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Ella superó el cáncer mientras esperaba a su tercer hijo
Tras esa experiencia, Catalina Suescún se dedicó a ayudar a otros a superar situaciones críticas.
"No es rechazar la experiencia y quedarme peleando con lo que estaba pasando sino de alguna manera aceptar que aquí esta y asumirlo con fortaleza" Catalina Suescún. Foto: Mauricio Moreno
Catalina Suescún enfrentó dos experiencias que cambiaron por completo su propósito de vida. Tenía 36 años cuando los médicos le informaron que sería madre. Pero, al mismo tiempo, le dijeron que su vida estaba en riesgo debido a un cáncer de seno.
“Fue un momento muy difícil, saber si debía seguir con el embarazo, con todos los riesgos y dificultades que conllevaba. No sabía si seguir adelante con mi vida”, cuenta.
La enfermedad se instaló en su cuerpo. “Al enterarme de que tenía cáncer –cuenta– entendí que no había vuelta atrás. Lo quisiera o no, estaba ahí y no lo iba a poder cambiar. Lo que sí podía hacer era decidir cómo la quería vivir”.
Decidió seguir adelante con su embarazo: su tercera hija, Alicia, venía en camino. Catalina sabía que necesitaba asumir una nueva mentalidad para enfrentar su realidad. “Asumirlo de una manera dramática y como una tragedia iba a sacar en mí el miedo y la angustia. Eso no me iba a dar fuerzas para superar la experiencia y además sacar un embarazo adelante”, cuenta.
El apoyo de sus amigos, familia e incluso gente que conoció durante el tratamiento fueron fundamentales. Con este soporte, se recargó de energía, incluso, cuando ella misma no encontraba fuerzas.
Estoy en la puerta de un camino grandísimo que es transitar un cáncer con un embarazo lo quiera o no. No puedo cambiar esta experiencia sino decidir como la quiero vivir.
En ese momento, Suescún se dio cuenta de que las crisis son difíciles de transitar en soledad, “cuando una va de superhéroe pensado que puede con todo”. Aprendió que la mayoría de las veces los momentos de adversidad no pueden controlarse, pero sí, la reacción que tenemos ante ellos.
Después de dos años, superó su enfermedad. Alicia creció con buena salud junto a Juan Sebastián y Martín, sus otros dos hijos. Pero llegó la rutina y muchas dudas surgieron. Dudas que, de hecho, ahora compara con la incertidumbre que la pandemia genera hoy en muchas personas.
“Yo decía, bueno, y ¿si esto me vuelve a pasar y me enfermo en un año? ¿Si ya no estoy más, mis sueños se van a cumplir? ¿Estoy siendo fiel a mí misma? ¿Estoy cumpliendo mis propósitos? ¿Estoy disfrutando la vida?”, dice.
Estas eran las preguntas que le preocupaban, pero que también se convirtieron en un impulso para hacer un cambio en su vida: “No puede ser que luché dos años, tengo una segunda oportunidad y voy a salir a ser la misma Catalina, con el mismo estrés, sin desarrollar mis propósito al 100 por ciento y con una cantidad de deseos sin cumplir”, explica. Fue a partir de esta experiencia de vida que nació Inspira.
Una apuesta por otros
Inspira es una empresa que nació en el 2016 y tiene el objetivo de ayudar a personas en momentos de adversidad. Por un lado, trabaja con empresas para fortalecer sus equipos de trabajo y enseñarles a manejar situaciones críticas. El propósito es construir una cultura organizacional más sólida, en la que todos los equipos de trabajo se reconozcan como gestores de cambio.
Pero también, desde el sector salud, apoya a pacientes diagnosticados con enfermedades graves. Catalina cuenta que con ellos realizan talleres para convertir sus dificultades en herramientas de crecimiento. Por esta razón, en algunos grupos de pacientes han surgido iniciativas de unirse entre ellos mismos para transmitir lo aprendido durante las reuniones.
“Las personas cuando logran volver ese momento de crisis una oportunidad de crecimiento, les nace el deseo de querer compartir esa nueva mentalidad con otras personas” afirma Catalina.
La empresa Inspira que trabaja para otras empresas en tres frentes de trabajo: procesos organizacionales con empresas, procesos de salud con pacientes diagnosticados con enfermedades graves y gestores de cambios, enfocado en temas de educación para la nueva humanidad. Foto:Jessica Martínez
Estos dos procesos de Inspira, explica Catalina, están apoyados con la idea de resiliencia, palabra de la que, según dice, se ha convertido en vocera oficial. “Es la capacidad que tenemos los seres humanos para afrontar con valentía situaciones adversas, transitarlas y aprender de ellas”, explica.
En este sentido, fue justamente a través de su experiencia como Catalina entendió que los retos y las crisis son las mejores oportunidades para crecer y desarrollar cualidades que, en la comodidad del día a día, tal vez no se hubieran desarrollado.
Hoy Alicia tiene 6 años y Catalina goza de buena salud. La enseñanza más importante de ese pasado fue despojarse del “síndrome de productor terminado”. Su invitación para muchos es hacer lo mismo.
“Muchas veces afirmamos que ya somos así, que quienes me conocen saben que no voy a cambiar. Mi invitación es tener la humildad del aprendiz y reconocernos como grandes aprendices de la vida hasta el último momento. Siempre vamos a vivir circunstancias que nos inviten a crecer, sin importar la edad que tengamos”.
Su mensaje para quienes atraviesan hoy un momento de dificultad es que “debemos reconocer que tenemos una grandeza interior y que es a partir de estas circunstancias que vamos a ampliar nuestro radar y conocer esas capacidades que no sabíamos que teníamos. Muchas veces nos sorprendemos de lo que podemos llegar a ser, pero si no llega esa experiencia que nos haga crecer puede que nos quedemos sin conocer un pedazo extraordinario de nosotros mismos”.