En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cómo está el clima en Bogotá?
¿Cómo se llama el hijo de Petro?
¿El pico y placa en Bogotá como quedaría para el 2024?

Como si fuera la primera vez: la historia de amor de 2 adultos mayores

Carlos tiene alzheimer y cada día se enamora de Gloria en un geriátrico de Cali, en pandemia.

La mirada es la prueba fehaciente del amor.

La mirada es la prueba fehaciente del amor. Foto: Gustavo Molina

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
Sus miradas se encontraron como dos astros errantes. Carlos Arturo Yali, en la entrada de su cabaña, buscó los ojos de Gloria Piedrahita que está sentada en un sofá de la sala del geriátrico Cuidado Vital, en el norte de Cali.
Ella no se inmuta. Él, mientras tanto, se acerca al comedor a tomarse su habitual café de las 8 a. m. La pulcritud en su forma de vestir es algo que siempre le ha caracterizado. 
Sin importar el clima, si es domingo o festivo, Carlos Arturo Yali se viste de camisa, pantalón y no deja su característica boina que cubre parte de sus canas. Gloria, por su parte, se limita a mirarlo y continúa viendo las noticias, mientras se acaricia su cabello castaño.
Pero los sentimientos son difíciles de ocultar. Luego de pasar una mañana distante, ambos se buscan de forma inconsciente. Se sientan frente a frente en la mesa para almorzar y todo empieza: 
-Nací en Calima El Darién -comenta Carlos.
-¡Yo también soy de allá! -dice Gloria.
Los ojos de ambos vuelven a cruzarse y tienen una sonrisa de cómplices. Recuerdan lo que en algún momento fueron: Carlos, de 86 años, dedicó parte de su vida a trabajar en embotelladora de gaseosas y, posteriormente, viajó por el Valle vendiendo balanzas. 
Tuvo 14 hijos y hace algunos años se quedó viudo. Hay cicatrices en su corazón que le recuerdan que ese pasado fue real y días donde recuerda a su esposa. 
Los años tampoco llegaron solos: fue diagnosticado con Alzheimer, diabetes y problemas en el corazón. Gloria, de 77 años, nunca tuvo hijos ni llegó a casarse. Desde pequeña veía que, por lo general, los esposos le pegaban a las mujeres "y no quería eso para mí", dice. 

'Como si fuera la primera vez'

El miedo al amor no significa que lo haga desaparecer. Negarse a él es el primer paso para volverse vulnerable.
Cuando ya los nueve abuelos del geriátrico terminan de almorzar, salen a un amplio patio con flores y zonas verdes. Carlos y Gloria ya están juntos, casi por inercia. 
No saben en qué momento o de qué forma, pero sus manos están entrelazadas. Ambos lo aceptan como parte de esa cotidianidad. Posteriormente van a realizar la actividad física. Leidy Luna, quien istra el geriátrico, los lleva a hacer un trabajo de manualidades.
Mientras pintan, Gloria se desenvuelve con total naturalidad usando el pincel. Entre tanto, Carlos hace trazos torpes, pero ella intenta ayudarle. 
"Tan hermosa, te estoy queriendo. Te quiero para algo serio, Gloria". Los pómulos de ella no tardan en asemejar aquellas palabras y se ruboriza. 
Ella no contesta, pero sus actos no pueden ocultarlo. Se ocupa de que él coma bien, se tome sus pastas y pasan la tarde juntos. Cuando nadie los ve -o eso creen ellos-, sus labios se buscan como si ya se hubieran encontrado otras veces.
Las horas continúan su cauce natural y el paso a la noche les recuerda que el día no es un instante eterno. Los trabajadores del geriátrico empiezan a sentir la nostalgia de lo que aún no ha ocurrido, pero que suele repetirse.
"El tren lento va partiendo
sobre los hilos de acero
y en él se va despidiendo
el amor que yo más quiero", canta Carlos al compás de Lucho Vásquez en el 'Tren lento'.
La música tiene el poder de despertar sentimientos y recuerdos que estaban dormidos. Es como si se tratara de un interruptor que hace que los latidos del corazón transcurran de forma diferente.

Lo inevitable

Son las 8 p. m. La historia ya es conocida entre las enfermeras del lugar. 
-Carlos, ya tengo sueño. Creo que iré a dormir ya.
-Quédate un rato más. No me dejes solo todavía -responde. 
El sueño es lo que separa esta historia de amor. Ambos se levantan del sillón donde se encontraban viendo noticias, se toman de la mano como si fuera la primera vez y él la acompaña hasta su habitación. 
-Buenas noches, Gloria -dice mientras le da un beso. 
Ella, mientras tanto, se acuesta y se acobija. El beso es correspondido.  Una hora después, Carlos va hacia su cabaña y entra por el mismo portal desde donde cruzó miradas con Gloria hace 12 horas. La noche ha vuelto a hacer de las suyas.
Las primeras horas entran nuevamente en el geriátrico y los pájaros comparten sus primeros cantos. Gloria se levanta, se sienta en el mismo sillón que el día anterior para ver noticias. 
Momentos después, se abre la cabaña de Carlos. Está vestido nuevamente de camisa, pantalón y boina. Es inevitable: sus miradas se encontraron como dos astros errantes. Ella no se inmuta, él se dirige a la mesa a tomarse un café.
Se miran, pero no se reconocen. La mañana es apática y ellos están distantes hasta que llega el almuerzo.
-Nací en El Darién -dice Carlos.
-¡Yo también soy de allá! -comenta Gloria.
Sus ojos se vuelven a cruzar y la sonrisa cómplice estuvo presente. El amor hizo nuevamente de las suyas y se reescribe a estas horas.
GUSTAVO ADOLFO MOLINA DURANGO
ESCUELA MULTIMEDIA DE EL TIEMPO
CALI

Otras noticias de Colombia

 

Sigue toda la información de Colombia en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.