Hace dos años, sabiendo que le quedaba poco tiempo, Francisco se dio cuenta de que los dirigentes del mundo no habían tomado en serio ‘Laudato si’’. Entonces hizo la exhortación ‘Laudate Deum’ (15 páginas). No me cabe duda de que la escribió con la esperanza de que esta vez sería escuchado. Pero se equivocó. Aquí nadie atiende la sensatez de los preclaros. Ni las alertas de la ciencia ni la voz de los maestros. Nada. Importan los intereses y la sociedad del espectáculo.
El mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre, escribió Jorge Bergoglio, y nadie le hizo caso. Ni las pomposas (pero tibias) Naciones Unidas ni los líderes del G-7. Mucho menos los ignorantes de nuevo cuño que hoy gobiernan en nombre de la libertad. ¡Háganme el favor! Pongo lo que viene entre comillas para subrayar la voz del Papa: “¿Qué pasaría con un aumento de la temperatura global de 1,5 grados, del cual estamos cerca? Esas olas de calor serán mucho más frecuentes y con mayor intensidad”.
Aquí nadie atiende la sensatez de los preclaros. Ni las alertas de la ciencia ni la voz de los maestros. Nada. Importan los intereses y la sociedad del espectáculo
Pues bien, estamos en 2025 y ya llegamos a 1,5. Escribió: “Es verificable que determinados cambios en el clima provocados por la humanidad aumentan notablemente la probabilidad de fenómenos extremos cada vez más frecuentes e intensos”. Pasó en Valencia, Bahía Blanca, Los Ángeles; ocurrió en 2023, 2024 y 2025. Cada vez más frecuentes e intensos. Anotó: “De superar los 2 grados, se derretiría el hielo de Groenlandia y de buena parte de la Antártida”. En eso estamos: acelerando los impulsores del calentamiento para llegar, lo antes posible, a los 2 grados: suicidio civilizatorio.
El más ignorante de todos quiere apoderarse de Groenlandia no para proteger sus hielos, sino para saquear sus tierras. Reemplazó la ley de transición energética por una política sin ciencia, sin universidades, sin nada; su objetivo: superar a China en emisiones de carbono antes de 2030. Ayer dijo: “Gobierno en el país y gobierno en el mundo” (‘The Atlantic’). Con la doctrina Heritage 2025, un ‘think tank’ creado ‘para socavar la protección ambiental a expensas de la salud, el bienestar y la vida’, como escribieron en ‘The Big Myth’ (2023) Oreskes y Conway. No se imaginó Francisco (o tal vez, sí) que su alerta de “pretenden negar, esconder, disimular o relativizar los signos del cambio climático” sería desatendida tan pronto. Ay, Francisco, ¿quién te sucederá?, ¿qué nos espera?
MANUEL GUZMÁN-HENNESSEY
En X: @GuzmanHennessey