¿La Procuraduría General de la Nación investigará a Andrés Barreto, Superintendente de Industria y Comercio, SIC, por un trino contra el apellido Samper? ¿Puede un funcionario de tan alto nivel usar sus redes sociales para manifestar sus juicios de valor personales? Son algunas de las preguntas que gravitan en la discusión pública por cuenta de un trino suyo.
Barreto escribió: “Un apellido que solo trae vergüenza” en una de las cientos de voces a favor y contra del periodista Daniel Samper Pizano, quien en su columna dominical del portal losdanieles.com titulada: “Renuncie, señor fiscal” le pidió a Francisco Barbosa retirarse del cargo.
La columna fue una de las tendencias en la red social Twitter. Entre las personas que rechazaron el contenido, Barreto se sumó a la confrontación y le agregó su sentencia. Su caso llamó la atención, entre otras cosas, por las funciones de su cargo.
Por ejemplo, Daniel Samper Ospina, también columnista del portal e hijo del prestigioso periodista escribió:
"Presidente @IvanDuque: ¿qué hará su gobierno ante el miserable insulto de su subalterno que apunta contra toda una familia? ¿Qué sigue? ¿El delito de sangre, decretar parias por apellido? ¿Qué opinará de este agravio discriminatorio su propia hermana, María Paula Duque Samper?".
¿Debe el ministerio Público actuar en este caso? "Procuraduría General de la Nación, solicito mediante derecho de petición su intervención inmediata para investigar a un funcionario que usa su cargo para atacar a los ciudadanos por su apellido. Si bien la cuenta de Twitter dice ser personal el funcionario se identifica y tiene el logo de la Superintendencia de Industria y Comercio", solicitó, por su parte, el abogado Luis Alfonso Cano al Ministerio Público.
Linda Patiño, experta en periodismo digital y autora del libro ‘¿Qué diablos hacen los influencers?’, manifiesta tres puntos sobre este caso:
1. La primera polémica es si Barreto usa o no sus redes como un canal de comunicación oficial. En Colombia ya hay antecedentes de que cuando una cuenta de Twitter o de redes se usa como canal de comunicación de una entidad pública se puede entender como una comunicación más formal que tan solo como una opinión de una persona particular. El mismo Barreto ha sido partidario porque (bajo el derecho de los consumidores) los canales de comunicación de redes sociales (incluyendo empresas e influenciadores) tengan una responsabilidad frente a lo que comunican y sus consecuencias.
2. Lo segundo es que, a pesar de la polémica, no se trata de un ataque a un particular (el trino no menciona un nombre específico sino más bien un apellido que puede aplicar a miles de personas) y dado que vergüenza no es necesariamente un hecho delictivo del que se le acuse a alguien no es delito de injuria ni calumnia. No obstante, es posible sentirlo como una aseveración discriminatoria. En redes, bajo las reglas de los distintos sitios, el discurso discriminatorio está prohibido pues ataca a una población general que bien podría ser raza, religión, sexualidad u origen, en este caso origen familiar.
3. Por último, otra polémica es el efecto que tiene el mensaje. El principio de proporcionalidad, que ha resaltado la SIC en casos de redes sociales, implica saber cuántas personas ven el mensaje y qué impacto tiene en la audiencia. Aunque sea molesto, el mensaje no incita de forma directa a la violencia ni constituye una amenaza más allá de la libertad de opinión. ¿El punto sería, la cuenta oficial es el lugar de generar estas opiniones?
Sin embargo, ella dice, en materia de redes sociales, los s pueden reportar el trino como un discurso discriminatorio.
Otro experto consultado por este diario y que prefiere mantener su nombre en reserva recuerda que “la injuria en redes se aborda por los mecanismos tradicionales de la justicia. No hay un marco normativo nuevo, sino que se aborda como injuria y calumnia. Un juez da tramite al caso.
“ Pero en este caso se trata de un funcionario público, que acaba de incurrir en un grave infracción al código de conducta, al utilizar las redes para opiniones personales con claro sesgo político”, concluye él.