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Investigación
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Los sanguinarios capos que tienen a Buenaventura sumergida en la violencia
Francia y DEA los rastrean. Tienen estaciones de gasolina, hoteles y acciones en firmas portuarias.
Mientras se conectan virtualmente a la mesa de paz, sacan la cocaína en sumergibles.
Arriba: Alias Diego Optra, jefe de 'los Shottas'; y alias Mapaya, cabecilla de los Espartanos. Foto: Archivo particular
Desde una cárcel de Tampa (Estados Unidos), un colombiano les viene suministrando a agentes de la DEA las identidades y movimientos de los poderosos narcotraficantes que tienen literalmente sumergida en una ola de violencia al puerto de Buenaventura (Valle) y en jaque a la economía que se mueve por la región.
Descuartizados, desaparecidos, desplazados, bloqueos y millonarias pérdidas tienen en jaque a sus más de 300 mil habitantes y al puerto marítimo que mueve cerca del 53 por ciento del comercio internacional del país.
de 'los Espartanos' en Buenaventura. Foto:Archivo particular
Y aunque agentes federales y la inteligencia sa les han entregado a sus pares en Colombia información puntual sobre estas organizaciones criminales, la respuesta ahora es la misma: “Dicen que varios están sentados en la mesa de diálogo con el gobierno Petro o son piezas para mantener viva la tregua entre bandas locales y no los pueden tocar”.
EL TIEMPO investigó y estableció que, según esos informes de inteligencia, varios de los llamados ‘amos de la violencia’ en Buenaventura están escondidos en España y Centroamérica, por procesos vivos en su contra.
“Pero se conectan virtualmente a las mesas de diálogo con dos de las más poderosas estructuras –‘los Shottas’ y ‘los Espartanos’– para seguir manejando los hilos del poder criminal y enterarse de cada decisión que se toma”, le dijo a EL TIEMPO uno de los delegados que participa en esos acercamientos.
Y agregó que aunque, estratégicamente, han mandado mensajes al alto Gobierno diciendo que están cansados de la guerra, de manera paralela fortalecen nuevas estructuras para seguir con el poder criminal que ostentan.
“En las treguas bajaron los casos de homicidios, pero subieron las desapariciones forzadas y los envíos de cocaína desde esa ciudad portuaria”, agregó una fuente oficial.
Sumergibles y barcos
Este es uno de los semisumergibles incautado en el Pacífico. Foto:Cortesía
La inteligencia sa alertó hace tan solo dos semanas que un embarque de 2.890 kilos de cocaína colombiana de alta pureza iba a salir por el puerto. Había sido cargado en Guayaquil (Ecuador), con el beneplácito de la mafia mexicana e iba rumbo a Países Bajos.
Pero la mayor parte del alcaloide se mueve a través de narcosumergibles.
El propio ministro de Defensa, Pedro Sánchez, itió en un reciente foro sobre Seguridad Nacional en EL TIEMPO que el gobierno Petro era consciente que las 881 toneladas incautadas (que se muestran como trofeo de cara a la inminente descertificación del gobierno Trump a Colombia) representan tan solo un 35 por ciento de la producción total: aproximadamente 2.600 toneladas de cocaína en un año.
Ministro de Defensa, Pedro Sánchez, ofreció recompensa por captura de 'Iván Mordisco' Foto:archivo particular
En Europa, Estados Unidos y ahora en Colombia esas cifras se convierten en más adictos, muertos y violencia. Mientras tanto, los mafiosos están invirtiendo sus ganancias en estaciones de gasolina, carros de alta gama, hoteles de lujo, firmas legalmente constituidas e incluso acciones en el puerto de Buenaventura.
En efecto, hay evidencia de cómo familiares y testaferros del extinto capo Gustavo Vega Archibold, alias el Vega, aparecen como tenedores de 500.000 acciones de una firma que controla parte del puerto.
EL TIEMPO consultó con investigadores y todos coinciden en que las cabezas de las manadas de sicarios que recorren el puerto con fusiles, miniUzi y pistolas –cubriendo sus caras a pesar de los 32 grados de temperatura– reciben órdenes de Diego Fernando Bustamante Segura, ‘Diego Optra’, cabecilla de ‘los Shottas’; y de Jorge Isaac Campaz, alias Mapaya, jefe de ‘los Espartanos’.
Los otros ‘patrones’
Jorge Isaac Campaz, alias Mapaya. Foto:Archivo particular
A esas dos organizaciones y a otras bandas satélites les atribuyen los 50 muertos que van este año en el puerto. Pero hay que sumarles otros en Cauca y Nariño, donde operan.
“Cada encapuchado recibe entre 3 y 5 millones de pesos mensuales”, le dijo a EL TIEMPO un líder local.
Y aunque todos hablan de ‘Diego Optra’ y de ‘Mapaya’, hay otros nombres que aparecen en el listado que llegó desde Tampa, que tienen alianzas con capos albanos, mexicanos, italianos y españoles. Uno de estos es un mafioso detenido en Costa Rica: Jair Estupiñán Montaño, ‘Pecueca’, quien se encuentra en prisión preventiva por narcotráfico, lavado de activos y homicidio.
Diego Fernando Bustamante Segura, alias Diego Optra, se estaría escondiendo en España. Foto:Archivo particular
Según un informe de la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York, Estupiñán hizo parte de las extintas Farc y posteriormente militó en el cartel del Norte del Valle, donde se dedicó al transporte de cocaína desde Buenaventura a través de Panamá, Costa Rica y México, por medio de barcos y semisumergibles.
‘Pecueca’ fue capturado en Panamá por la Guardia Costera de Estados Unidos, tras habérsele incautado más de 7.200 kilogramos de cocaína que fueron enviados en barcos. Por esto, fue pedido en extradición y pagó una condena en Nueva York. Luego de haber cumplido la pena, volvió a Costa Rica, donde fue recapturado.
El detonante
Robert Daniel Quintana, alias Robert, señalado sicario de los 'Espartanos'. Foto:Archivo particular
El delegado que participa en los diálogos con ‘los Shottas’ y ‘los Espartanos’ y que accedió a hablar con EL TIEMPO lanzó otro nombre: Robert Daniel Quintana, alias Robert.
Se trata del jefe de sicarios de ‘los Chiquillos’, el brazo armado de ‘los Espartanos’. Estaba preso en una cárcel de Buenaventura, pero fue movido a la Dorada (Caldas) después de que asesinaron a su hijo de 18 años.
A ese crimen, registrado el 28 de marzo, algunos le atribuyen la ruptura de la tregua. Incluso, en redes y en calles de Buenaventura empezaron a circular panfletos y una lista de objetivos militares en la que ‘los Espartanos’ le declaran la guerra a ‘los Shottas’.
Canasta y contenedores
Puerto de Buenaventura Foto:Cortesía
Además del miedo y la violencia que recorren las calles de Buenaventura, hay un tercer factor que tiene desestabilizada a esa ciudad: la ola de extorsiones.
Una autoridad local señaló que las estructuras criminales que se están armando a la sombra de ‘los Shottas’ y ‘Los Espartanos’ –como la banda ‘los Pescados’– extorsionan a casi toda la población: “Les cobran plata a todos los locales. Algunos han tenido que cerrar y otros, subir los precios de la canasta familiar para poder cancelar las cuotas”.
Pero el grueso del dinero está, sin duda, en las ganancias que obtienen por el control de contenedores.
Y aquí encaja un escándalo que completa varios meses en la agenda nacional: la sombra de Diego Marín Buitrago, alias ‘Papá Pitufo’, y la corrupción en la Dian y en la Policía Fiscal y Aduanera.
Diego Marín Buitrago. Foto:Archivo particular
Según agencias federales, una de las estructuras que también tiene injerencia directa en el puerto de Buenaventura es la que maneja alias Palustre, un viejo trabajador del clan Calle Serna, narcotraficantes del norte del Valle, que está al servicio de ‘Pitufo’, según testimonios recaudados.
EL TIEMPO reveló en febrero la declaración de alias Lobo –retomada por otros medios–, donde menciona directamente a ‘Pitufo’ y a un allegado, pero al parecer se retractó desde prisión.
Lo concreto es que mientras sigue escalando la violencia, las agencias extranjeras que monitorean el puerto aún no entienden por qué no se procede contra las estructuras que ya están plenamente identificadas.