El vuelo 006 a Miami salió puntual. Ya había alcanzado la altura de crucero cuando tres individuos, sentados en diferentes lugares, sacaron armas quién sabe de dónde y anunciaron que el avión estaba secuestrado, que su destino ya no era la capitalista y corrupta ciudad de Miami. Forzaron la puerta del piloto con amenazas y le informaron lo mismo que acababan de decir en cabina.
El piloto resignado les preguntó hacia dónde debía enrutarse. El comandante, que era el más agresivo, le respondió despectivamente: 'Le dije que no vamos a Miami'. 'Bueno, entiendo, ¿pero a dónde vamos entonces? Es que tengo que planear la ruta, calcular el combustible y avisar el cambio de plan de vuelo'. '¡Cállese y maneje! –gritó el comandante–, ustedes solo saben meter palos en las ruedas del cambio'.
Después se echó un discurso de 45 minutos. Les explicó que eran del Frente de la Liberación Universal y los llevaría a un lugar paradisíaco. Acabarían con la sociedad explotadora y establecerían la justicia perfecta. Para demostrar su sinceridad declaró que los baños de la clase ejecutiva estaban abiertos para todos, y que repartirían la fina champaña equitativamente entre todos, en vasitos de plástico.
Una pasajera preguntó hacia dónde volaban, y él, impaciente, la calló: siempre hay un facho que introduce el desorden. Según la última detección de los radares, el avión volaba directamente al Triángulo de las Bermudas.
Las parábolas son relatos imaginarios de los que se deduce, por semejanza, una verdad o una enseñanza. Esta parábola es simplona. La verdad es que la mayoría lo son, pero su utilidad es poner en evidencia situaciones que a veces nos negamos a ver. Así que después de haberla leído me puse a pensar si algo de nuestra realidad se le parecía.
La prometida sociedad del conocimiento ha visto su presupuesto reducido al mínimo histórico, y el avión comandado por la ministra ha logrado algo que no creí posible: volar en reversa.
Por deformación profesional pensé inmediatamente en la educación. La nave del cambio no nos lleva al lugar prometido. El primer compromiso fue 500.000 nuevos cupos universitarios. El ministerio anunció que se habían logrado cerca de 160.000, lejos de la meta, pero que, además, me temo, son un error de cálculo. El ministro ya había declarado que en la economía no son necesarias las matemáticas, parece que en las estadísticas tampoco. Los últimos datos del sistema de información del MEN dicen que del 2022 al 2023 la matrícula en el sector oficial disminuyó y la privada creció (y paradójicamente sus estudiantes serán los perjudicados con el golpe al Icetex), los nuevos cupos fueron solo 10.000. Del 2024 no hay datos, parece igual. Supongo que el error del ministerio estuvo en dar los estudiantes nuevos (usuales cada año) por cupos adicionales.
En sus primeras giras el Presidente prometía una universidad en cada lugar. Recuerdo la de El Tarra en Catatumbo, una en Amazonas, otra indígena wayú en La Guajira, la de artesanos en Tolú, tres en San Andrés, una en Barbacoas y más.
De reformas, nada; se empezó por proponer una Ley Estatutaria que fracasó, y otra de Educación Superior que se ha visto reducida a la vieja exigencia de los rectores públicos de un ajuste presupuestal. Resumen de todo eso es que la palabra 'educación' no se menciona.
En Ciencia, Tecnología e Innovación, peor. La prometida sociedad del conocimiento ha visto su presupuesto reducido al mínimo histórico, y el avión comandado por la ministra ha logrado algo que no creí posible: volar en reversa. Hablar de salud sería llover sobre mojado. La estrategia de golpear a las EPS revirtió, como era previsible, en golpes a los s. El campo de la energía, peor, los pronósticos son todos muy graves.
En fin, como en la parábola, la nave parece encaminada hacia el Triángulo de las Bermudas, que es, como el lector recuerda, ese lugar misterioso en el Caribe donde desaparecen decenas de aviones y barcos.