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El desafío de Bogotá para controlar la intolerancia que desencadena cientos de riñas fatales
Durante lo corrido de 2024, los conflictos entre ciudadanos han aumentado 29 por ciento.
Al contrario de la frase popular que reza que la Navidad es una época de “reconciliación, amor, paz y perdón”, lo cierto es que la noche del 24 de diciembre es una de las más violentas del año, en la que las riñas tienen más impacto dentro de las cifras delictivas. Tan solo el pasado martes y miércoles, fechas de la celebración, se registraron en Bogotá 720 riñas, una cifra que, aunque es inferior a la del año pasado para la misma fecha, sigue siendo una alerta para la ciudad.
Lo que ha preocupado a las autoridades durante los últimos meses es que las cifras de delitos desencadenados por conductas relacionadas con la intolerancia parecen ir en aumento, y aunque se han intentado diferentes campañas para prevenir los brotes de intolerancia, la realidad es que Bogotá lidera el listado de ciudades del país con más de estos casos.
Según los datos de la Policía Metropolitana, (con corte a noviembre) Bogotá ocupa el primer lugar entre las principales ciudades con más muertes violentas causadas por intolerancia, que representan un 32,4 por ciento del total de estos fallecimientos; superando a Medellín, donde el porcentaje es de 30,1; Barranquilla, donde los homicidios por intolerancia son el 16,7 por ciento del total, y, finalmente, Cali, donde la cifra llega al 12,3 por ciento.
Escuadrón Anti-Riñas. Foto:Secretaría de Seguridad de Bogotá
Para ejemplificar este complicado panorama, basta con revisar los hechos de la última semana, en la que un joven asesinó a su abuela de 84 años luego de que esta le negara un permiso para salir a la calle, o el de otro hombre que atacó a su padre en medio de la celebración de Nochebuena. En ambos casos, las víctimas fallecieron por cuenta de las heridas que les propinaron con arma blanca.
De acuerdo con César Restrepo, secretario de Seguridad de Bogotá, estos hechos son parte de una cultura “violenta” que está incrustada en la sociedad bogotana y que se ha manifestado en el uso del cuchillo como método de resolución de conflictos.
“El reto es hacer que la gente entienda que los actos violentos pueden derivar en la pérdida de vida de alguien y que para quien las usa también puede acarrear un problema penal gravísimo. Es decir, el uso de armas blancas es claramente una forma equivocada de resolución de conflictos. Si usted lleva un arma, es porque está consciente de que va a herir a alguien y es la forma como usted va a resolver cualquier conflicto. (...) El cambio es cultural”, señaló César Restrepo, secretario de Seguridad.
En lo corrido de 2023, se han desactivado 559 riñas en Bogotá. Foto:Secretaría de Seguridad deBogotá
La psicóloga clínica y forense del Instituto de Medicina Legal Luz Cristina Jiménez ve la situación desde otro ángulo y pone sobre la mesa las graves afectaciones de salud mental que han sufrido los bogotanos por cuenta de la inseguridad y la pandemia. Explica la experta que los escenarios de inseguridad en Bogotá se han normalizado hasta el punto de que los bogotanos han desarrollado conductas ‘paranoides’ que los impulsan a tener comportamientos reactivos.
“Cuando la gente está expuesta a factores de inseguridad, se desarrollan rasgos paranoides como ser reactivos, impulsivos, estar con temor o estar preparado todo el tiempo para contraatacar. Este tipo de cosas se ha vuelto normal en los bogotanos y eso no es normal porque hay una sintomatología que no es deseada”, explicó la experta.
Además de esto, señaló que detrás de este tipo de fenómenos debería haber una reflexión por parte de las autoridades sobre lo que los contextos de inseguridad están causando a la salud mental de los bogotanos.
Riñas en Bogotá Foto:Secretaría de Seguridad
“Las autoridades deben ser conscientes de que la salud mental de los bogotanos se está afectando y que hay que tomar medidas porque la situación de inseguridad trasciende a todas las esferas de la vida de una persona (...) esto no solo se queda en lo que pasa en la calle, sino que también afecta la cotidianidad, la vida en familia y hasta el trabajo porque es una situación que contamina todos los espacios y estas son preguntas que nadie se está haciendo”, anotó la psicóloga.
De esta explicación no se apartó el comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, José Daniel Gualdrón, quien también atribuyó, en gran medida, los brotes de intolerancia que desencadenan hechos fatales a los problemas de salud mental que han venido en aumento entre los ciudadanos.
“Hemos detectado en nuestros análisis que la salud mental ha empeorado después de la pandemia y que esto ha tenido un impacto muy significativo en las cifras de casos por intolerancia. En su mayoría, se puede evidenciar que hay más lesiones y homicidios entre familiares, feminicidios y en contextos de personas que comparten espacios vitales (...) ahí tenemos un reto enorme”, advirtió el general Gualdrón.
Riñas en Bogotá Foto:Redes sociales.
Pese a que el panorama es complicado respecto a la intolerancia, lo cierto es que los expertos analistas en seguridad aseguran que todavía quedan caminos por explorar para “reconstruir el tejido social”. Desde esa visión, los enfrentamientos entre ciudadanos por causas simples no corresponden necesariamente a un problema de seguridad que deba ser atacado únicamente por la Policía de la ciudad; por el contrario, requieren una intervención integral de toda la oferta institucional del Distrito enfocada en la prevención del conflicto.
La analista y asesora en educación para la seguridad Stella Baracaldo, quien además fue parte del equipo que implementó el programa de cultura ciudadana durante la istración del exalcalde Antanas Mockus, señaló que, para mitigar este comportamiento “efervescente” entre los bogotanos, es necesario ampliar las capacidades del Distrito en materia de manejo del conflicto.
Imágenes de la riña. Foto:Citytv
“Antes de pensar en la intolerancia, porque somos una sociedad violenta, lo que hay que hacer es ver cómo aumentar por todo lugar la oferta institucional para el manejo de conflictos. Hay riñas que se presentan porque las personas están esperando la fiesta de Navidad y, en medio del licor, cobrar la deuda; pero también hay otros conflictos que surgen en el espacio público, y por eso creo que hay una deuda enorme con el aumento de las estrategias donde se den herramientas para resolver conflictos”, dijo Baracaldo.
Para entender el problema, Baracaldo toma como referencia el hecho de que, para poder atender la demanda de incidentes de seguridad durante estas fechas, la Policía Metropolitana tiene que desplegar “escuadrones especiales”.