Liberación de Lyan: la negociación secreta del padrastro y el rol clave de una prima

EL TIEMPO tuvo a nuevos detalles sobre la liberación de Lyan Hortúa, el menor de 11 años secuestrado en el corregimiento de Potrerito, Jamundí, sur del Valle del Cauca. 

Según fuentes cercanas al caso, la familia del niño pagó cerca de 4.000 millones de pesos a sus captores para lograr su liberación.

De acuerdo con la información recopilada por este diario, una vez sellado el trato, el niño fue entregado a una prima, quien actuó como intermediaria de confianza de la familia. 

Tras el reencuentro con la Defensoría y el resto de sus familiares, Lyan fue trasladado de inmediato a la Clínica Valle del Lili, en el sur de Cali, donde se evaluó su estado de salud médico y psicológico.

Según pudo constatar EL TIEMPO, esa noche del pasado sábado 3 de mayo, alrededor de diez hombres encapuchados y fuertemente armados (con fusiles y revólveres), ingresaron violentamente a una vivienda en la Parcelación Reservas del Río Claro de Potrerito, rompiendo una malla perimetral para acceder a la propiedad.

En el lugar se encontraban varias personas, incluso Jorsuar, pero la empleada doméstica, que estaba en la cocina, fue la más visible para estos hombres, quienes se la llevaron junto a Lyan y la retuvieron por varias horas confundiéndola con la madre del menor, Angie Bonilla, una reconocida empresaria del sector joyero. Fuentes policiales revelaron que el objetivo del secuestro era ella.

Durante el secuestro, según las declaraciones del padrastro, tuvieron dos videollamadas con él "nos decía que estaba bien y lo trataban bien", pero también señaló que hubo mucho temor: "el niño nos está diciendo que duró cuatro días amarrado", asegurando que fue un secuestro organizado y planeado.  

Asimismo, se conoció que el menor inicialmente fue llevado al corregimiento de Villa Colombia, en Jamundí, pero luego la 'Jaime Martínez', lo habría trasladado hacia el norte del Cauca.

Aunque Jorsuar también manifestó que esa noche del secuestro "no hubo solidaridad de nadie, ni de Policía", el comandante de la Policía de Cali, general Carlos Oviedo, aseguró que desde el mismo 3 de mayo, se estableció o con la familia y al día siguiente "los padres del menor fueron hasta las instalaciones del Gaula de la Policía de Cali, donde se les recibió la denuncia y se les asignó un equipo de asesores".

En medio del cautiverio, se hicieron varias negociaciones, la ONU participó en ellas y entre 10 y 11 de mayo, el menor estuvo a punto de ser liberado, pero sus captores seguían insistiendo en un pago de 5.000 millones de pesos, que después fue discutido para dejarlo en $ 4.000 millones.

Hasta el momento, no ha habido capturas por este hecho, pero la investigación continúa y las autoridades confirman que habría existido un secuestro extorsivo.

Lyan se encuentra estable, según el parte médico, pero permanecerá en la clínica bajo supervisión multidisciplinaria.