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Noticia
Rescate de Luna y Princesa: la historia de las llamas que reflejó el maltrato animal en Bogotá
Los animales se recupera en un hogar de paso en zona rural de la capital.
Las llamas fueron rescatadas en el centro de Bogotá. Foto: Instituto Distrital de Bienestar y Protección Animal
El 15 de diciembre de 2024, peatones y comerciantes del centro histórico fueron testigos de un hecho preocupante: Luna, la llama que por años había sido exhibida en la zona para atraer turistas y obtener propinas a cambio de fotografías, cayó exhausta en plena vía pública. El incidente, registrado en videos que rápidamente se viralizaron, llevó a muchos a preguntarse en qué condiciones eran mantenidos estos animales.
Los ciudadanos dieron aviso del mal estado de unas llamas en la Plaza de Bolívar. Foto:Alcaldía de Bogotá
Poco después del colapso de Luna, circularon rumores de su muerte, lo que aumentó la indignación ciudadana. Sin embargo, el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA) en ese momento confirmó que la llama estaba con vida y que, junto con otra llama llamada Princesa, sería rescatada para recibir atención veterinaria.
Tras su rescate, Luna y Princesa fueron trasladadas a un hogar de paso ubicado en zona rural de Bogotá, donde han recibido tratamiento médico y han sido sometidas a un proceso de rehabilitación. Según el IDPYBA, las condiciones de bienestar de las llamas han mejorado significativamente.
"Desde su llegada, hemos monitoreado su peso, su alimentación y su estado general de salud. Han ganado masa corporal, su pelaje ha mejorado y sus patas muestran una notable recuperación", explicó Claudia Segura, veterinaria del equipo de granja del IDPYBA.
Los animales atacados en Chile son llamas y cabras. Foto:iStock
El informe veterinario señala que Luna y Princesa padecían desnutrición y estrés severo cuando fueron rescatadas. La exposición prolongada al cemento de la ciudad había afectado sus pulpejos, la parte inferior de sus patas, provocando dolor y dificultad para caminar. Ahora, bajo cuidados adecuados, han mostrado avances positivos.
El problema del uso de animales en el turismo urbano
El caso de Luna ha puesto en evidencia una problemática recurrente: la explotación de animales en entornos urbanos con fines comerciales. En Bogotá, es común ver caballos, llamas y hasta burros en actividades turísticas que, aunque lucrativas para sus dueños, pueden significar un grave deterioro para la salud de los animales.
Las autoridades han reiterado el llamado a la ciudadanía para evitar interactuar con animales en contextos de explotación. "Cada vez que pagamos por una foto o una experiencia con estos animales, perpetuamos el ciclo de abuso y maltrato. Debemos ser conscientes del impacto que esto tiene en su bienestar", señaló un vocero del IDPYBA.
Las llamas se encuentran bajo el cuidado del personal profesional. Foto:Instituto Distrital de Bienestar y Protección Animal
En este sentido, la entidad ha intensificado sus operativos de control y ha recordado que cualquier caso de maltrato animal debe ser denunciado a través de sus canales oficiales. Bogotá cuenta con la Línea 123 y la plataforma del IDPYBA para recibir reportes ciudadanos.
El IDPYBA redobló esfuerzos
El caso de Luna y Princesa deja varias reflexiones sobre la relación de los humanos con los animales y la necesidad de políticas públicas más estrictas para su protección. Aunque hoy las dos llamas tienen un futuro más prometedor, la realidad es que muchos otros animales siguen siendo explotados en condiciones inadecuadas.
El IDPYBA continuará supervisando su recuperación y evaluará, en su debido momento, la posibilidad de trasladarlas a un santuario donde puedan vivir en un entorno más adecuado para su especie. Mientras tanto, las autoridades y los defensores de los derechos animales insisten en la importancia de denunciar y rechazar prácticas que perpetúen la explotación de los animales en la ciudad.