¿Qué hace Novo Nordisk, la empresa que superó el PIB de Dinamarca y evitó que la economía del país cayera en recesión?

¿Qué pasó? ¿Qué ha pasado? Novo Nordisk es el fabricante de dos de los medicamentos más revolucionarios de los últimos años, los anti-obesidad Ozempic y Wegovy, sobre todo el primero por su espectacular éxito en Estados Unidos. La empresa, de las más antiguas farmacéuticas europeas, lleva casi un siglo haciendo medicamentos contra la diabetes. Y así seguía hasta que en 2017 la agencia estadounidense encargada de aprobar el uso de medicamentos aprobó Ozempic contra la diabetes y en 2021 hizo lo propio con un medicamento similar, Wegovy.

Deseñados originalmente contra la diabetes, se descubrió por accidente que tienen como efecto secundario la pérdida de peso. Y aunque no se sabe qué hace que el medicamento produzca ese efecto, en Estados Unidos se está prescribiendo masivamente contra la obesidad. Lo que sí se sabe es que puede generar malnutrición porque el efecto no es de pérdida de peso por aceleración del metabolismo sino porque reduce el apetito. También produce envejecimiento facial y adicción. Por ahora se inyecta, pero las investigaciones avanzan para convertirlo en una píldora.

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El efecto económico del crecimiento descomunal de la empresa altera todos los datos macroeconómicos del país, desde el PBI hasta la necesidad de que su Banco Central (Dinamarca está en la Unión Europea, pero conserva su propia moneda y con ella su emisor) mantenga bajas las tasas de interés. La empresa se ha convertido en muy poco tiempo en la segunda con valiosa del continente europeo después de la sa LVMH, dedicada a los productos de lujo. Su fundación filantrópica es ya la mayor del planeta.

Las autoridades danesas no esconden que el potente crecimiento económico no tiene más explicación que Novo Nordisk y sus medicamentos contra la diabetes convertidos en medicamentos contra la obesidad, y que no son sus políticas económicas, similares a las de toda Europa. Lo que sí hacen ya es anunciar que tendrán que hacer estadísticas que quiten el efecto de la empresa para no alterar todos los datos del país.

El efecto empezó con esa fuerza en 2022, cuando las autoridades ya advirtieron que dos tercios del crecimiento del país se debía a los beneficios de las empresas farmacéuticas, pero era Novo Nordisk y sus dos medicamentos los que explicaban toda la subida. Los beneficios de la empresa.
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La empresa ha empezado a limitar la cantidad de esos dos medicamentos que vende en Estados Unidos mientras intenta aumentar su producción para hacer frente a previsiones de demanda aún mayores. Miles de médicos en Estados Unidos recetan sus medicamentos contra la obesidad en un país con más de 100 millones de personas obesas. En Europa va creciendo su uso pero a menor ritmo.

La empresa no ha generado empleo al ritmo de su crecimiento ni tiene intención de generarlo, porque buena parte de su producción se hace en plantas de Estados Unidos, pero sí paga sus impuestos en Dinamarca, donde está inflando como ninguna otra empresa las arcas de la istración de Hacienda.

El Banco Central de Dinamarca también se ve ante un dilema. Novo Nordisk debe comprar masivamente coronas para repatriar sus beneficios en otras divisas, como dólares o euros. Eso dispara el valor de la corona, lo que pone contra las cuerdas al Banco Central, cuya labor por ley es de mantener el valor de la corona ligado al valor del euro. Así, el Banco Central debe comprar masivamente divisas extranjeras y mantener sus tasas de interés por debajo de las del euro para no atraer demasiadas inversiones. Esas tasas de interés extraordinariamente bajas hacen que el a la vivienda sea más fácil, en un país que estuvo a punto de vivir un estallido de su burbuja inmobiliaria.
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¿Puede Dinamarca convertirse en demasiado dependiente de Novo Nordisk? Algunos analistas comparan la situación con la dependencia que llegó a tener Finlandia de la tecnológica Nokia, que dominó hace décadas el mercado de celulares. Novo Nordisk afecta a todo. Los gobernantes le consultan antes de diseñar programas educativos o de investigación y de desarrollar las infraestructuras del país.

La empresa es una bendición para el país, pero también un riesgo. Si las cosas le fueran mal afectaría a los ingresos fiscales, al valor de la moneda y hasta al futuro de sus universitarios. “Si tienes superpoderes”, dice su patrón Lars Fruergaard Jorgensen, “tienen súper responsabilidad”.

IDAFE MARTÍN PÉREZ
PARA EL TIEMPO