No Es Hora de Callar lideró la primera Cumbre de Secretarías de la Mujer: logros y obstáculos

En un año con saldo en rojo en las cifras de violencia de género —745 feminicidios, 44 de ellos contra niñas—, No Es Hora de Callar lideró la primera Cumbre de Secretarías de la Mujer, en alianza con la ONU Mujeres y la Policía Nacional. Este diálogo puso sobre la mesa las estrategias adelantadas por las entidades territoriales para hacer frente a fenómenos como la explotación sexual, las inequidades, el cierre de brechas y la violencia machista. Estuvieron presentes delegaciones de 22 gobernaciones y 12 alcaldías capitales

(También le puede interesar: La condecoración presidencial que rechazó la Corte exaltaría su rol contra la 'parapolítica')

“Este es un espacio de reflexión, de intercambio de ideas, de buenas lecciones, pero también para intercambiar dolores, retos y desafíos que todavía tenemos que construir (...) Ese escenario sería más catastrófico si no fuera por lo que hacen día a día las Secretarías de la Mujer en el país”, dijo el Director General de EL TIEMPO, Andrés Mompotes, en sus palabras de apertura.

En este camino, iniciativas como la alerta rosa, la casa violeta y los programas de autonomía económica, liderados por las mujeres cabeza de las secretarías invitadas, fueron la punta de lanza de las políticas públicas que se han implementado y que marcan la dirección a la que debería apuntar el Estado para encarar la emergencia nacional por violencia de género decretada en este cuatrienio.

(Lea además: Exclusivo: polémica por tipificación de delitos de lesa humanidad como rebelión en amnistía de la JEP a Granda)

“Esto no es algo exclusivo de las mujeres, esto nos concierne a todos y a todas porque es la única forma de no tener feminicidios, ni mujeres golpeadas por hombres que dicen amarlas; ni tener niñas agredidas sexualmente. No tener violencias”, dijo Jineth Bedoya Lima, editora de género de EL TIEMPO.

Bibiana Aído, representante de la ONU Mujeres, moderó el primer en el que fueron invitadas Yohana Ordosgoitia, de la Secretaría de la Mujer de Cartagena, Yurani Andrea Ordóñez, del Valle del Cauca, Osiris Lorena Rosado, de Valledupar, Soreyi Rentería, del Guaviare, y Mayile Ester Lara Sandoval, del Guainía.

En este espacio se discutieron los avances y obstáculos de las acciones emprendidas, algunas de las cuales se quedan cortas de presupuesto o no logran la perdurabilidad necesaria –por los cambios de Gobierno- para impactar las problemáticas. “Es muy importante el fortalecimiento de los equipos interdisciplinares para fortalecer la atención”, dijo la vocera de la Secretaría de la Mujer de Cartagena.

(Complemente su lectura: ¿Qué sigue tras suspensión del laudo en caso Telefónica?: estas son las condiciones de Colombia)

Hay otras barreras, como las situaciones territoriales de las regiones, producto de la histórica desatención del Estado, que se agudizan contra las mujeres por razón de género. “En la parte rural las violencias se acentúan. Guaviare tiene una extensión muy grande y por todos los factores sociales, entre estos la presencia de los grupos armados, no es fácil llegar a los puntos que quisiéramos para proteger a las mujeres”, agregó la delegada de ese departamento.

Asimismo, se abordó la naturalización del machismo como uno de los desafíos para el aprovechamiento de las herramientas disponibles para prevenir las violencias, un aspecto contra el que están luchando las oficinas de género.

“La región del Cesar, de La Guajira y el Norte de Colombia es una región patriarcal, machista. Y el tema de la violencia contra la mujer está tan normalizada que incluso nosotras mismas no hacemos nada para impedirlo”, ejemplificó Rosado, la vocera de la Secretaría de Valledupar.

(Entérese: La Defensora respalda tipificar la violencia vicaria y estudia si aplica a hombres y mujeres)

En el siguiente , moderado por Cristina Amaya, directora del centro investigativo y de memoria No Es Hora de Callar, junto a las delegadas de las secretarías de Boyacá, Sonia Yanira Ríos; de Casanare, Neidy Esperanza Orostegui; del Atlántico, María Lourdes Dávila; de Nariño, María Ginés Quiñónez, y del Quindío, Rosa Salazar Vigoya, se dieron luces sobre las soluciones inmediatas para prevenir las violencias.

Una de estas es el empoderamiento económico, un arma para romper la dependencia que mantiene en situación de sumisión a algunas mujeres y perpetúa los círculos de maltrato.

Durante el encuentro, No Es Hora De Callar también entregó al país la Caja Violeta. Un manual para identificar y prevenir las violencias basadas en género que contempla el marco normativo colombiano, la ruta de atención a las víctimas, los signos de alarma y la explicación de los diferentes tipos de agresiones que hacen a una mujer, una víctima potencial.

(Otros temas: La OCDE aplaude el trabajo restaurativo de la JEP como ejemplo de innovación)

SARA VALENTINA QUEVEDO

Redacción Justicia