En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cómo está el clima en Bogotá?
¿Cómo se llama el hijo de Petro?
¿El pico y placa en Bogotá como quedaría para el 2024?

Noticia

Así fue la bomba de la 93, el atentado en la calle más glamurosa de Bogotá hace 31 años

La explosión dejó 8 muertos y 242 heridos, destrozos en unos 100 almacenes y pérdidas cercanas a los 1.500 millones de pesos.

Carro bomba de 1993 en el parque de la 93

Carro bomba de 1993 en el parque de la 93 Foto: Archivo particular

Alt thumbnail

PERIODISTA DE BOGOTÁActualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
15 de abril de 1993. El estruendo permanece en la atmósfera, enrarecida con resonancias de gritos, encriptados bajo los sonidos de alarmas.
Mientras unos ciudadanos huyen hacia el sur y al norte, otros corren a la calle 93 con carrera 15. Las llamas sobre los autos volcados impiden el paso a los hombres y mujeres que se movilizan para auxiliar a las víctimas.
El aire se hace más denso, una nata de tufo a gasolina, el suelo alfombrado de cristales y fragmentos de muro desperdigados como pellejos sobre la avenida.
Carro bomba de 1993 en el parque de la 93

Carro bomba de 1993 en el parque de la 93 Foto:Archivo particular

Súbitamente, una de las avenidas más glamurosas de la ciudad ha quedado en una tramoya de hierros retorcidos y voces que suplican desde todas las esquinas.
Llegan las primeras ambulancias. Los camilleros ingresan a los almacenes para sacar heridos. Salen de los escombros con sobrevivientes
Con gaza y cintas de esparadrapo cubren heridas, meten a la gente, entre las camionetas que se diluyentras el ulular de sirenas, mientras al fondo aún se ve la cortina de humo gris y purpúreo.
―¡Fue una bomba!― es el grito unísono.
Todos corren en el revoltijo de la calle que parece una versión deforme de sí misma. El estallido torció las líneas rectas de ventanas que quedaron curvas, desquició los portones de los locales y descerrajó las clavijas de los semáforos que cayeron al suelo con sus luces parpadeando.
Al frente, una joven inconsolable enseña una foto, su hermana sonríe desde la fotografía, luce un impecable uniforme de enfermera. “ ―Ella se llama Dora y se vino para acá a comprar un vestido” para un matrimonio de una amiga ―dice entre sollozos.
Son las 2:50 de la tarde. Quizá han transcurrido cinco minutos desde el estruendo. El aire es ahora una película granulosa difícil de respirar. Llegan cámaras de televisión para registrar la conmoción, la lente sigue al policía y al bombero que brindan ayuda en medio de la gravitación de partículas de las cosas que estallaron y la lluvia de residuos que no cesa.
Pasan rescatistas y sobrevivientes que llevan gente agonizante, un camarógrafo graba al policía que acordona la zona y al policía que lo aparta de la escena.
Camilleros amarran cabezas con vendas, canalizan venas, amarran, entablillan tratan de devolver los huesos a su sitio, mientras otros observan y algunos rezan. Uno de la defensa civil sale cubierto de hollín, donde antes había un almacén de trajes para ejecutivos hay una oquedad polvorienta; allí se aprecian maniquís que en la detonación quedaron destrozados, el voluntario de la Defensa Civil, enfundado en su drill naranja, trae a su espalda a un joven tembloroso de palidez verdosa.
El chasis de un carro está incrustado contra una ventana del Centro Internacional del Mueble. Un policía cubre con una cortina un cuerpo que yace boca abajo.
Mujeres y hombres lloran, observan, entre ellos está un señor con la camisa sin botones, que al límite del delirio golpea una patrulla.
Entre las víctimas hay una niña, un espectador cierralos ojos y pregunta cómo alguien es capaz de usar bombas contra una criatura indefensa.
Ingreso al que fuera un lujoso almacén de trajes y perfumería, las paredes tienen grietas. Una fina lámpara yace abatida en un rincón, el mobiliario hecho astillas, los frascos de cristal, retazos y telas en átomos, parecen navegar en el aire .
Carro bomba de 1993 en el parque de la 93

Carro bomba de 1993 en el parque de la 93 Foto:Archivo particular

Un lujoso espejo de época cortado a la mitad rebota la imagen bizarra de muñones de madera y maniquís decapitados pero, en una paradoja, el ambiente aún aun condensa las fragancias, el olor mentolado que era característico de la boutique.
Al frente, una joven inconsolable enseña una foto, su hermana sonríe desde la fotografía, luce un impecable uniforme de enfermera. “ ―Ella se llama Dora y se vino para acá a comprar un vestido” para un matrimonio de una amiga ―dice entre sollozos.
Una hilera de personas aguardan frente a una cabina de la empresa de teléfonos para dar los detalles del atentado. Entre las personas ansiosas por lograr comunicación está Héctor 'el Gato' Gómez, reportero de fútbol quien hace el relato, ―vía teléfono monedero-― de lo que lo que acaba de ver a media cuadra.
El periodista deportivo, como otros comunicadores dedicados al cubrimiento la actividad muscular, estábamos cerca de la 93 con ocasión de la presencia de la selección sub-23 en un hotel del sector. Ese día fuimos reporteros judiciales.
Camino a la carrera séptima, la gente corre apresurada. Muchas empresas dieron salida del trabajo. Las busetas tragan oficinistas y estudiantes, semejan gusanos hinchados que llevarán a casa a los que escapan del pánico que se vivía en la calle 93.
Carro bomba de 1993 en el parque de la 93

Carro bomba de 1993 en el parque de la 93 Foto:Archivo particular

Volver al sitio

La esquina de calle 93 con carrera 15, a la mañana siguiente conserva algunas de las formas desproporcionadas que dejó el estallido. Un obrero en faena dedicada y con maseta en mano retorna las líneas rectas de un marco de ventana, otro aplica soldadura a una puerta y el dueño de una cafetería barre los fragmentos de vidrio que se encasquetaron entre las hendiduras del baldosín reluciente.
El comerciante abre la reja de su local y sacude una bandera colombiana de seda dejando en el aire unfulgor cromático y oloroso a naftalina.
―¿Cómo se van a recuperar de esta situación?- le pregunto.
“Hay que levantarse como sea”, dice y enciende el radio, no pone el noticiero, sintoniza una emisora de música romántica. "Es que no estamos para más noticias de muertos", señala.
Un tibio aroma de tinto tefién servido y el ruido neumático de la vieja máquina de café expreso, las perillas que liberan las deliciosas bebidas, llena cada espacio de la cafetería. La voz de Nicola di Bari es un bálsamo en la mañana donde aún pervive un olor a ceniza. En otro local una joven cuelga un esmoquin recién planchado en el exhibidor, luego dispone un ramo de claveles en un florero.
(Le recomendamos: Una bomba anunciada). 
La calle despierta bajo una llovizna que deja un barniz sobre la calle y andenes. algunos paraguas se abren casi que en simultánea para tejer una curiosa textura multicolor , una señal del optimismo del tendero.
La calle despierta bajo una llovizna que deja un barniz sobre la calle y andenes. algunos paraguas se abren casi que en simultánea para tejer una curiosa textura multicolor , una señal del optimismo del tendero. La esquina retoma sus sonidos e imágenes recurrentes, con sus vendedores ambulantes, el lustrabotas, los oficinistas que bajan de busetas y taxis; los cuadros cotidianos de esta galería callejera.
Los que sobrevivieron y que el día anterior auxiliaban a vecinos y transeúntes heridos, hoy disponen de serruchos, martillos y puntillas para recomponer los daños en los locales y rehacer sus vidas. El soniquete de la reconstrucción de la calle 93, con su trasteo de bolsas negras con desechos, se amalgama con las referencias obligadas de velatorios y servicios de sepelio de las víctimas de la acción terrorista.
En los tabloides colgados en las casetas de lata se lee que Pablo Escobar fue el responsable del carro bomba con 150 kilos de dinamita que dejó 8 muertos y 242 heridos y contusos. Destrozó unos 100 almacenes y dejó pérdidas cercanas a los 1.500 millones de pesos.
En los letreros de la prensa, los transeúntes se enteran de que esos cuerpos tendidos sobre el asfalto tenían nombres, que eran padres, hermanos o hijos, que la niña símbolo del dolor se llamaba Martha Liliana, tenía 7 años y quería estudiar medicina.
ERIC PALACINO 
ESPECIAL PARA EL TIEMPO

Lea más noticias...

Sigue toda la información de Bogotá en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.