omisión agravado y como coautor del reato de asociación para la comisión de un delito contra la istración pública a 9 años, un mes y seis días de prisión. Igualmente, se le impuso una multa de 48 millones de pesos.
El exfiscal, en 2012, llevaba una indagación en fase inicial sobre los bienes del clan criminal de los hermanos Álvarez Meyendorff (Juan Fernando e Ignacio).
En 2014, ya ascendido a otra unidad y sin tener competencia para ello, proyectó una resolución que pedía levantar unas medidas cautelares a tres bienes rurales en Sahagún (Córdoba), en beneficio de la Sociedad Agropecuaria El Central S. A. y de Otto Nicolás Bula Bula, y que eran fincas de los Álvarez Meyendorff.
Todo eso, comprobó la justicia, a cambio de la entrega de un lujoso apartamento en Medellín a su excompañera sentimental.
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