De Cecco, la empresa que cambió la forma de elaborar la pasta

Antes de De Cecco el proceso para elaborar una buena pasta pasaba, sin excepción, por un secado al sol, que al depender del clima podía no dar siempre el mismo resultado.

Pero cuando la familia De Cecco, establecida en el pueblo de Fara San Martino, en Abruzzo, decidió, en 1886, pasar del negocio de producir harina en el molino familiar a ofrecer pasta, vino el cambio.

Fue Filippo Giovanni De Cecco quien diseñó, por intuición basada en su experiencia, un modelo de secado de la pasta a baja temperatura, lo que permitió fabricar un producto de calidad, independiente de las condiciones ambientales.

La marca, cuyo logo tiene desde 1908 una campesina italiana cargando haces de trigo, empezó a salir de la región bastante rápido. Construyó una próspera fábrica que fue bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial y la reconstruyó después de ella.

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Dicen sus reseñas oficiales que desde siempre pensaron en llevar su pasta, cuyo proceso de producción controlan desde la siembra del trigo hasta el final, al resto del mundo.

En los años 50 fundaron una fábrica en Pescara; en los 80, otra en Fara San Martino que duplicaba la producción que tenían hasta entonces. Después, la marca amplió su portafolio hacia la producción de otros productos que complementan en las mesas el placer de disfrutar una buena pasta, como el aceite de oliva y las diferentes salsas que son símbolo del sabor italiano en el planeta.

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La empresa, que considera la elaboración de pasta como un arte, cuenta ahora entre sus productos con pasta al huevo, de sémola y líneas especiales como la integral, la de siete cereales, la bío (proveniente de agricultura ecológica) y hasta una línea de arroces.

REDACCIÓN DE CULTURA