Vivir conectados al trabajo trae consecuencias negativas para la salud mental y el equilibrio de emociones, según el psicólogo Beto Bravo, quien además es mentor, formador y 'coach'. El exceso de trabajo evita la posibilidad de desarrollarse a plenitud. Asimismo, este puede impactar negativamente los resultados a nivel personal y organizacional.
EL TIEMPO conversó con Bravo sobre las consecuencias de trabajar en exceso y de la importancia de los espacios personales.
¿El trabajo 24/7 puede afectar el bienestar de los trabajadores?
Es contundente que sí afecta, esto viene desde un tema cultural. Oímos en las organizaciones mucho este juego de dar la milla extra. La idea es reinterpretar la historia, la milla extra no es dar de más, es dar mejor. Cuando lo comprendamos podremos empezar a equilibrar un poco.
El miedo a…
Esta cultura del trabajo 24/7 está muy sustentado en el miedo, por ejemplo miedo a perder o miedo a fallar. ‘Aquí vamos rápido, el que puede va montado en este tren y el que no va al ritmo se va a tener que bajar’ son cosas que escuchamos que parecen un ejercicio motivador, pero en realidad es todo lo contrario. Pensamos que si no estamos 24/7 no vamos a poder lograr nuestras metas y nos terminamos tragando esa gran mentira.
¿Cuáles son las consecuencias de no tomarse espacios personales?
Esto es como ir al gimnasio. Cuando vas y ejercitas solamente una parte de tu cuerpo quedas desproporcionado, en desequilibrio. El cuerpo siempre busca algo que se llama homeostasis, que es la búsqueda de un equilibrio, lo que pasa al volvernos adictos al trabajo es que perdemos ese equilibrio.
Usted habla de los tres yoes...
Es como si dentro de nosotros vivieran tres personajes, yo los llamo: el yo clan, que es el relacional; el yo laboral, que parece una gran máquina que produce resultados y se exige para lograr más cosas; y el yo personal, donde están el bienestar, la felicidad y la plenitud. Si nos vamos solo al yo laboral y no alimentamos el yo clan o el yo personal, se van a morir de hambre. El organismo es más sabio que el intelecto, entonces hay alarmas como la depresión, baja autoestima, frustración, que nos dicen que estamos dándole demasiado a una dimensión y estamos abandonando otras. Eso impacta en la relación yo con yo, en la relación yo con otros, y en la relación yo con resultados.
¿Cómo ser conscientes de la importancia de los propios espacios personales?
Tenemos que modificar nuestra mentalidad, si cada uno de nosotros entiende que no da de lo que no tiene empiezan a cambiar las cosas. Si yo me siento mal a nivel personal, ¿de dónde saco recursos para mi yo clan o laboral? Yo me preguntaría ¿qué tengo para dar? y si la respuesta es cansancio, estrés, depresión, ansiedad o enojo, son que no quisiera dar. Si eso es lo que tengo debo empezar a transformarlo. Hablaríamos de dar mejor en vez de dar más, de calidad en vez de cantidad. Hay que estar bien para entregar bien.
¿A qué se refiere con cambiar la ‘o’ por la ‘y’?
Muchas veces creemos que las cosas son excluyentes, o tengo un buen trabajo o tengo familia, o tengo un gran desempeño o descanso, ¿qué pasa si cambio la ‘o’ por la ‘y’? Es decir, un gran trabajo y familia, un gran desempeño y descanso, eso es posible, lo que pasa es que nos creemos el paradigma de que es con ‘o’, de que es excluyente.
Cuidar nuestra propia batería...
Cuando compramos un celular nuevo nos dicen que debemos dejarlo descargar por completo y luego cargarlo por determinado tiempo, porque tenemos que cuidar la batería. Es lo mismo con nuestro cuerpo, tenemos que cuidar nuestra batería, es decir, nuestra salud. Como el mundo nos empuja a ser orientados a resultados, y como tenemos miedo porque hay gente atrás esperando a que fallemos para reemplazarnos, castigamos lo único que no deberíamos castigar: los momentos de recarga.
¿Qué aspectos de la vida pueden verse afectados por el exceso de trabajo?
Todos. Digamos que nosotros somos un montón de engranajes y si uno de los piñones no está funcionando se daña toda la cadena de productividad que tenemos en nuestra vida. El exceso de trabajo impacta el yo clan, nosotros somos seres sociales por naturaleza, y abandonamos nuestra relaciones por ir detrás del “gran éxito”. Esto termina afectando nuestras emociones y cuando no estamos bien emocionalmente, no estamos bien en la casa, no estamos bien con nosotros mismos y por ende no estamos bien con nadie. Entonces impacta el universo emocional, relacional y mental.
Por la pandemia la casa se convirtió tanto en el sitio de trabajo como de descanso. ¿Cómo lograr saber diferenciar esos espacios?
Nosotros somos seres mamíferos, por naturaleza necesitamos un refugio, un lugar donde nos recargamos. Es muy importante separar los espacios de los pensamientos, emociones y acciones. Antes era más fácil porque salíamos a la guerra y luego volvíamos a nuestro refugio. Ahora nuestra casa se convirtió en nuestro trabajo, entonces saco mis tres yoes y nos volvemos un ocho. Por eso debemos transformar nuestras rutinas, adecuar espacios, establecer horarios y hacer acuerdos si vivimos con otros. Finalmente debemos reconocer nuestros roles y desde cuál estamos jugando, es decir, mi rol trabajador, padre, esposo, hermano, hijo y demás, no tenemos que mezclarlos porque se fragmentan las relaciones.
¿El trabajo 24/7 también afecta las organizaciones?
Las organizaciones aprovechan que sus empleados ‘están más’, pero a la misma vez pierden el compromiso, la contabilidad y el sentido de pertenencia porque están aburriendo a sus trabajadores. Los empleados empiezan a entender el trabajo como un cuerpo extraño, entonces el organismo piensa ‘esto no es mío, tengo que sacarlo del sistema’. Por ende, las organizaciones por hacer más crean un desequilibrio que conlleva a la saturación y luego al rechazo. Ahora todos estamos buscando una armonía y donde no nos la ofrecen, nos soltamos y vamos a otro lugar.
¿Podría dar unas recomendaciones finales para lograr un equilibrio?
Lo diría en una frase: cada cosa en un lugar. No comamos donde durmamos, no trabajemos donde comamos, no tengamos conversaciones donde trabajamos, y así. Tenemos que ayudar al cerebro a entender que hay un lugar para cada cosa.
UNIDAD DE SALUD
EL TIEMPO