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¿Cómo prevenir la anemia más común del mundo?
En los países en desarrollo una de cada dos embarazadas padece de anemia ferropénica.
Las deficiencias en la alimentación, sobre todo de hierro, hace que los menores de edad sean más propensos a sufrir de anemia. Foto: Foto: iStock
La anemia ferropénica o anemia por deficiencia de hierro es la más prevalente a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente 1.620 millones de personas en el mundo padecen anemia, y de ellas, 1.000 millones sufren este tipo.
Se estima que en los países en desarrollo una de cada dos embarazadas y alrededor de un 40 por ciento de los niños en edad preescolar padecen anemia.
La anemia ferropénica se produce cuando el cuerpo dispone de menos hierro del que necesita. Este es necesario, entre otras funciones, para que se puedan formar los glóbulos rojos, esenciales para llevar el oxígeno desde los pulmones hasta los distintos tejidos del cuerpo.
En concreto, la hemoglobina es la parte del glóbulo rojo que transporta el oxígeno. Por lo tanto, en pacientes con anemia ferropénica los niveles de hemoglobina estarán disminuidos.
. Foto:Istock
Hay tres causas principales de esta anemia que son:
1. Pérdidas elevadas de sangre. Por ejemplo, por una menstruación frecuente o prolongada en el caso de las mujeres, o por otras hemorragias como las debidas a algunas patologías como la enfermedad inflamatoria intestinal.
2. Baja ingesta de hierro o problemas en la absorción de este mineral.
3. Aumento de requerimientos de hierro, como es el caso de épocas de crecimiento en niños y adolescentes, y durante el embarazo.
Algunos síntomas de la anemia en los niños son el cansancio y la falta de apetito. Foto:123rf
En los alimentos encontramos dos tipos de hierro: el hierro hemo y el hierro no hemo. El primero se encuentra únicamente en alimentos de origen animal, y el segundo, en alimentos de origen animal y vegetal.
El hierro hemo se absorbe más que el hierro no hemo, y los distintos componentes de los alimentos (con excepción del calcio, que disminuye su absorción) no parecen modificar su absorción.
En el caso del hierro no hemo son muchos los componentes de la dieta que influyen en su absorción. Así, hay algunos que la aumentan. Por ejemplo, la vitamina C, presente en frutas como el kiwi, la naranja y la fresa, o las proteínas animales.
En cambio, hay otros componentes de la dieta que disminuyen su absorción.
Por ejemplo, el ácido fítico y los fitatos, presentes en legumbres y cereales integrales; los polifenoles del té, del café y del vino tinto, o el calcio de los lácteos, que disminuyen su absorción.
Cabe mencionar que la dieta puede ayudar a prevenir la anemia ferropénica, pero, en caso de que ya esté establecida, siempre debe acompañarse del tratamiento farmacológico, que normalmente consiste en la istración de hierro por vía oral.
1.No realizar dietas muy bajas en calorías, salvo que sea necesario, ya que suelen aportar poco hierro.
2. Aumentar la ingesta de alimentos ricos en hierro, sin olvidar que se absorbe mejor el hierro de origen animal que el de origen vegetal. En el caso del hierro de origen animal, lo podemos encontrar en altas cantidades en las carnes rojas, morcilla, hígado, mejillones y berberechos.
3. Al ingerir hierro de origen vegetal, combinar su ingesta con componentes de la dieta que aumentan su absorción. Por ejemplo, las legumbres, que son ricas en hierro, con un kiwi, que es rico en vitamina C y aumenta su absorción.
4. Que la ingesta de alimentos con origen vegetal ricos en hierro y el consumo de té, café o leche estén separados por dos horas. Ya que dichas bebidas reducen la absorción del hierro.
Autores
(*) Investigadora del grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn).
(**) Investigadora del grupo CiberObn y del Instituto de Investigación Sanitaria Bioaraba, Universidad del País Vasco.
(***) Catedrática de Nutrición. Centro de Investigación CiberObn, Universidad del País Vasco.
(****) Profesora en el Departamento de Farmacia y Ciencias de los Alimentos, investigadora en el grupo Nutrición y Obesidad, Universidad del País Vasco.
(*****) The Conversation es una organización sin ánimo de lucro que busca compartir ideas conocimientos académicos con el público.