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Menopausia: sus efectos sobre el riesgo de padecer demencia siguen siendo un misterio; 4 estudios dan nuevas luces
Las mujeres tienen un riesgo tres veces mayor de desarrollar la enfermedad de Alzheimer y demencias relacionadas.
Los controles médicos y una buena orientación y terapia o tratamiento ayudan a manejar los síntomas. Foto: iStock
Si bien el principal factor de riesgo para sufrir de demencia, y que no puede modificarse, es el envejecimiento –se estima que un 1,7 por ciento de las personas entre 65 y 69 años vive con demencia, y su incidencia se duplica cada cinco años hasta la edad de 90 años–, el segundo es ser mujer: corremos un mayor riesgo de padecer enfermedades que afectan a la memoria, y no solo porque vivamos más tiempo que los hombres.
Así lo plantea la catedrática Lisa Mosconi, neurocientífica que dirige el programa de prevención de la enfermedad de Alzheimer en el New York Presbyterian Hospital, en su libro El cerebro XX: “Uno de los hechos más sorprendentes de la enfermedad es que una mujer de 45 años tiene una probabilidad entre cinco de padecer Alzheimer durante el resto de su vida, mientras que un hombre de la misma edad solamente tiene una entre diez”.
Sin embargo, porque esto ocurre sigue sin ser comprendido por completo. Existe evidencia de que factores sociales hacen a las mujeres más vulnerables ante la demencia. Suelen ser más pobres, tener un nivel educativo más bajo y corren un mayor riesgo de sufrir violencia doméstica, asociada con traumatismos craneoencefálicos. Adicionalmente, los expertos señalan que los cambios hormonales durante los embarazos, los partos y la menopausia también podrían contribuir al riesgo de presentar enfermedad de Alzheimer. Aunque reconocen que sobre estos temas aún se ha estudiado muy poco.
Un factor propuesto que puede conferir un riesgo especial a las mujeres es la pérdida de estradiol en la menopausia. Pero es un campo en el que diversos grupos de investigación siguen trabajando. Por ejemplo, coincidiendo con la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, se dieron a conocer los resultados de varios estudios sobre el tema. Uno de ellos señala que las mujeres que presentan más síntomas menopáusicos son más propensas a tener más adelante una peor función cognitiva y alteraciones leves del comportamiento, ambos marcadores de demencia.
La investigación fue publicada en la revista de abierto PLOS One por Zahinoor Ismail, de la Universidad de Calgary (Canadá), y sus colegas. Los investigadores utilizaron datos del estudio en curso Canadian Platform for Research Online to Investigate Health, Quality of Life, Cognition, Behaviour, Function, and Caregiving in Aging (CAN-PROTECT), incluyendo los datos de 896 encuestadas que completaron evaluaciones demográficas, cognitivas y conductuales y declararon ser posmenopáusicas. Las participantes tenían una edad media de 64,2 años y una edad media de inicio de la menopausia de 49,4 años.
La carga de síntomas de la menopausia se evaluó sumando el número total de síntomas perimenopáusicos recordados, incluidos periodos irregulares, sofocos, escalofríos, sequedad vaginal, aumento de peso, metabolismo lento, sudores nocturnos, problemas de sueño, síntomas del estado de ánimo, falta de atención o falta de memoria y otros síntomas sin nombre.
El estudio halló que las mujeres que declaraban más síntomas perimenopáusicos presentaban un mayor deterioro cognitivo y presentaban más síntomas de deterioro conductual leve a mediados y finales de la vida.
Pero se trata de hallazgos que deben ser tomados con cuidado y sin alarmismo. Así lo explicó el doctor Pluvio Coronado, presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia, al Science Media Centre. Para el experto, aunque se trata de un estudio que “está bien realizado en una muestra amplia de mujeres canadienses”, presenta sesgos.
“Por ejemplo, las mujeres recuerdan los síntomas que tuvieron (ahí puede haber olvidos o mala apreciación de los mismos). Además, todos puntúan lo mismo en la escala, sin tener en cuenta la gravedad o la intensidad. Por otro lado, no se demuestra si la intervención aliviando estos síntomas (y cuáles serían los relevantes) mejora el deterioro. Se observa que el uso de terapia hormonal fue del 25 por ciento y que esta tiene un efecto negativo en el deterioro, por lo que podría ser un factor preventivo a estudiar”, señala el doctor Coronado.
Los autores del estudio también reconocen algunas de sus limitaciones. iten la necesidad de seguir investigando para confirmar estos hallazgos en un conjunto de datos más amplio, idealmente con un diseño longitudinal que permita determinar la causalidad. Además, señalan que una mayor segregación de los participantes para tener en cuenta los factores de riesgo de confusión, incluida la edad de inicio de la menopausia o la intervención quirúrgica de la menopausia, también beneficiaría a futuros estudios.
Desacuerdos sobre la terapia hormonal
Pese a que el estudio liderado por el doctor Ismail en Canadá mostró resultados positivos de la terapia hormonal frente al deterioro cognitivo, otras investigaciones vinculan a este tipo de terapias las mujeres recurren para aliviar síntomas de la menopausia como los sofocos y la sequedad vaginal, con efectos negativos sobre el cerebro.
Como parte de la edición especial publicada por la revista Science Advances sobre salud femenina, esta semana también se dio a conocer un estudio liderado por la doctora Gillian Coughlan y sus colegas sobre los efectos de la terapia hormonal menopáusica sobre el riesgo de enfermedad de Alzheimer en mujeres y su aparición a lo largo de la edad.
Embarazos, partos y menopausia podrían contribuir al riesgo de presentar enfermedad de Alzheimer. Foto:iStock
Los científicos examinaron a 146 mujeres sanas de entre 51 y 89 años. De las participantes, 73 tomaban terapia hormonal y 73 no. Entre las participantes los investigadores controlaron la expansión de tau, una proteína que se acumula en el cerebro de las personas con Alzheimer, durante 3,5 años, y la expansión de β-amiloide, un péptido proteínico que también se considera como precursor de la enfermedad, durante 4,5 años.
Los resultados señalan que las mujeres mayores de 70 años que recibían terapia hormonal mostraron un aumento de la acumulación de tau en tres regiones del lóbulo temporal, mientras que las mujeres de este grupo demográfico que no recibían terapia hormonal no mostraron el mismo aumento de la acumulación de esta proteína. Sin embargo, esta relación fue insignificante en las mujeres menores de 70 años que tomaban terapia hormonal.
Un cerebro más joven
Paradójicamente, pese a ser más propensas a sufrir de demencia, los científicos también han encontrado evidencia relacionada con un envejecimiento más lento en el cerebro femenino. Un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St Louis (EE.UU.) publicado en 2019 en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) señala que el cerebro femenino parece ser aproximadamente tres años más joven que el de los hombres de la misma edad.
La investigadora Margaret Gadek, de la Universidad de California, y sus colegas decidieron abordar por qué esto ocurre, centrándose en el cromosoma X, factor que diferencia a las mujeres de los hombres. Los hallazgos hacen también parte de los estudios sobre salud femenina publicados esta semana en la revista Science Advances.
Las mujeres tienen dos cromosomas X, mientras que los hombres tienen un cromosoma X y uno Y. Al principio del embarazo, uno de los cromosomas X de las mujeres se apaga y sus genes quedan prácticamente silenciados, pero eso cambia con el envejecimiento, según descubrieron.
Mediante secuenciación de ARN, observaron que la transcripción de genes X silenciosos, conocidos como Plp1, aumentaba en ratones hembra envejecidos, amplificando la actividad existente en el cromosoma X activo. Plp1 produce una proteína que facilita las actividades relacionadas con la memoria en el hipocampo, la parte del cerebro encargada de la memoria y la cognición, la misma que se deteriora con la edad y se afecta por el Alzheimer.
Un descubrimiento que, aunque se ha realizado solo en ratones, los científicos consideran que se puede escalar a los humanos debido a que estos animales muestran los mismos efectos relacionados con la edad en el funcionamiento del cerebro, y, de la misma forma en la que pasa con mujeres y hombres, las hembras obtienen mejores resultados que los machos.
Gadek y sus colegas aumentaron la regulación de Plp1 en las células del hipocampo de ratones macho y hembra envejecidos, y observaron que mejoraba su cognición. Corroboraron estos hallazgos rastreando la expresión de Plp1 X silenciosa en el parahipocampo de mujeres de edad avanzada.
Pese a que la evidencia científica que vincula el ser mujer con un mayor riesgo de demencia suene alarmante, cabe recordar que la mayoría de los cerebros y las funciones cognitivas de las mujeres se estabilizan después de la transición de la menopausia, una etapa por la que todas atravesamos, y que la mayoría pasarán por ella sin presentar deterioro cognitivo.
Realizar actividad física ayuda a contrarrestar los síntomas de la menopausia. Foto:iStock
Respecto a lo que se puede hacer para proteger el cerebro está adoptar hábitos saludables que reduzcan el riesgo de que esta enfermedad aparezca. Por ejemplo, el tabaquismo, la obesidad, la diabetes, el consumo excesivo de alcohol, la inactividad física e incluso la contaminación atmosférica son considerados como factores de riesgo que pueden modificarse, de acuerdo con la revista Lancet.