Durante años, en Bogotá hemos tenido todo tipo de festivales ‘al parque’: de diferentes géneros musicales, de gastronomía, de cerveza… Faltaba el vino, y ha llegado su turno.
El próximo fin de semana, del 28 al 30 de octubre, se llevará a cabo en el Parque Museo El Chicó la primera edición de Vino al Parque: una iniciativa que busca ofrecer una experiencia de disfrute del vino en un ambiente relajado, entre amigos, con buena música, una variada oferta gastronómica y todos los servicios y comodidades necesarias para pasar un rato de tapeo, charla y buenas copas.
Un total de 26 importadores se han sumado ya a esta iniciativa, que irá desde las 11 de la mañana hasta las 9 de la noche, los tres días, y donde se pondrá el acento en ofrecer vinos más cercanos a los restaurantes que a los supermercados, pero con precios asequibles: es decir, más próximos a las listas de venta directa de los importadores que a las cartas de los restaurantes, para que la gente pueda descubrir nuevas variedades, etiquetas, productores y orígenes.
Más de 400 referencias de vinos habrá en esta feria, en la que todos los estands ofrecerán vino por copeo (en algunas referencias).
Sacar al vino de los salones
Marlen Velilla, gerente de Marketing de Vino al Parque, explica que la idea nació de la mezcla de varios elementos que se fueron juntando. “Las ferias de vinos al aire libre que se hacen en muchos lugares de Europa, y especialmente en primavera-verano, fueron ciertamente un motivo de inspiración; a eso hay que sumar que con la baja de los casos de covid-19 y las altas tasas de vacunación la gente quiere opciones para salir, juntarse, pasar un buen momento, y qué mejor que hacerlo al aire libre; y por último, que queríamos armar un encuentro en torno al vino que fuera distendido, sin esa formalidad un poco acartonada, un poco académica con la que a veces se mueve el vino, cuando en la práctica el vino es otra cosa: es reunirse, es compartir, es amigos, es conversar y es pasar un buen momento. Por eso creamos Vino al Parque y esa es su finalidad”.
La idea, añade Velilla, es que “la gente venga a probar vinos, a almorzar, a tardear, a hacer un pícnic, a tomar el sol, a escuchar música… a pasar un rato grato”.
Para eso, la organización, que está a cargo de los mismos creadores de WatchBo y otros eventos, va a complementar la experiencia con música en vivo en los géneros de jazz, soul, blues, rock en español, son cubano y chill, y varios DJ; ocho puestos de comida con énfasis en el tapeo, pero con los más diversos orígenes: España, Italia, Estados Unidos, México, Japón, entre otros; dos puestos de cerveza para los que no beban vino y prefieran esta bebida (uno de Club Colombia y otro de BBC) y 10 estands de mundos complementarios al vino como charcutería, quesos, chocolates, copas y otros rios.
Otros tipos de vinos
Uno de los grandes atractivos que va a tener este Vino al Parque para los amantes de esta bebida es la presencia de varios importadores pequeños que traen cosas tan singulares como vinos de Austria o Hungría, o vinos como los ‘naranja’: unos vinos de culto elaborados a partir de uvas blancas, pero con técnicas de vinos tintos, y con una gran historia.
Las ferias de vinos al aire libre que se hacen en muchos lugares de Europa, y especialmente en primavera-verano, fueron ciertamente un motivo de inspiración
Uno de ellos es Habib Rabbat, propietario de Bacatá Wines, una tienda con una muy interesante selección de etiquetas ubicada en la dinámica zona de El Espartillal. Y él celebra la idea de Vino al Parque por varias razones. “Lo primero es que la gente se va a encontrar con una oferta de vinos diferente a los que normalmente encuentran en un supermercado; lo segundo es que en esta feria no va a haber degustaciones, una costumbre que resulta muy onerosa para quienes somos pequeños importadores y traemos cosas especiales; y lo tercero es que esta feria nos va a permitir explicar nuestros vinos y darnos a conocer entre mucha gente que no nos conoce; y por último, todo lo anterior en un lugar agradable, central y de fácil . Tenemos mucha ilusión con esta feria”.
Otro punto clave es que el aforo va a ser controlado y no habrá más de 2.500 personas por día, para impedir que haya aglomeraciones que arruinen la experiencia.
Esta feria, que sin duda aspira a volverse un referente en la ciudad, se organizó con la asesoría de conocedores como Gabriel García, presidente de la Asociación Sommeliers de Colombia, e Izaskun De Ugarriza, sommelier corporativa del Grupo Takami. Esta reconocida profesional destaca que “la importancia de esta feria está en impulsar la cultura de vino en un espacio abierto y relajado, fuera de los salones de cata y otros espacios cerrados donde el vino adquiere un halo ‘encopetado’, un poco inaccesible, casi que atemorizante, lo que hace que mucha gente no se acerque a esta bebida”.
Y agrega: “La idea de Vino al Parque es que, al recorrer los diferentes estands de los importadores que van a participar en la feria, la gente pueda hacer una especie de turisteo por diferentes cepas, regiones y estilos de vinos, y puedan descubrir cosas nuevas e interesantes. Pero todo ello en un plan muy relajado y amable, en el que también habrá una buena oferta gastronómica y musical, con lo cual todo estará servido para pasar un excelente momento”.
REDACCIÓN DOMINGO
EL TIEMPO