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La historia de Señora Gilma, la perrita moribunda que adopté y me cambió la vida
Tras un año de cuidados, la labradora de 11 años que vivía en la calle, encontró una nueva familia.
El 31 de enero de 2022 la Señora Gilma pasó a tener una mejor vida. Eliza y yo decidimos adoptarla.
Es una labradora criolla de 11 años, la aquejaban serios problemas renales, hepáticos, pancreatitis, cistitis, gastritis y anemia; además perdió el 80% de los dientes y fue hallada en avanzado estado de desnutrición, con una hernia en su parte trasera y un enorme bulto en su abdomen.
Ella no escogió a su nueva familia como pasa en las películas, no fue algo mágico o instantáneo...¿por qué nos escogería? Solo había conocido el abandono y la desidia humana.
Nosotros la elegimos a ella. Por su historia, por su tenacidad y por aferrarse a la vida a pesar de todas sus condiciones y adversidades. Sentimos que podíamos darle lo único que le faltaba en el Centro de Bienestar Animal la Perla La Perla en ese momento: una familia.
Viéndolo hoy, parece que fuera algo predestinado. El 15 de octubre del 2021 yo le celebraba el cumpleaños a mi mamá, pero ese mismo día, a varios kilómetros de distancia, el reporte médico de la Señora Gilma (en ese momento se llamaba Manantial) decía que su valoración era positiva y estaba apta para ser adoptada.
Señora Gilma fue adoptada a sus 11 años en Medellín Foto:Cortesía
No tenía ni idea que en poco más de tres meses, también en la celebración de un cumpleaños, llegaría el karma más lindo de la vida. ¿Por qué Karma? Porque solía pensar que si tenía forma de comprar un perro lindo y fino ¿para qué adoptar? Incluso me burlaba de quienes lo hacían.
Y allí estaba yo, años después de pensar así, en un refugio para mascotas dispuesto a llevarme a la más enferma de todas.
¿De dónde salió la Señora Gilma? Seis meses antes, el 25 de julio del 2021 tras una llamada de denuncia de alguien que la vio vagando por las calles del barrio Robledo, noroccidente Medellín, en un notorio estado de abandono, los veterinarios del Centro de Bienestar Animal la Perla la salvaron.
Poco se sabe de su pasado, si la abandonaron por su avanzada edad, por su condición médica, por simple maldad o si se le perdió a alguna familia. Se cree que estuvo mucho tiempo en las calles, ya que su condición era deplorable y de extrema delgadez. En su desesperada búsqueda de alimento para no morirse de hambre normalizó comer excrementos humanos.
Su pasado y lo que la llevó a ese estado es y seguirá siendo un misterio. En eso coincide Jenny Zapata, la veterinaria que la atendió en La Perla, quien nos contó que, ante la gravedad la condición del animal, hubo que hacerle una arriesgada cirugía para extraer un absceso de unos 25 centímetros que la tenía con distensión abdominal, la cual presentaba dolor al tacto.
Señora Gilma fue adoptada a sus 11 años en Medellín Foto:Alejandro Mercado
“Era algo muy arriesgado dada la condición de ella, en esos casos yo diría que había un 80 por ciento de posibilidades de que no sobreviviera, sin contar el posoperatorio”, expresó la veterinaria, quien agregó que la perrita estuvo prácticamente desahuciada, por su delgadez crónica y su edad avanzada.
- Tienen que entender que no va a correr, no va a jugar con ustedes y es posible que no dure mucho, como pueden ser seis meses puede ser un año o quizá más ¿Están seguros? - advirtieron desde La Perla.
- Sí- respondimos.
- También deben saber que por ser un perro grande come mucho, por ser geriátrico tiene un olor muy fuerte y por su raza va a botar mucho pelo ¿están seguros?
- Sí- Repetimos.
- Deben tener en cuenta que requerirá medicina de por vida, para el dolor y para las articulaciones, lo recomendable es llevarla a valoración al menos dos veces al año y tener en cuenta condiciones que pueda sufrir a futuro-
- Entendemos, queremos seguir- respondimos tras preguntar el valor de las medicinas, lo cual no vale la pena traer a este relato.
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La veterinaria Jenny Zapata habla del procedimiento quirúrgico
Eso fue un 18 de enero, pero no nos la pudimos llevar a su nueva casa. La Señora Gilma también tenía hemoparásitos y requería una ecografía para determinar si estaba sana y el tratamiento a seguir.
Nos dieron la opción de buscar a otra mascota, pues eran muchos los perritos veteranos en busca de un hogar, pero quisimos seguir con ella.
Llegó en una jaula justo en mi cumpleaños 37. No hacía o visual, estaba inquieta y los primeros días se quedaba en el balcón mirando a la nada, como esperando que la recogieran de La Perla.
Además, su tamaño, su raza y su enfermedad hacían que orinara mucho y con un olor muy fuerte, por lo que todos los días había que limpiar cantidades enormes y olorosas de orina.
Un año después...
(6) En menos de un mes le enseñamos a ir al baño y, a pesar de lo ruca, aprendió y ya va por su cuenta al lugar que le enseñamos. Su pelo, seco e hirsuto cobró brillo y con el paso de los días entendió que tenía un nuevo hogar y una familia que está con ella todos los días. pic.twitter.com/9o6dBYHKJM
¿Qué ha pasado en un año? En menos de un mes le enseñamos a ir al baño y, a pesar de lo ruca, aprendió y ya va por su cuenta al lugar que le enseñamos, el propio baño.
Su pelo, seco e hirsuto comenzó a cobrar brillo y con el paso de los días entendió que tenía un nuevo hogar y una familia que está con ella todos los días casi todo el día, que le tiene todas sus medicinas y su comida diaria y que le brinda todo el cariño y la compañía que le faltó.
Ya mira a los ojos, reconoce mi olor a la distancia, coge su pelota favorita cuando llegamos de la calle y nos hace perseguirla por toda la casa, le encanta la menudencia de pollo y entiende que tiene un snack asegurado cuando está cansada en el segundo piso y ese es su aliciente para llegar al tercero.
Señora Gilma fue adoptada a sus 11 años en Medellín Foto:Alejandro Mercado
Sus enfermedades no tienen cura, solo control, pero todos los niveles han estado bien, tanto que por más de ocho meses no hubo rastro de anemia en su cuerpo y las otras condiciones se han mantenido estables.
Si bien ha sido satisfactoria esta nueva etapa, no ha sido fácil; come casi 15 kilos al mes, hay que suministrarle diariamente al menos tres medicinas distintas y cada cuatro meses la llevamos a control, donde le mandan más medicina.
Nuestra vida cambió por completo. Todos los días había que barrer por la cantidad exagerada de pelos que botaba, lo que era muy agotador ¿la solución? Conseguir un robot barredora.
Además, su olor fuerte predomina en la casa y sus enfermedades la hacen muy flatulenta, ¿la solución? Conseguir un ambientador permanente que aromatizara el apartamento automáticamente cada cierto tiempo. Problema solucionado.
Creemos que pasó tantos años en la calle comiendo basura que ese comportamiento ya hace parte de ella y no hemos podido cambiarlo, es muy basurera, por lo que siempre hay que estar pendientes de que no coma nada indebido. Tristemente, al ver excremento humano en la calle, aún cree que es comida e intenta comerlo.
Señora Gilma fue adoptada a sus 11 años en Medellín Foto:Alejandro Mercado
Hoy la Señora Gilma es una perrita feliz y nosotros lo somos aún más. Va al Spa una vez al mes, tiene su camiseta de la Selección Colombia, impermeable contra la lluvia, su cama propia y un balcón en el que le ladra a los que pasan.
Duerme casi todo el día, pero no le faltan sus tres paseos diarios y en el 90 por ciento de las veces, cada vez que abre los ojos uno de nosotros está ahí para ella.
No quisimos dejarla sola, por lo que se complicaba la salida a pasear o a hacer visitas, así que optamos por endeudarnos en un carro y así llevarla con nosotros cuando se pudiera.
La ‘viejita’ no es gruñona, aún juega con otros perros, aunque prefiere jugar sola. Le encanta olisquear en la calle ‘chismosiando’ los mensajes que dejan otros perros con su orín y ella les deja el suyo.
Señora Gilma fue adoptada a sus 11 años en Medellín Foto:Alejandro Mercado
Quienes nos conocen reconocen lo apegados que estamos y siempre nos recalcan lo duro que será cuando no esté y lo efímera que será su estadía en la familia, sus advertencias son pan de cada día, como un fatídico y constante “te lo dije”.
Yo sé que esta historia no tendrá un final feliz de cuento, de años de compañía y apoyo mutuo, sabemos que es un contrato a término fijo e iremos hasta donde ella quiera, con el compromiso de que no sufrirá, sin importar lo apegados que estemos, sin importar que nos rompa el alma el no verla más, la promesa que le hicimos es que no sufrirá.
Y solo puedo decir que en este año que la señora Gilma lleva en nuestro hogar no le conozco su llanto.
El 31 de enero del 2023 cumplió un año con nosotros y está más vigente que nunca, así como la promesa de darle una mejor vida, pero nunca pensamos que sería ella la que mejorara la nuestra. ¡Feliz cumple! Mis viejitos.
Adopción de perros geriátricos
Señora Gilma fue adoptada a sus 11 años en Medellín Foto:Cortesía
En 2022, el equipo de profesionales del Centro de Bienestar Animal La Perla rescató a más de 2.000 animales de compañíapor casos de maltrato o abandono y fueron atendidos de manera integral 4.302 animales con rescates, atención clínica y actividades de sensibilización.
En cuanto a adopciones, el lugar cuenta con aproximadamente 1.300 perros de todas las edades y aunque las adopciones han ido incrementando, en cuanto a perros geriátricos no ha sido igual, especialmente en perros de razas grandes.
En La Perla hay registros de mascotas que llevan hasta 10 años en la institución y no han sido adoptados.
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La Perla habla de las adopciones
Señora Gilma fue adoptada a sus 11 años en Medellín Foto:Cortesía
“La mayoría de personas buscan perros cachorros o jóvenes, quizá para no sentir el dolor de la partida, porque creen que no van a durar mucho. Pero el hecho de brindarles los últimos meses o años en el calor de un hogar es muy gratificante”, expresó la veterinaria de La Perla.
Zapata agregó que, erróneamente también está la creencia de preferir animales de compañía cachorros porque es más fácil su adiestramiento, e indicó que los perros veteranos aprenden rápido y fácil.
Recomendaciones
En Feria de las Flores Foto:Alejandro Mercado
Antes de adoptar a la Señora Gilma, hicimos un proceso para adoptar a otra mascota en otro establecimiento, pero nos indicaron que el apartamento era muy pequeño para un perro grande.
Una creencia que desmitificaron en La Perla, donde nos indicaron que un perro, así sea de tamaño grande, pasa casi todo el día dormido, por lo que el espacio no es un tema vital para negar una adopción.
Si una persona desea adoptar un perro geriátrico, debe entender que ellos duermen mucho, que son una gran compañía, pero que requieren necesidades especiales, por lo que hay que darles protectores articulares para ayudarles a lubricar las articulaciones, las cuales se desgastan.
Tenerlos en ambientes tranquilos y entender que algunos requieren medicamentos por lo que les reste de vida.
Pero, sobre todo, la recomendación es darles mucho cariño y compañía en sus últimos años.