En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Exclusivo suscriptores
¿Por qué los liberales están cada vez más tristes y los conservadores felices?
El bienestar y la felicidad se asocian, según estudios, cada vez más a corrientes conservadoras.
Donald Trump anunció que volverá a buscar llegar a la Casa Blanca. Foto: Cristobal Herrera-Ulashkevich. EFE
¿Puede la ideología política de una persona dictaminar su bienestar, felicidad o tristeza? Varios investigadores en Estados Unidos consideran que sí. Y no solo eso, también tienen un veredicto sobre el tema: los conservadores son más felices que los liberales, y estos últimos son más propensos a las enfermedades mentales.
Todo esto quedó plasmado en un texto que el sociólogo e investigador de la Universidad de Columbia, en Nueva York, Musa al-Gharbi, publicó el martes de esta semana en la revista American Affairs. El ensayo, titulado ‘How to Understand the Well-Being Gap between Liberals and Conservatives’ se hizo viral entre expertos, psiquiatras e investigadores de todo el mundo, quienes compartían el análisis de Al-Gharbi.
En dicho texto, el profesor se vale de varios estudios científicos desarrollados por expertos de prestigiosas universidades o bien de encuestas que se han realizado por años para señalar que existen cuatro razones por las cuales las personas que se identifican con una ideología política conservadora con frecuencia tienen una mayor sensación de bienestar y felicidad que aquellos que lo hacen con un pensamiento más liberal y progresista, eso en un escenario de análisis que se limita a los Estados Unidos.
"Liberals are significantly more likely than conservatives to be depressed, anxious, to rank high on neuroticism and to be diagnosed with mental illnesses & disorders". I learned a lot from this essay by @Musa_alGharbihttps://t.co/8ec30AMPmn
“Los conservadores no solo reportan niveles más altos de felicidad, también reportan niveles más altos de significado en sus vidas. Los efectos del conservadurismo parecen aumentar cuando los conservadores están rodeados de otros como ellos. Sin embargo, en un análisis de noventa países desde 1981 hasta 2014, las psicólogas sociales Olga Stavrova y Maike Luhmann encontraron que “la asociación positiva entre la ideología conservadora y la felicidad rara vez se revierte. Los liberales estaban más felices que los conservadores en solo 5 de 92 países y nunca en los Estados Unidos”, resalta en su texto.
Al-Gharbi también incluye en su texto los resultados de un ensayo reciente de la epidemióloga Catherine Gimbrone, para Social Science & Medicine–Mental Health, donde se identifica una brecha significativa en las actitudes depresivas entre los adolescentes liberales y conservadores.
“Esta brecha estuvo presente en todos los años observados en el estudio (2005–18). Sin embargo, creció significativamente a partir de 2012, ya que las actitudes depresivas se dispararon unilateralmente entre los liberales. Tres años más tarde, los conservadores también comenzaron a informar aumentos en la depresión, aunque ese aumento disminuyó relativamente rápido, mientras que los aumentos entre los liberales continuaron. Las niñas liberales tendían a estar significativamente más deprimidas que los niños, particularmente después de 2011”, resalta el investigador.
E incluso se abordan investigaciones donde se resalta cómo los factores ambientales y genéticos pueden tener un impacto —aunque bajo— en la presencia de enfermedades de salud mental en personas con ideología liberal.
Según el investigador, “podría haber una relación causal directa entre el liberalismo y la enfermedad mental. Por ejemplo, puede ser que ciertas condiciones psicológicas lleven a las personas hacia la ideología liberal. Por otro lado, podría ser que algún aspecto del liberalismo socave rutinariamente el bienestar subjetivo de los adherentes. Se podría hacer un caso en cualquier dirección”.
A estadounidenses les preguntaron si algún médico o profesional de la salud les había dicho alguna vez que podrían padecer enfermedades mentales. Los datos se filtraron según filiación política. Foto:Pew Americans Trends
Al-Gharbi agrega que, por ejemplo, “hay evidencia científica de que los niños que no se adaptan (enojados, agresivos, antisociales) tienen más probabilidades de alinearse con partidos de izquierda cuando sean adultos. Otros estudios han encontrado que las personas que experimentaron abuso, inseguridad y trauma cuando eran niños tenían muchas más probabilidades de identificarse como liberales al llegar a la adultez. Estas poblaciones también son especialmente propensas a reportar enfermedades mentales en la edad adulta. Por lo tanto, podría ser que gran parte de la correlación entre el liberalismo y la enfermedad mental esté impulsada por personas con trastornos mentales que favorecen la ideología liberal sobre el conservadurismo”.
Todo eso, sin embargo, no explica por completo la razón por la cual durante los últimos años se ha visto un incremento en la brecha que hay entre liberales y conservadores en cuanto a percepción de la felicidad y el bienestar, o la tristeza y el padecimiento de enfermedades mentales.
Y es que el objetivo del experto durante todo el texto es explicar, ¿por qué la brecha entre el sentimiento de bienestar de liberales y conservadores ha incrementado tanto durante los últimos años? Y sobre todo, ¿por qué cada vez más los conservadores son más felices que los liberales?
Entre las mujeres jóvenes de filiación liberal crece cada vez más el sentimiento de que padecen depresión. Foto:The politics of depression: Diverging trends in internalizing symptoms among US adolescents by political beliefs
Cuatro razones
Entre sus conclusiones, Al-Gharbi encuentra que a partir de todos los estudios disponibles se puede encontrar que primero que es probable que existan algunos factores genéticos y biológicos que predisponen a los liberales hacia la enfermedad mental y a los conservadores hacia el bienestar.
Por otro lado, señala, “el conservadurismo probablemente ayuda a los adherentes a entender y responder constructivamente a situaciones adversas. Estos efectos son independientes de la religiosidad y el patriotismo (que tienden a ser compañeros de viaje ideológicos del conservadurismo), pero se ven potenciados por ellos”.
Otra de las razones es que algunas corrientes del liberalismo pueden llevar a sus partidarios a la ansiedad, la depresión y otras formas de pensamiento poco saludable. “El aumento del poder y la prevalencia de estos marcos ideológicos posteriores a 2011 pueden haber contribuido al aumento dramático y asimétrico de la angustia mental entre los liberales durante la última década”, enfatiza.
Finalmente, la última razón que destaca Al-Gharbi es que “las personas que no se encuentran bien pueden sentirse especialmente atraídas por la política liberal en lugar del conservadurismo por una variedad de razones y esto puede exacerbar las brechas ideológicas observadas netas de otros factores”.
¿Qué es felicidad?
Según explica el médico psiquiatra y profesor de la Universidad del Rosario, Rodrigo Córdoba, si bien es cierto que Al-Gharbi reseña en su estudio una nutrida bibliografía sobre la felicidad, el bienestar, la tristeza y las enfermedades mentales, también es cierto que al menos los primeros tres puntos son relativos a cada persona y lo que para unos puede significar sentirse pleno para otros puede entenderse como todo lo contrario.
En ese sentido, el director general del Centro de Investigaciones del Sistema Nervioso (grupo CISNE), señala que como la percepción del bienestar es distinta puede que para los conservadores el tener una casa, una familia e ir a la iglesia pueda traducirse en plenitud, pero que para alguien que se adhiere a las corrientes más progresistas esos mismos hechos, en cambio, no lo sean.
Por otra parte, Córdoba sí respalda la teoría de que la religión o el patriotismo puedan ser factores que intervienen en el Estado de ánimo de las personas a partir de los conceptos que les dan como, por ejemplo, en el caso de la iglesia: el valor que se le da a la vida.
“Las religiones son unos factores protectores frente a la intención suicida, por ejemplo. Entonces uno sí ve que quizás unas cosas que aglutinan temores o miedos se terminan convirtiendo en unos factores protectores en algunas situaciones”, resalta el experto.
Ante ello, el médico especialista en Psiquiatría e investigador de la Universidad del Norte, Pedro Gómez Mendez, señala que esos dogmas que se adquieren a nivel religioso pueden ser claves. Esto, porque en muchos casos, la doctrina conservadora está basada en no cuestionar lo que se ha enseñado y mantener lo que viene desde antes, lo que simplifica el pensamiento, mientras que los progresistas tienden a estar más dispuestos a cuestionar lo que sucede y si eso está mal o si debería cambiarse.
“Creo que la ortodoxia, la rigidez y la convicción de que las cosas son así, en blanco y negro, te dan tranquilidad y te dan seguridad. Cuando uno se cuestiona es a otro precio (...). Las convicciones son de alguna manera una forma de protegerse de los cuestionamientos y de muchos miedos que se tienen cuando uno se atreve a pensar”, señala Gómez.
Para él, algo que además es clave en este debate es la epigenética y los cambios que pueden darse en los genes a partir de factores ambientales. En ese sentido, destaca Gómez, es cierto que hay estructuras neurofisiológicas que pueden heredarse, como el miedo. “Filosóficamente, el pensamiento liberal tiene mucho de existencialismo, de autocuestionamiento, de tratar de verle las dos caras a la moneda, de tratar de entender al otro, de no ser prejuicioso”, resalta el experto.
Ambos investigadores coinciden en que aún es necesario estudiar más este tema para responder las dudas de Al-Gharbi, aunque Gómez da por hecho la relación entre la ideología y la felicidad, mientras que Córdoba cuestiona de forma vehemente, ¿qué entendemos por felicidad y por bienestar? Algo que puede no ser lo mismo para dos personas de la misma edad y las mismas condiciones de vida que se diferencian únicamente en su corriente política.
En todo caso, por ahora, en Estados Unidos, el debate sobre la felicidad, el bienestar, la tristeza y las enfermedades mentales entre las dos caras políticas que dominan el país sigue abierto, y al menos por lo que expone Al-Gharbi en su texto, lo cierto es que gran cantidad de estudios han podido demostrar que cada vez los conservadores son más felices mientras los liberales tienden a sumirse en la tristeza.