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Los cuidados y averías más frecuentes de los sensores
Los sensores del motor pueden resistir condiciones adversas, pero no están exentos de fallas.
Un automóvil de gama media tiene al menos unos 3.000 microprocesadores. Foto: Archivo EL TIEMPO
Los sensores, los dispositivos que miden y registran los distintos parámetros del motor de un vehículo y otras tantas de sus partes, están hechos de tal manera que puedan resistir condiciones adversas como altas temperaturas, humedad, suciedad, resistencia a los productos químicos y a los campos electromagnéticos que distorsionan la información.
No obstante, a pesar de ese blindaje, no están exentos de averías. Así como hay diversas clases de sensores, también pueden presentar una gran variedad de fallas. Para identificarlas hay que subdividirlos en tres bloques para analizar su funcionalidad.
Están los mecánicos, que son los que abren y cierran circuitos como por ejemplo los de frenada que podrían quedarse fijos o atorados en una posición e interrumpir el flujo de información al computador o dar una datos errados de si se está frenando o no.
Los eléctricos son otro bloque. Estos tienen una resistencia o un bobinado que se encarga de transmitir la señal a la unidad del motor, pero si la resistencia se ‘quema’ este queda incomunicado.
Por último, están los electrónicos, que son los más eficientes pero también los más susceptibles de daños porque están expuestos a fallas del sistema de alimentación que los nutre para enviar la señal, que puede ser una variación en el voltaje según el régimen de giro del motor.
Esto también puede ocurrir cuando se cambia la batería y se borran algunos parámetros de funcionamiento como las memorias del radio, del aire acondicionado o la posición de las sillas, que vuelven a la normalidad después de recuperar la energía, o aunque a veces es necesario ‘setear’ el sistema, volviendo al set up predeterminado de forma manual.
En el motor puede haber 70 o más sensores que 'vigilan' el funcionamiento de cada una de sus partes. Foto:Archivo particular
Pero independientemente del tipo de sensor que se trate, el sistema electrónico siempre encenderá la luz de avería en el tablero cuando se detecta el mal funcionamiento de cualquier elemento, lo cual no deja de poner nervioso o pegarle más de un susto al conductor, por ejemplo, cuando se enciende el temido check engine, el del ícono del motor.
Para salir de dudas, lo ideal en estos casos es conectar el automóvil a un escáner que dirá qué tipo de avería está reportando, que en el caso del check engine puede ser algo tan sencillo como dejar la tapa de la gasolina mal cerrada, hasta un daño más grave que implique altos costos de reparación.
De todas formas, la gravedad de la avería también se evidencia por medio de otras señales, que ya no dependen de la electrónica, sino del conductor y su conocimiento del carro o por lo menos, que tan familiarizado está con su máquina, tales como comportamientos anormales del vehículo, pérdida de potencia del motor o cambios bruscos en el consumo de combustible, entre otros.
Cuando tenga indicios de que un sensor esté tomando medidas erróneas, lo mejor es sustituirlo antes de que la situación sea más delicada, por ejemplo, que aparezca en el tablero la señal que indica que falta líquido refrigerante, pero al revisar el depósito este está en el nivel correcto.
Las fallas más delicadas suelen estar relacionadas con el sistema son las que afectan el computador o mejor, lo que supone una gran inversión por su costo. Para evitar daños mayores, la prevención es muy importante, revisar las conexiones o hacer un diagnóstico completo de las funciones del sistema, y evitar al máximo la suciedad o la humedad, de ahí que las lavadas de motor deben hacerse con gran cuidado para exponer a daños estos delicados componentes.
Y por último, tenga en cuenta que los sensores son unidades selladas que no se pueden reparar y su mundo ya no está de la mano del mecánico convencional, sino que requieren de herramientas especiales como los escáneres que leen los datos y chequean la interconexión de los mismos con los diversos sistemas del carro, que ahora lo atienden ingenieros de bata blanca.
Si tiene alguna sugerencia, por favor escriba a carcam@eltiempo.com
Los testigos en el tablero alertan al conductor sobre la información que transmiten los sensores. Foto:Archivo particular