Cada 17 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la lucha contra el Cáncer de Pulmón, con el fin de promover la prevención de esta enfermedad, a través del reconocimiento oportuno de de los posibles factores de riesgo, entre ellos, el tabaco, alcohol y otras sustancias nocivas para la salud.
De acuerdo con la Cuenta de Alto Costo, el cáncer de pulmón es el que más se diagnostica en hombres, en todo el mundo, y representa el 11,4% de todos los casos, para ambos sexos.
Es de considerar que, la incidencia y mortalidad por cáncer de pulmón ha aumentado drásticamente en América Latina. Para el 2020, en Colombia, se presentó una proporción de casos nuevos reportados de 2,8 por cada 100.000 habitantes y una prevalencia de 8,96 por cada 100.000 habitantes, siendo de 2,9 por 100.000 habitantes la tasa de mortalidad por esta enfermedad, en el mismo año.
Pese a que, la Sociedad Americana contra el Cáncer, indica que el número de casos nuevos de cáncer de pulmón está en descenso, en parte, debido a que la gente está dejando de fumar, y a los avances en la detección temprana, no se debe dejar de lado que este tipo de cáncer, es por mucho, la causa principal de muerte entre hombres y mujeres, representando casi un 25% de todas las muertes por cáncer, esto comparado con otros cánceres, como colon, seno y próstata.
El doctor Milton Lombana, médico especialista en hematología y oncología clínica de la Universidad Militar Nueva Granada, asegura que, “el impacto que tuvo la pandemia por covid-19 en el diagnóstico de cáncer de pulmón fue bastante alto, lamentablemente en Colombia no está cuantificado, pero, se sabe desde la práctica clínica diaria, que la mayoría de pacientes que tenían alguna opción de llegar en estadios un poco más tempranos fueron diagnosticados en etapa avanzada. Hoy en día la mayoría de pacientes llegan sintomáticos, con enfermedades de estadio 4, con opción solo de manejo paliativo y no curativo”.
Tenga en cuenta que, aunque la mayoría de las personas diagnosticadas con cáncer de pulmón tiene 65 años o más; hay un número muy pequeño de personas que son diagnosticadas antes de los 45 años. Esta es una enfermedad que se presenta con mayor incidencia en los hombres, se estima que, la probabilidad de que un hombre desarrolle cáncer de pulmón en el transcurso de su vida es de aproximadamente 1 en 15; para el caso de una mujer, el riesgo es de 1 en 17.
Si bien los síntomas son muy imprecisos o inespecíficos, y pueden ser semejantes a los de otras enfermedades benignas, tenga en cuenta las siguientes señales de alerta, pues en muchas ocasiones el cáncer de pulmón puede pasar inadvertido, lo que justifica que el diagnóstico de casi 2/3 de pacientes se de en estadios avanzados o cuando ya hay metástasis.
Los principales síntomas son:
• Cansancio
• Pérdida de apetito
• Tos seca con o sin flema
• Tos o expectoración con sangre
• Dificultad para respirar
• Dolor cuando afecta a estructuras óseas
Advierte el doctor Lombana que, el tabaquismo, es el factor de riesgo modificable más importante, no obstante, hay otros factores que están asociados de forma significativa al desarrollo de cáncer de pulmón, como los ambientales, el uso de algunos contaminantes en la parte industrial que no son tan conocidos, pero impactan e importan, y convierte a la población expuesta en una de las de mayor riesgo; a esto se suma, también, la polución y, el uso de leña para cocinar, aunque esto ya se ve menos, en la zona rural aún se presenta, y se debe prestar aún mayor atención en viviendas donde hay poca ventilación.
Humanización en el paciente oncológico
Hablar de cáncer no es un tema fácil para nadie. El paciente oncológico vive su enfermedad como un momento de ruptura con la vida cotidiana, en la que sufre un proceso de despersonalización, que incluye la lucha para vencer esta enfermedad, que es provocada por una condición clínica particular.
Por esta razón, es fundamental pensar en el ser humano que hay detrás del título de paciente, “la humanización se trata de entender al ser humano, y, por ende, trabajar con el paciente, la familia, y el equipo médico. Se debe reconocer que la humanización va más allá de los conocimientos médicos, su enfoque es el ser humano”, señala el doctor Haroldo Estrada, médico especialista en oncología clínica.
Agrega el líder del comité de telemedicina y humanización en Hematología y Oncología que, un equipo de salud más amigable, enfocado en el paciente, que se preocupe por sus problemas y los de su familia, refleja circunstancialmente una mejor atención, y eso se percibe, pues, cuando se diagnostica una enfermedad como el cáncer, el ser humano sufre un impacto en diferentes aspectos de su vida, incluso en áreas emocionales y psicológicas.
Innovación y transformación digital en el cáncer
De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer, “en los últimos años, los investigadores elaboraron herramientas de Inteligencia Artificial, IA, para que las técnicas de obtención de imágenes del cáncer sean más rápidas, más precisas e incluso más informativas”.
El doctor Luis Pino, médico cirujano, especialista en medicina interna, hematología y oncología, menciona que, “hoy en día se está trabajando con IA y tecnología en cáncer de pulmón, en cuanto a tamizaje, se utilizan algunos algoritmos creados a través de redes neurales de diversa índole, para optimizar el diagnóstico de los nódulos pulmonares o de las lesiones sospechosas de cáncer de pulmón y discriminarlas entre benignas y malignas; pero también, en cuanto a diagnóstico, hay algunos desarrollos interesantes como la biopsia exhalada, en la cual se analizan metabolitos exhalados a través de modelos de inteligencia artificial, conocidos como narices electrónicas, que permiten de alguna forma, junto con otros biomarcadores en sangre y, con imágenes, optimizar el diagnóstico de los pacientes con este tipo de cáncer”.
Es importante saber que, la Inteligencia Artificial permite hacer tres cosas: predecir, clasificar y automatizar, por ende, permite al médico enfocarse en analizar, por ejemplo, matrices de predicción, de clasificación y, a comunicarse mejor con sus pacientes, lo que resulta en un seguimiento mucho más inteligente, pues se agilizan procesos y se gana mucho más tiempo, haciendo de la práctica clínica una mejor medicina.
Sin embargo, la transformación digital implica un gran reto en la implementación efectiva en los procesos de trabajo de los equipos clínicos y quirúrgicos, en los equipos de soporte, y por supuesto, en llegar a los pacientes.
“Hay un universo y un horizonte muy halagador, para integrar estas tecnologías en el flujo adecuado de trabajo de los médicos, no obstante, va a tomar su tiempo, esto es algo secuencial, que requiere de la participación de todos, la transdisciplinariedad con los equipos de ingenieros, bioinformáticos, y obviamente los equipos clínicos, directivos y istrativos, entre otros”, concluye el doctor Pino.
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