¿Por qué de repente dos gigantes de la
comida rápida a nivel mundial y una de las mayores compañías de alimentos procesados del planeta apuestan fuerte por las
hamburguesas que no son de carne, las llamadas ‘hamburguesas vegetales’? Simple: tienen muy claro lo que se viene.
Burger King, McDonald’s y Nestlé han identificado a la perfección tres corrientes que están cambiando –y de forma cada vez más evidente y fuerte– los hábitos de consumo de los jóvenes, y saben que si no reaccionan pronto los perderán como clientes hoy y cuando sean adultos.
La primera en mover ficha fue Burger King, con una prueba piloto de su ‘Impossible Burger’, una hamburguesa cero carne, lanzada el primero de abril en St. Louis (
Estados Unidos). Y la prueba fue todo un éxito. Tanto, que voceros de la empresa ya hablan de que para finales del año se vendería en todo el país.
Burger King lanzó este producto en alianza con Impossible Foods, una empresa unicornio fundada en 2011 por Pat Brown, quien, siendo profesor de Stanford decidió volverse vegetariano como una forma de alimentación ética, saludable y amigable con el medioambiente.
Con esto en mente, Brown lideró la creación de una ‘carne vegetal’ que entre sus componentes tiene trigo, aceite de coco y papa, pero su elemento central es el ‘hemo’, una proteína vegetal hecha a partir de soya que imita el sabor de la carne animal casi a la perfección. Además de ser un producto más sano, pues tiene muchas menos grasas y calorías.
Fernando Machado, director de márketing de Burger King, le contó a ‘The New York Times’ que antes de lanzar la ‘Impossible Burger’ hicieron un experimento con algunos empleados de la compañía, a quienes se les dio a probar la whopper normal y la whopper hecha de vegetales, y la mayoría –aseguró– no percibió diferencia alguna.
Y ahí radica su potencial: es un producto vegetal saludable que recrea el sabor de la carne tradicional. “No es tan jugosa, pero el sabor es increíble. Ni una señal de plantas o soya”, comentó Sandra Zeballos, periodista de la radio ADN Chile, quien la probó en la reciente feria CES de tecnología realizada en Las Vegas.
También en abril, Nestlé, un ‘peso pesado’ de la industria alimenticia mundial, apostó con todo por las hamburguesas vegetarianas lanzando en algunos países de Europa su ‘Incredible Burger’, hecha a base de soya y proteínas de trigo, con extractos de remolacha, zanahoria y pimentón entre sus ingredientes. El director de tecnología de Nestlé, Stefan Palzer, comentó sin rodeos que es claro que las tendencias alimentarias están cambiando y que a la gente joven le interesa cada vez más una dieta saludable. “El vegetarianismo nunca fue tan popular y ha llegado para quedarse, estoy convencido de ello”, dijo Palzer.
McDonald’s, rival de Burger King, no se quedó atrás (hace tiempo viene experimentando fórmulas) y el 29 de abril lanzó en Alemania la ‘Big Vegan TS’: una hamburguesa hecha de soya y trigo. Y vale la pena anotar que los clientes de esta cadena crearon una petición en change.org para que esta empresa introdujera una hamburguesa vegetariana en su menú, logrando recoger más de 161 mil firmas.
El vegetarianismo nunca fue tan popular y ha llegado para quedarse
Las razones del cambio
El motor de toda esta revolución son los jóvenes, que están modificando sus hábitos de consumo impulsados por tres razones básicas: el
animalismo, el ecologismo y el deseo de tener una mejor salud.
Y así lo ratificó el informe The Green Power 2017, realizado en España, que evidenció que el 57 por ciento de las personas que se convirtieron en vegetarianas lo hicieron por motivos éticos y animalistas, el 21 % lo atribuyó a una contribución personal a la sostenibilidad del planeta y un 17 % dijo que lo hizo para tener una mejor salud.
El maltrato animal en todas sus formas es inaceptable para las nuevas generaciones y eso va desde el rechazo a que los animales sean inyectados con hormonas para acortar el tiempo entre su nacimiento y su llegada al supermercado, hasta las condiciones en que se les tiene en las granjas industrializadas, se les alimenta o sacrifica.
“Me volví vegetariana porque en una época veía muchos videos y documentales sobre el maltrato en los mataderos”, cuenta Lucía Yepes, estudiante de derecho, de 20 años. Pero “con el tiempo –agrega–, encontré otras muchas razones, como la postura ética del respeto por el otro y de no sentirme superior a nadie, ni animal, ni humano”.
Uno de los principales estandartes del movimiento animalista, que obtiene buena parte de sus bases del ensayo ‘Liberación Animal’, de Peter Singer, es dejar de comer animales y buscar otras alternativas alimenticias. Para ellos, la carne no es una necesidad en la dieta de las personas y como consideran que los animales son seres que sienten, rechazan que se les maltrate.
Según la Unión Vegetariana Internacional, en 2017 había 600 millones de personas en el mundo que, como Lucía, no consumen carne. Y según el informe The Green Power, la mayoría de los jóvenes se vuelve vegetariano entre los 20 y los 35 años.
La segunda razón tampoco es menor: salvar al planeta, ayudando a parar el calentamiento global. La ganadería es responsable de una parte importante de los gases de efecto invernadero por cuenta del metano que generan las reses y, además, de buena parte de la pérdida de zonas de bosques, por la necesidad de obtener zonas de pastoreo.
Elena Bernal, una estudiante de filosofía de 20 años y en proceso de conversión al vegetarianismo, comentó: “Me estoy volviendo vegetariana por motivos ecológicos. Los animales que utiliza la industria de la carne producen gases como el metano. En cambio, la producción vegetal es más limpia”.
Su opinión concuerda con los datos proporcionados por la empresa estadounidense Beyond Meat, otro fabricante de carne vegetal, que asegura que la elaboración de esta “requiere un 99 % menos de agua, 93 % menos tierras y 50 % menos de electricidad”. Y, en vista de que no se crían animales, “reduce los gases de efecto invernadero”.
Un elocuente reporte
Y aún está fresco el comentado reporte de la comisión EAT–Lancet, que tras reunir a 37 científicos y otros expertos de 16 países concluyó que para garantizar la supervivencia de la especie humana y del planeta es urgente que cambiemos radicalmente la forma como nos alimentamos.
La comisión señaló que en el año 1900, dos tercios de la proteína consumida por los estadounidenses no provenían de animales, sino de alimentos vegetales, pero que en 1985, esa estadística se revirtió, con más de dos tercios de su proteína proveniente de animales, principalmente de ganado vacuno. Estos animales consumen hasta cuatro kilos de granos para producir medio kilo de carne y en el proceso liberan toneladas de gases de efecto invernadero, mientras que su grasa saturada y sus calorías contribuyen en gran medida a los altos índices de enfermedades crónicas.
Por eso, la comisión recomendó que el consumo mundial de frutas, vegetales, frutos secos y legumbres se duplique y el de productos como la carne roja y el azúcar se baje drásticamente.
Nadie debería volverse vegetariano o vegano sin el acompañamiento de un nutricionista y un médico general
La tercera motivación de los jóvenes para impulsar este cambio de rumbo alimentario es los beneficios que este tipo de comida trae para la salud. Paulina Arango, quien lleva 5 años sin comer carne afirma que si bien tomó la decisión porque “no quería ser cómplice de la industria que incentiva la crueldad con los animales”, desde que es vegetariana ha notado una mejoría en su concentración, en su peso y se siente mucho mejor.
En cuestiones de nutrición, las whoppers con carne vegetal aportan la misma cantidad de proteína al cuerpo que las que tienen carne animal. Y según Pat Brown, “estas hamburguesas tienen 15 % menos de grasa y 90 % menos de colesterol”.
Y aunque hay amplios estudios científicos que confirman que reducir el consumo de carnes rojas es bueno para la salud, Carlos Francisco Fernández, asesor médico de EL TIEMPO, subraya el consejo de todos los profesionales de la salud, y especialmente en estos tiempos en que la gente toma decisiones a partir de lo que lee o ve en internet: “Nadie debería volverse vegetariano o vegano sin el acompañamiento de un nutricionista y un médico general”.
Lluvia de millones
Pero volviendo al 'boom' de la carne vegetal, su magnitud es tal, que personajes como el multimillonario Bill Gates y el reconocido actor Leonardo DiCaprio han invertido gruesas sumas en Beyond Meat, principal competidor de Impossible Foods.
Baste con señalar que cuando esta compañía entró a Wall Street, el 2 de mayo, sus acciones costaban 25 dólares, y solo diez días después ya se vendían a 66 dólares, es decir, aumentaron su valor un 264 por ciento.
Mientras que Impossible Foods –que por ahora no quiere entrar en bolsa– recaudó hace poco 300 millones de dólares en una sola jornada de financiación, llegando a un capital total de 750 millones de dólares y un costo estimado, si fuera a ser vendida hoy, que supera los 2.000 millones. No en vano en esta compañía han invertido empresas como Google Ventures y el banco suizo UBS, entre otros.
“Ahora que la cantidad de personas vegetarianas es más notoria y la tendencia viene al alza, tanto multinacionales como inversionistas tienen mayor seguridad respecto a los beneficios económicos que trae consigo la producción y comercialización de carne vegetal. Y la carrera por capturar la mayor fracción del mercado que sea posible ya comenzó”, explicó Douglas Newball, investigador de la facultad de economía de la Universidad de los Andes.
Laurent Freixe, vicepresidente ejecutivo de Nestlé, dijo que “el negocio de productos vegetales de su compañía podría alcanzar ventas de más de 1.000 millones de dólares en diez años”.
La firma de investigación MarketsandMarkets prevé que el mercado mundial de sustitutos de la carne llegue a 6.400 millones de dólares en el 2023. Pero en Beyond Meat creen que la cosa va a ser mucho más fuerte. En una presentación ante la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. sobre sus planes a 10 años, Beyond Meat proyectó que el mercado de la carne a base de plantas podría alcanzar los 35.000 millones de dólares solo en Estados Unidos.
Por su parte, la agencia Bloomberg reportó esta semana que Barclays Plc cree dice que es posible que el sector alcance (a nivel global) un valor de US$ 140.000 millones en solo 10 años. Esto representa una cuota del 10 % del mercado mundial de la carne.
Los ‘centennials’, con su mayor conciencia ecológica, animalista y nutricional podrían cambiar la forma en que nos alimentamos y, de paso, darle una segunda oportunidad al planeta.
NICOLÁS HERNÁNDEZ GÓMEZ
Escuela de periodismo de EL TIEMPO