En mañana de este martes 19 de octubre se conocieron nuevas condenas por el caso del grafitero Diego Felipe Becerra, asesinado la noche del 19 de agosto de 2011 en la calle 116 con avenida Boyacá, en el norte de Bogotá. Esta vez fueron seis los uniformados que tendrán que responder por varios delitos.
El juzgado 19 penal del circuito, además de esas responsabilidades, absolvió a cuatro personas que estaban involucradas al proceso por los delitos de fraude procesal, falsedad de documento, ocultamiento y destrucción de material probatorio, fabricación, porte y comercialización de armas, y favorecimiento al homicidio.
La audiencia en la que se conoció esta decisión fue aplazada varias veces por fallas en la conexión de internet de los involucrados, pero finalmente, después de 10 años y tres meses del homicidio, se pudo evidenciar que el joven artista nunca llevó un arma, ni que tampoco intentó robar un bus, como se mintió inicialmente, y que esa versión fue construida para dañar la imagen del menor y justificar la acción del policía que le disparó.
De los seis condenados, cinco eran uniformados: El coronel Nelson de Jesús Arévalo, quien era el comandante de la estación de la Policía de Suba. El teniente Rosemberg Madrid Orozco, comandante del CAI de Andes. El subintendente Juan Carlos Leal, también del CAI Los Andes y quien fue el primer respondiente del caso. El subintendente Fléiber Zarabanda, del CAI de Alhambra y uno de los que llevó el arma a la escena del crimen y, Wílmer Alarcón quien disparó contra Diego Felipe y participó del montaje y quien, además, estaba prófugo desde el año 2016 hasta que, en agosto de este año, fue recapturado. Otro condenado fue el abogado Héctor Hernando Ruiz, asesor jurídico de la Policía Metropolitana de Bogotá para ese entonces y responsable, presuntamente, de idear todo el plan de implantar el arma.
Por otro lado, la juez decidió absolver a José Javier Vivas y John Harbey Peña, entonces coroneles de la Policía, porque no se demostró que ellos hubieran tenido noción de que se iba a colocar el arma.
También absolvieron a Jorge Narváez y Nubia Mahecha. El primero era un conductor de un bus que dijo, incluso ante medios de comunicación, que Diego Felipe lo había amenazado con un arma de fuego. La segunda, también testificó que Becerra había robado ese vehículo.
“Prácticamente la juez los absolvió, a Nubia y Jorge, primero permitiendo las dilaciones constantes para que prescribieran los delitos, y ahora los absuelve del último delito favorecimiento al homicidio a pesar de ser unos testigos falsos que dieron declaraciones en medios para avalar la versión de Wilmer Alarcón”, lamentó Gustavo Trejos, padre de la víctima.
Esta decisión también fue rechazada por los abogados de los condenados, quienes manifestaron inconformidad con el manejo que el sistema judicial le ha dado a este caso, que fue siempre muy mediático, y que interpondrán los recursos a los que haya lugar para echar para atrás la determinación.
“Creo que ha sido un proceso injusto porque se vinculó a personas sin ningún criterio de investigación integral y se dejaron de vincular personas que hubieran podido venir a responder a este juicio a los cargos que la Fiscalía tuvo a bien hacer. Sigo pensando que la construcción de los hechos jurídicamente relevantes, los eché siempre de menos, y sigo pensando que en este proceso se ha hecho un uso excesivo por parte de la Fiscalía de esa titularidad de acción penal”, pronunció el abogado del patrullero Fléiber Zarabanda.
Finalmente, Gustavo Trejos explicó las razones por las que apelaran la decisión que tomó la juez del caso de su hijo.
“Vamos a apelar porque los coroneles absueltos (Vivas y Peña) sí tenían noción de que no existía arma en la escena del crimen. Porque en la preparatoria nos quitaron varias pruebas que eran claves para la conde de ellos, como un celador que decía a qué hora vio cuando dispararon el arma en el humedal, que fue antes de que los coroneles estuvieran en la escena”, explicó.
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