En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Noticia
Bogotá suma 50 especies en el Global Big Day y capta un colibrí difícil de avistar en los Cerros, ¿cuál es?
Con sus alas azul metálico que relucen al sol y su vuelo ágil, se convirtió en el hallazgo más celebrado del día.
Colibrí chillón (Colibrí coruscans). Foto: Secretaría de Ambiente.
A las seis de la mañana, cuando el rocío todavía descansa sobre las hojas, desde la Reserva Distrital de Humedal Córdoba, pasando por el Parque Ecológico de Montaña Entrenubes, hasta el empinado sendero Guadalupe-Aguanoso en los Cerros Orientales, decenas de bogotanos y bogotanas se dieron cita con un objetivo común: observar, registrar y, sobre todo, escuchar a las aves.
El pasado sábado 11 de mayo, en conmemoración del Día Mundial de las Aves Migratorias, la ciudad participó activamente en el Global Big Day, una jornada global de observación de aves organizada por el Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell.
Pero en Bogotá, este día fue mucho más que una convocatoria internacional: fue una declaración de amor por la vida silvestre.
Avistamiento de aves. Foto:Alcaldía de Bogotá.
Desde muy temprano, equipos de observadores —profesionales, aficionados, familias enteras y curiosos con guías en mano— comenzaron sus recorridos en tres puntos habilitados por la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA). Guiados por expertos, recorrieron humedales, bosques de niebla y laderas de montaña para anotar cada silueta, cada trino, cada color que surcaba el cielo bogotano.
Las aves también hacen ciudad
Bogotá es una ciudad atravesada por rutas migratorias, donde conviven aves residentes, nativas y visitantes temporales. En un solo día, en los tres puntos dispuestos, se registraron 50 especies diferentes. Entre ellas, figuras tan emblemáticas como la Cotinga crestada (Ampelion rubrocristatus), el Carpintero carmesí (Colaptes rivolii), la monjita de pantano (Chrysomus icterocephalus bogotensis) y el discreto pero valioso Chamicero cundiboyacense (Synallaxis subpudica), endémico de esta región andina.
Pero el verdadero protagonista de la jornada fue una joya alada que apareció como un regalo para los observadores en los Cerros Orientales: el colibrí alas de zafiro (Pterophanes cyanopterus), una especie que es muy difícil de captar en el sector de Guadalupe-Aguanoso.
Con guía en mano se realizó el recorrido. Foto:Secretaría de Ambiente.
Este colibrí, uno de los más grandes del norte de los Andes, con sus alas azul metálico que relucen al sol y su vuelo ágil, se convirtió en el hallazgo más celebrado del día. Su presencia no solo incrementa el valor ecológico del área, sino que alimenta el inventario de especies urbanas y reafirma la necesidad de preservar estos corredores naturales.
La participación de las personas en el Global Big Day es una muestra del potencial de la ciencia ciudadana para construir conocimiento colectivo, fortalecer nuestra relación con el entorno y avanzar en acciones concretas frente a la crisis climática
Para Adriana Soto, secretaria de Ambiente de Bogotá, esta participación masiva en el Global Big Day es una muestra de cómo la ciudadanía puede ser protagonista activa en la protección del entorno natural:
“La participación de las personas en el Global Big Day es una muestra del potencial de la ciencia ciudadana para construir conocimiento colectivo, fortalecer nuestra relación con el entorno y avanzar en acciones concretas frente a la crisis climática”, afirmó.
Y es que el valor de esta jornada no se mide únicamente en especies avistadas, sino en datos recopilados que nutren plataformas globales como eBird, utilizadas por investigadores y conservacionistas en todo el mundo. Cada registro, cada fotografía, cada ubicación compartida se convierte en insumo para trazar mapas de distribución, estudiar patrones migratorios o identificar amenazas.
Avistamiento de aves. Foto:Secretaría de Ambiente.
Bogotá, con más de 160 especies registradas en sus límites urbanos, reafirma su lugar como una capital biodiversa.
La jornada también sirvió para fortalecer el vínculo de los ciudadanos con su territorio. Niños con cuadernos de campo, adultos mayores con binoculares prestados, turistas curiosos, estudiantes universitarios y familias enteras compartieron el asombro que despiertan los pequeños detalles de la vida silvestre.
En los humedales, se escuchaban risas contenidas por la emoción de un avistamiento; en las montañas, los pasos se detenían ante el canto de un ave invisible entre las ramas. Cada quien encontraba una forma distinta de conectarse con el entorno.
Bogotá, con más de 160 especies registradas en sus límites urbanos, reafirma su lugar como una capital biodiversa. En tiempos donde el cambio climático amenaza ecosistemas enteros, esta ciudad se planta con una política ambiental que reconoce la importancia de sus aves, no solo como patrimonio natural, sino como aliadas en la adaptación climática.