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El adiós de Hatsuhana, el primer restaurante japonés de Bogotá
El pionero de la cocina japonesa dice adiós con la esperanza de que alguien continúe su legado.
La fachada de Hatsuhana, en la calle 100. Fueron 34 años de tradición japonesa en Bogotá. Foto: Néstor Gómez. EL TIEMPO
Aún en su página web puede consultarse la amplia carta del restaurante Hatsuhana, con todas sus especialidades japonesas y sus altos precios, justificados por la calidad, que a lo largo de más de 34 años nunca fueron inconveniente para que los primeros enamorados del sushi en Colombia -y también de las tradiciones japonesas- asistieran al lugar.
Allí vivían no uno sino muchos rituales en torno a la comida del archipiélago oriental. Hatsuhana fue, si no el primero, uno de los primeros en traer la cocina japonesa a la capital colombiana. Trajo consigo todo el misticismo que se le da en japón al itamae, experto preparador del sushi; le enseñó al bogotano a apreciar un buen corte de pescado (tanto en sushis como en las láminas de sashimi) y a ver el show de cocina del teppanyaki, el que un experto prepara a la plancha, a la vista del público, no solo arroces como el yakimeshi, sino otras elaboraciones que pasaban por el calamar, el pulpo, las vieiras, el langostino y la langosta.
Se vende el mejor restaurante japonés tradicional de Bogotá. Acreditado por 34 años.
Hatsuhana se despide de la ciudad que educó en materia de sushi en este 2020. No sobrevivió a la pandemia del coronavirus, en el quinto mes de cierre de restaurantes por la cuarentena. Cuando se ingresa a la página, aparece el siguiente anuncio:
“Se vende el mejor restaurante japonés tradicional de Bogotá. Acreditado por 34 años. Venta a puerta cerrada, mobiliario, equipo de cocina, decoración, etc. Excelente oportunidad a un precio sorprendente”. A continuación está el número de o.
Plato de sushi del restaurante Hatsuhana tal como lo servía en el 2006. Foto:Fernando Ariza. Archivo EL TIEMPO
Ese breve anuncio es el fin de una época. Fundado en 1986 por el japonés Tadashi Ono (fallecido en Japón en el 2008, había dejado el restaurante un tiempo antes), fue siempre sinónimo de lujo y buenas experiencias. Los columnistas gastronómicos solían referenciarlo como pionero en materia de cocinas internacionales que llegaban a conquistar con sus exóticos platillos, a los comensales a la ciudad. Roberto Posada García-Peña, D’Artagnan, lo mencionó en varias de sus columnas, en los años 90.
Un artículo sobre su oferta culinaria, firmado por Marta Orrantia, en EL TIEMPO, en 1994, explicaba los conceptos de sushi y sashimi a partir de la carta de Hatsuhana. Mencionaba que el restaurante se tomaba la molestia de importar el pescado fresco, ya que la pesca nacional tenía muchos inconvenientes de calidad (los pescadores no eran conscientes de la trazabilidad necesaria para que el pescado no perdiera su frescura, algo en lo que se ha mejorado con los años), era algo que incidía en el precio.
El helado de vainilla con dulce de fríjol, uno de los postres de toque exótico del Hatsuhana. Imagen del 2006. Foto:Fernando Ariza. Archivo EL TIEMPO
En otras publicaciones de la década de los 90, se le enumeraba entre los restaurantes exitosos de comidas foráneas exóticas, al lado de El Khalifa (árabe), Biwon (coreana), Mandarín (china), Kalinka (rusa).
Por ejemplo, en una reseña del 98, cuando Harry Sasson irrumpía con su propuesta de cocina tailandesa, Hatsuhana era mencionado un clásico. Y lo que ocurría en sus mesas era noticia. En septiembre de ese año, fue noticia una visita de La Toya Jackson que, emocionada por lo que encontró, se le midió a intentar cocinar durante una velada en el lugar.
Una reseña del 2006, le daba a Hatsuhana el reconocimiento de haber sido la cuna del “primer sushi” en Bogotá, el pionero, al que siguieron otras ofertas iniciáticas como Welcome y Kioto Oriental. Y contrastaba su oferta clásica de altos estándares de calidad, con el boom de los makis (rollos) que había florecido en la ciudad, a precios más accesibles y con calidades varias.
Para entonces, haber sido 'sushero' en Hatsuhana era una carta de presentación para los preparadores de este platillo. Y muchos restaurantes con barra de sushi procuraban tener al frente a alguien que hubiera aprendido o tenido experiencia allí.
Misao Nakama fue uno de los chefs del Hatsuhana a lo largo de su historia de 34 años. Foto:Claudia Rubio. Archivo EL TIEMPO
Hatsuhana llegó a tener dos sedes, una en el parque de la 93 (cerrada en el 2007) y otra en la Calle 100, que se mantuvo hasta la llegada de la pandemia, en marzo del 2020.
Este primer restaurante japonés en Bogotá dio la pelea de mantenerse a punta de domicilios, su cuenta de instagram @restaurantehatsuhana así lo demuestra: fotografías de sus platos invitando a pedirlos vía Rappi o directamente por whatsapp siguen ahí.
Pero la despedida suena definitiva, el siguiente es el mensaje que enviaron a sus clientes:
“Apreciado cliente, lamentamos informarle que después de 34 años, con gran tristeza, el restaurante Hatsuhana cierra sus puertas. Luchamos hasta el final, pero la difícil situación en la que todos nos encontramos hace inviable su funcionamiento. Agradecemos por haber compartido con nosotros cumpleaños, compromisos, grados, aniversarios y demás momentos especiales. Nos comprometimos a compartir y mantener la tradición japonesa en Bogotá. Gracias por hacer parte de esta historia. Si está interesado o conoce a alguien que quiera continuar con este legado, por favor hagánoslo saber”.