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El kilometraje y otros mitos sobre la compra de carros usados
Los carros que se usan solo en ciudad tienden a tener más fallas y un mayor desgaste de piezas.
Más que el kilometraje de un usado, lo importante es su cuidado y mantenimiento. Foto: Archivo EL TIEMPO
¿Cuántos kilómetros tiene? Esa es la primera y la más frecuente pregunta al comprar un carro usado. Si bien es un dato importante para tener en cuenta, en nuestro país se ha creado un ‘estigma’ sobre los vehículos con recorridos superiores a los 60.000, 70.000 o más kilómetros.
Esto es muy bien aprovechado por concesionarios y ‘compraventeros’ para ‘castigar’ el precio de su carro. El kilometraje está ligado al estado del motor, y en buena medida, de esto depende la decisión de compra.
En ciudades como Bogotá, donde desde hace años existe la restricción al uso (pico y placa), la media de recorrido al año es de 10.000 o 12.000 kilómetros. Y ya un motor que supere esa cifra empieza a generar dudas.
Es claro que es preferible un carro con menor kilometraje, no obstante, el asunto tiene varias aristas, primero porque en la vida real es probable que usted encuentre un motor con 20.000 o 30.000 kilómetros tan ‘cascado’ o más que uno con 100.000 kilómetros, pero bien cuidado. Eso depende de qué tanto le pese el pie derecho al dueño y que tan cuidadoso haya sido.
En segundo lugar, también depende en qué escenarios se ha usado el carro, porque no es lo mismo un carro que solo se mueve en tráfico pesado como el de Bogotá, en recorridos donde a pesar de los filtros, el motor absorbe la contaminación de otros motores de manera constante en los trancones.
Esos carros con poco kilometraje que ‘solo se usan de la casa al trabajo’ y viceversa además tienen mayor desgaste de piezas y componentes como frenos y suspensiones, a diferencia de los carros que hacen más kilómetros en carretera con aire más limpio y usando toda la curva de rendimiento del motor.
Al comprar un usado mucha gente se fija más en el motor, que se puede arreglar, y deja de lado otros elementos que se deterioran más y son costosos de reparar. Foto:iStock
Con un promedio de uso como el mencionado arriba, un motor perfectamente puede llegar a los 150.000 kilómetros en un lapso de 15 años, lo cual no es malo considerando que los motores cada día son más confiables y su duración incluso va mucho más allá de ese recorrido, claro, insistimos, si hablamos de un motor al que se le han hecho los mantenimientos recomendados por su fabricante.
Incluso, muchas veces el motor dura más que el resto de componentes de un carro que deterioran con el tiempo, como la carrocería, la pintura, entre otros. A esa edad suelen tener más males que el motor, porque la gente le hace más mantenimiento a la máquina que al resto del carro.
Al motor se le pueden hacer pruebas y obtener un diagnóstico de su estado, mientras que otras partes como la estructura (carrocería, chasis), pueden estar más deteriorados o con daños irreparables por choques o golpes, el estado de la pintura o el desgaste excesivo de la tapicería que solo se arregla cambiándola totalmente.
Además, la confiabilidad de un carro no depende de su edad, sino de la ingeniería con la que fue construido, los materiales empleados en su desarrollo y por supuesto, el uso que le han dado sus dueños.
Y no perder de vista que algunas fallas en un motor pueden presentarse sin importar el kilometraje; y que si bien hay algunos que pueden llegar a los 300.000 kilómetros y más, uno con 100.000 apenas estará en una tercera parte de su vida útil.