En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
¿Por qué los bostezos son contagiosos?: esto explica la ciencia
Este comportamiento es una señal social común entre varias especies. ¿Cuál es su función?
¿Por qué los bostezos son contagiosos?, esto explica la ciencia Foto: Px Here
¿Ha intentado evitar un bostezo cuando ve a otra persona hacerlo? Hay pocos comportamientos tan "contagiosos" como bostezar y por eso varios investigadores han intentado develar este curioso fenómeno que es compartido por mamíferos, aves, reptiles y hasta peces.
Según el portal especializado ‘Medline Plus’, bostezar se define como “abrir involuntariamente la boca y realizar una inhalación profunda y prolongada de aire” y se relaciona con el cansancio o el sueño.
Por eso se cree que hay una relación directa entre la cantidad de oxígeno en la sangre con bostezar, pero el psicólogo Robert Provine, de la Universidad de Maryland, puso a prueba esta idea y descubrió que no se sostenía. Entonces, ¿a qué se debe?
De acuerdo con investigaciones recientes, los bostezos pueden ser espontáneos o contagiosos, pero ambos están relacionados, puescada bostezo contagioso se remonta a un bostezo espontáneo original.
Aparte de los humanos, las especies conocidas por contagiarse de bostezos entre sí son los chimpancés, los perros (que pueden contagiarse de los bostezos humanos), algunos tipos de ratas, los periquitos y los leones,que parecen utilizar los bostezos para enviar señales al resto de la manada.
El doctor Andrew Newburg, de la Universidad de Pennsylvania, Estados Unidos, señala que el bostezo sería uno de los secretos mejor guardados de la neurociencia debido a que esta acción activa una zona del cerebro que desempeña una labor significativa en la recuperación de la memoria, así como la conciencia.
Esta zona en mención (precúneo) se asocia también al sistema de neuronas espejo, aquellas responsables, por ejemplo, de que al ver a una persona bostezar se despierte ese reflejo.
Pero, de acuerdo con las investigaciones disponibles, esto puede significar, en realidad, mucho más que ese mero acto mecánico.
Los bostezos regularían la temperatura del cerebro
El envío de sangre fría al cerebro sirve para mantener niveles óptimos de eficiencia mental. Un cerebro más frío es un cerebro más lúcido
Para un equipo de investigadores estadounidenses, que analizó el tema, el bostezo es un mecanismo al que recurre el organismo para enfriar el cerebro y ayudarlo a mantenerse alerta.
Andrew Gallup, profesor de psicología de la Universidad de Nueva York, en Estados Unidos, y algunos de sus compañeros, llevaron a cabo, hace algunos años, un experimento que los llevó a concluir que bostezar regula la temperatura cerebral cuando otros sistemas del cuerpo no consiguen hacerlo en una medida suficiente.
Los investigadores pidieron a un grupo de voluntarios que entraran en una habitación y vieran un video en el que se veía a gente comportándose de tres maneras: de modo neutral, riendo o bostezando.
Otro grupo de observadores contabilizó cuántas veces bostezaban los participantes en el estudio al contagiarse del que observaban en la filmación. A algunos voluntarios se les pidió que apoyaran sobre sus frentes trapos fríos o calientes.
Ambas acciones, que favorecen el enfriamiento del cerebro, por medio de la respiración nasal y a través del enfriamiento de la frente, eliminaron el bostezo contagioso, según los científicos.
Gallup explicó en ese momento, que el bostezo puede ser una forma para mantenerse más atento y preparado, ya que "el envío de sangre fría al cerebro sirve para mantener niveles óptimos de eficiencia mental. Un cerebro más frío es un cerebro más lúcido".
Según las conclusiones de estos investigadores, un bostezo retrasa el sueño y no lo estimula, y el deseo que sienten las personas de hacerlo cuando otros lo hacen puede ser un mecanismo de grupo que ayuda a mantenernos alerta cuando enfrenta un peligro.
¿Se contagian más los bostezos de nuestro círculo cercano?
¿Se contagian más los bostezos de nuestro círculo cercano? Foto:Px Here
Algunos artículos publicados en la National Library of Medicine de Estados Unidos, citados por Sleep Foundation, revelan imágenes cerebrales en las que se evidencia cuáles son las partes del cerebro asociadas con la empatía y el comportamiento social muestran un pico de actividad cuando una persona ve a otra bostezar.
Dichas investigaciones sugieren que es más probable que una persona bostece después de ver bostezar a un amigo o familiar que a un conocido o desconocido.
Aunque los seres humanos bostezan desde que son bebés, no son susceptibles de contagiar el bostezo hasta que tienen alrededor de 4 o 5 años, cuando han desarrollado su capacidad mental para entender cómo se sienten otras personas.
Según algunos estudios, el bostezo contagioso se relaciona con puntuaciones de empatía más altas.
Por el contrario, trastornos como la esquizofrenia o el trastorno del espectro autista, que interfieren en las capacidades sociales, también parecen reducir el bostezo contagioso.
La teoría de la empatía del bostezo también se ha estudiado en el mundo animal. Al igual que los humanos, los perros solo demuestran un bostezo contagioso una vez que han alcanzado una etapa de desarrollo en la que pueden fijarse en los demás y reconocer su estado emocional, alrededor de los 7 meses de edad.
Sin embargo, a diferencia de los humanos, la proximidad emocional de un perro con la persona que bosteza no afecta a su probabilidad de bostezar. Este hallazgo ha llevado a algunos investigadores a cuestionar estas teorías.
Aunque no existe una respuesta contundente sobre este comportamiento, sí se ha podido determinar que la media de bostezos diaria es de 28 veces en el día. Así que es probable que mientras lea este artículo su cerebro le haya provocado esta reacción.