Tanto en el pasado como en la convulsionada coyuntura de hoy han existido distintas maneras de interpretar los anuncios de un "paro nacional". Probablemente, antes de que se hablara de "democracia participativa", tuvimos organizaciones sociales que movilizaban ideas y gente más allá de la estructura partidista.
El movimiento obrero y los sindicatos aglutinaban sectores importantes de la población desde las épocas de María Cano, en 1928, hasta finales del siglo pasado. La mayor parte de la clase obrera estaba sindicalizada. Valdría la pena averiguar qué porcentaje de los trabajadores de hoy siguen las orientaciones sindicales y cuántos de ellos están realmente afiliados.
Tuvimos tres organizaciones sindicales con peso real en la vida del país: la Unión de Trabajadores de Colombia (UTC), con conexiones con la Iglesia y el Partido Conservador; la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC), con alguna relación con el Partido Liberal, y la Confederación Sindical de Trabajadores de Colombia (CSTC), del Partido Comunista, que después de mucho batallar logró recibir la personería jurídica durante el gobierno de Alfonso López Michelsen.
Mención aparte merece el movimiento de los maestros, que ha demostrado una gran capacidad de cohesión que, por ejemplo, llevó a que, en uno de esos fuertes sacudones sociales, su líder Adalberto Carvajal Salcedo –hoy próspero abogado laboralista– llenara la plaza de Bolívar en 1965. Pero también tuvimos movimientos agrarios de mucho peso como la Organización de s Campesinos, impulsada durante el gobierno de Lleras Restrepo. En algún momento el movimiento estudiantil se hizo notar a través de la Federación Universitaria Nacional (FUN), semillero de liderazgos de izquierda como Jaime Arenas.
Harina de otro costal es lo que pasaba anteriormente con las influyentes organizaciones gremiales que llegaron a ser verdaderos "grupos de presión". Fueron famosos los paros que organizaban los dueños de los buses en Bogotá, con gran poder político, hasta el punto de que Misael Pastrana en 1971 tuvo la idea de estrenar la emergencia económica y social establecida en 1968 para una especie de nacionalización del transporte.
¿Existen hoy las organizaciones sindicales con la capacidad suficiente de paralizar toda la actividad económica del país? ¿Estarían en ese paro todas las fuerzas productivas y por cuánto tiempo sería?
La mayoría de esos llamados eran hechos por las organizaciones obreras. Vienen a mi memoria dos de ellos: en 1965, con un gran ambiente de convulsión social en la nación, agitado, entre otros, por el movimiento de los maestros, se anunció un paro nacional para el 25 de enero. En algunos mentideros políticos se divulgó la falsa idea de que el ministro de Guerra de la época, general Alberto Ruiz Novoa, quien expresaba ideas políticas, estaría tratando de sacar partido de la situación. Días antes, el presidente Guillermo León Valencia lo citó a Palacio a las seis de la tarde, el general salió de la reunión ya como exministro.
En 1977, la UTC, apoyada por la viuda de Ospina Pérez y, quién lo creyera, por la CSTC, a la que López le había dado la personería jurídica, organizó el famoso paro del 14 de septiembre, que produjo una decena de muertos en Bogotá.
También tuvimos un paro nacional organizado por los gremios en mayo de 1957 contra el gobierno de Rojas Pinilla. Los mismos gremios y la Iglesia católica, que lo apoyaron en un principio, lo habían dejado solo. Hay que reconocerle a Rojas que aunque conservaba el soporte de las Fuerzas Armadas prefirió delegar el poder en una Junta Militar que él mismo designó, antes que producir un baño de sangre. Este fue un paro patronal, apoyado por los partidos Liberal y Conservador para poner fin a la dictadura.
Lo que no hemos tenido hasta ahora es un paro nacional organizado o patrocinado por el propio Gobierno. En los otros, el objetivo de los organizadores era protestar contra políticas gubernamentales.
Surgen ahora algunas preguntas: ¿existen hoy las organizaciones sindicales con la capacidad suficiente de paralizar toda la actividad económica del país? ¿Estarían en ese paro todas las fuerzas productivas y por cuánto tiempo sería? ¿Qué se esperaría que ocurra al final? ¿Se quiere con ello afectar la independencia del Congreso o de los jueces? ¿Habría también paro patronal como en el pasado y contra quién? ¿Habrá en ellos políticos como en el paro del 14 de septiembre de 1977?