En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

¿‘Por la paz de Colombia’?

Se tumbó la extradición "por la paz de Colombia". Lo demás ya se conoce. ¿Asimilaremos la lección?

Alt thumbnail

ABOGADO Y COLUMNISTAActualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
La frase que encabeza esta columna fue pronunciada por el capo Pablo Escobar Gaviria en junio del 91, cuando se produjo su publicitada ‘entrega’ a la justicia colombiana en Medellín. Leída ahora y por la altísima publicidad que se dio a la conmemoración de los treinta años de su abatimiento en un tejado, que puso fin a su larga y tenebrosa carrera criminal, suscita muchísimas reflexiones.
(También le puede interesar: ¿Paz total sin control territorial?)
Llama la atención que, con excepciones, los medios hayan hecho énfasis en lo que fueron esos días de persecución después de la vergonzosa ‘fuga’ del capo de la cárcel que él mismo concibió, en terrenos propios y con guardianes que él manejaba. Se desaprovechó la oportunidad para refrescar la memoria de unos e informar a las generaciones de hoy todo el contexto que dio lugar al fenómeno del narcoterrorismo, en parte por la pasividad general.
¿Cuántos empresarios, constructores y terratenientes no hicieron negocios con los capos, sin ningún pudor? ¿Acaso los organismos de inteligencia no sabían quiénes eran los Escobar, los Ochoa, los Galeano, cuando aparecían como benefactores y patrocinando equipos de fútbol, que generaban euforia general? Desde 1976 se conocían las actividades del narcotraficante. Un juez de Medellín, Gustavo Zuluaga, que le dictó auto de detención, fue asesinado. Pero fueron muchos. Guillermo Cano revivió esa historia en El Espectador, lo que originó su asesinato, además, por apoyar la extradición.
Se desaprovechó la oportunidad para refrescar la memoria de unos e informar a las generaciones de hoy todo el contexto que dio lugar al fenómeno del narcoterrorismo.
En 1982, Escobar fue elegido representante a la Cámara por el Partido Liberal por el departamento de Antioquia. Cuando sus negocios sucios –con muchas complicidades– salieron más a la luz pública, el Congreso tuvo que levantarle la “inmunidad parlamentaria” al ‘honorable congresista’ para que pudiera ser capturado, tiempo que aprovechó para volarse.
El joven y valiente Rodrigo Lara, con la colaboración del capitán Ramírez Gómez, de la Policía, desbarató el laboratorio ‘Tranquilandia’, primer gran golpe contra la mafia. Ambos, ministro y capitán, sellaron su sentencia de muerte. Lara le trató de abrir los ojos a un país laxo sobre la penetración de las mafias en muchísimas actividades, incluida la del fútbol profesional.
Un narco del Caquetá tristemente célebre, Evaristo Porras Ardila, le montó una celada que fue explotada por tres congresistas liberales para manchar su honor. El gobierno Betancur le aceptó la renuncia al ministro y lo envió de embajador a Checoslovaquia. Los mafiosos, Escobar y compañía, no le permitieron marcharse, y como no habían podido afectar su honor, le quitaron la vida usando a un joven de dieciséis años. Esa triste noche del 30 de abril de 1984, en la clínica del Country, el rector del Externado, Fernando Hinestrosa, en una frase, resumió la situación: “Todos lo dejamos solo”.
Por ese asesinato, el gobierno de Belisario cambió su posición y anunció el cumplimiento del entonces vigente tratado de extradición con EE. UU. Los capos huyeron a Panamá y allá, con la presencia del procurador Jiménez Gómez, hicieron su propuesta de ‘entrega’ con la única condición de que no los extraditaran.
Los narcos siguieron matando a quienes se les atravesaban y a quienes apoyaran la extradición de nacionales. Al juez Tulio Manuel Castro Gil, a quien conocí, lo asesinaron por investigar el crimen contra el ministro, cuando se montaba en un taxi. A otra juez, también honesta, Marta González, como no pudieron matarla le asesinaron a su padre, el exgobernador Álvaro González, frente a la Javeriana.
Enrique Low Murtra cuestionó duramente a un juez que un 29 de diciembre, por un habeas corpus, sacó de la cárcel a los Ochoa y, además, defendió la extradición. El gobierno de la época no le mantuvo su cargo de embajador, y a su regreso fue asesinado el 30 de abril de 1991.
Luego de eso y muchos más crímenes –Carlos Mauro Hoyos, Carlos Valencia, Valdemar Franklin, Luis Carlos Galán–, el Estado ‘negocia’ ofreciéndole una cárcel donde hacía lo que quería, desde francachelas con prostitutas hasta horribles asesinatos de antiguos socios.
Luego de varios secuestros selectivos se le hizo caso, tumbándole la extradición, y ahí fue cuando dijo que se entregaba “por la paz de Colombia”. Lo demás ya se conoce. ¿Asimilaremos las lecciones?
ALFONSO GÓMEZ MÉNDEZ

Sigue toda la información de Opinión en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.