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Análisis
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Icetex: ¿Por qué el recorte de recursos pondría a tambalear a todo el sistema de educación superior? Esto advierten expertos
Expertos concuerdan en que no asignar el dinero suficiente a la entidad para 2025 traería consecuencias devastadoras para universidades privadas y presiones a las públicas.
El beneficio será para programas de pregrado en carreras técnicas, tecnológicas o profesionales. Foto: Cortesía Icetex
El futuro de más 200.000 s del Icetex, todos ellos pertenecientes a población vulnerable o de minorías étnicas, hoy es incierto. Desde que se conoció que a la asignación presupuestal que el Ministerio de Educación destinó a la entidad le faltan $ 1 billón de pesos para poder abrir la convocatoria del semestre 2025-1 (unos 30.000 nuevos s) y para garantizar la continuidad de 186.000 beneficiarios antiguos, no cesa el temor en torno a qué será de estos jóvenes, pero también se ha puesto en duda el devenir de las universidades privadas y del sistema de educación superior.
No es un problema menor, ya que esto corresponde a dos terceras partes de lo que desde el Presupuesto General de la Nación se debería asignar al Icetex para garantizar la operación de la próxima vigencia. Con estos recursos se financian, nada más y nada menos, que los créditos educativos con condiciones especiales que reciben poblaciones de bajos recursos, afrodescendientes e indígenas. Pero de allí también dependen diferentes beneficios como los subsidios a la tasa de interés, auxilios de sostenimiento y las condonación de entre el 25 y el 50 por ciento a los que estos jóvenes tienen derecho como beneficiario de estas líneas.
Sin embargo, ese billón de pesos que hace falta no será entregado a Icetex, y en cambio se destinará a otros programas, lo cual, según dijo a este diario el exministro de Educación, Alejandro Gaviria, sería inconstitucional: “El dinero que falta es para cumplir lo que se llama las líneas de protección constitucional. Son compromisos constitucionales del Estado colombiano. La Nación no le puede decir a un estudiante, por ejemplo, que le va a condonar el 25 por ciento de su matrícula, y luego que ya no”.
Se trata de una situación “sumamente grave”, explica la exsecretaria de Educación de Bogotá, Edna Bonilla: “Cerca del 90 por ciento de los beneficiarios de la entidad pertenecen a los estratos 1, 2 y 3, y más del 73 por ciento se concentran exclusivamente en los estratos 1 y 2. Para la mayoría de estos estudiantes, la falta de recursos podría traducirse en la deserción de sus programas. Los perjuicios son enormes”.
Tal es el caso Ana Lucía Duarte, estudiante de Ingeniería Ambiental de la Universidad Santo Tomás, en Bogotá, quien señaló que “duré dos años sin estudiar porque no tenía plata y en las públicas no obtuve nunca un cupo. Tengo un crédito con el Icetex con ciertos beneficios por mi puntaje del Sisben, pero ya no sé si podré seguir estudiando. No tengo la plata para pagar un semestre, y ahora estamos con mi familia tratando de encontrar la manera”.
Y si el panorama no es alentador para los jóvenes, tampoco lo es para las 210 instituciones de educación superior privadas con convenio con el Icetex, que ven esto como un enorme riesgo para su estabilidad financiera, así como para la estabilidad del sistema de educación superior. Así lo cree Óscar Domínguez, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun): “No hemos podido que el Ministerio de Educación Nacional y el Ministerio de Hacienda reaccionen con noticias positivas. No hay ninguna claridad oficial de cuáles van a ser los recursos para el 2025. Y el impacto es enorme, porque hay instituciones para quienes el crédito de Icetex representa el 60 o el 70 por ciento de su matrícula”.
Pero estas no son las únicas preocupaciones que ha suscitado esta situación. De hecho, el manejo por parte del Gobierno, y particularmente del ministro de Educación, Daniel Rojas, han incrementado los temores. Primero, con el aparente desconocimiento del funcionario de la vinculación del Icetex con su cartera (negó inicialmente tener responsabilidad en la crisis, pese a ser presidente de la junta directiva del instituto) y luego culpando a su homólogo de Hacienda, Ricardo Bonilla, por no asignar los suficientes recursos, un hecho que para el exministro Gaviria es “una leguleyada”.
Y segundo, y más importante, porque detrás habría una decisión política de 'cerrarle la llave' al Icetex, argumentando que el Estado no debe financiar a las universidades privadas sino solo a las públicas, lo que para Gloria Bernal, directora del Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana, es equivocado porque “los créditos no son para las universidades sino para jóvenes que no estudian gratis, que pagan sus créditos”.
A propósito, EL TIEMPO pudo hablar con varios altos funcionarios y exdirectivos del Icetex, quienes sostienen que ya en momentos anteriores el Gobierno había propuesto no financiar créditos educativos, lo cual hasta ahora no se había concretado. De hecho, sostienen que es cierto que en reuniones internas el término que se utilizaba era textualmente “marchitar Icetex”, versión desmentida por el ministro Rojas (ver entrevista adjunta).
Ya hubo un primer intento abierto de cambiar la misionalidad de la entidad, como pasó en el primer borrador del fallido proyecto de ley estatutaria de educación, por medio de un polémico artículo que detallaba que con dicha reforma la entidad dejaría de financiar los créditos educativos de carreras profesionales para migrar solamente en estudios en el exterior y posgrados. En su momento, el Ministerio de Educación (en ese entonces encabezado por Aurora Vergara) señaló que con la gratuidad en la matrícula de universidades públicas y la meta de 500.000 nuevos cupos en el cuatrienio, los créditos del Icetex “no iban a ser necesarios”.
Así lo recordó la profesora Bonilla: “El Gobierno ha manifestado su intención de reorientar el Icetex exclusivamente hacia el financiamiento de créditos para estudios en el exterior. Y aunque no cabe duda de que el modelo requiere una revisión y mejora, eliminar la entidad o redirigir de forma improvisada sus recursos pone en riesgo la permanencia de al menos 200.000 estudiantes”.
Para el analista en educación, Francisco Cajio, es evidente que efectivamente, y por una posición ideológica, el Gobierno estaría desconociendo al sector privado, sin importarle los impactos de estas decisión traería: “Las promesas de fortalecer la educación pública no se concretan antes de una década. Hacer una universidad nueva o crear nuevos cupos universitarios no es una cuestión de un día para otro. Hay una falta total de realismo, no se puede en estos momentos ampliar la cobertura sin la oferta mixta actual”.
Graves consecuencias para la educación superior
Todos los expertos consultados por EL TIEMPO concuerdan en algo: la meta de más de 500.000 nuevos cupos es irreal si no se vincula a las universidades privadas, pero recortarle el presupuesto al Icetex no hace más que generar presiones al sistema, además de desconocer que las universidades públicas no tiene la capacidad de recibir a todos estos estudiantes.
Así lo demuestran las cifras. De acuerdo con datos del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (Snies), las universidades privadas registran 100.000 matrículas menos que hace siete años en pregrado (una pérdida del 10 por ciento), por lo que perder otros 200.000 que hoy son s de Icetex pondría en riesgo las finanzas del sistema.
Y paralelamente, las universidades públicas parecen no tener capacidad para atender las enormes metas del Gobierno en cobertura. De hecho, el Sistema Universitario Estatal habla de un déficit de 18 billones de pesos en el sector, y la reforma educativa que promete sanear las finanzas de estas instituciones no ha sido una prioridad en la agenda legislativa del Ejecutivo.
Ante ello, Dominguez, el director de Ascun, sostiene: “Es una manera de ir debilitando el sistema de educación superior privada en Colombia, que representa las dos terceras partes de las instituciones del país y casi la mitad de la matrícula, y es un retroceso en la meta de cupos nuevos. Las universidades privadas no hemos sido tenidas en cuenta en la meta. Hemos preguntado claramente al Mineducación si lo que intentan es debilitar a las instituciones, nos han dicho que esta no es la intención, pero las actuaciones nos dicen lo contrario”.
Para Gloria Bernal, la directora del LEE, “no es cierto que destinar $ 1 billón de pesos que iba para Icetex a gratuidad va a garantizar más cupos en las universidades públicas, porque para poder ampliar el número de cupos se necesita construir infraestructura, contratar de docentes, tener laboratorios y eso toma tiempo. De hecho, algunas de las quejas que tienen las universidades públicas es que justamente siguen exigiéndoles que les reciban más estudiantes pero no tienen capacidad instalada”.
Lo mismo cree el exministro Gaviria, quien considera que “podría afectar la cobertura. Si uno hace las sumas y restas, podría llevar a que en Colombia terminen menos personas accediendo a la educación superior. Es que cuando el ministro Daniel Rojas y el señor presidente hablan de la meta de 500.000, excluyen a las universidades privadas. Pareciera que a ellos los cupos en las universidades privadas les no importa”.
Según pudo conocer este diario, el documento ya está redactado y a la espera del visto bueno por parte del ministro de Educación, Daniel Rojas. Foto:Milton Díaz. EL TIEMPO
Tres preguntas a Daniel Rojas, ministro de Educación.
¿Es cierto que hay un plan para 'marchitar al Icetex'?
No. He sido enfático en afirmar que para el Icetex no hay planes, ni propuestas sobre lo que han denominado “marchitamiento”. La institución enfrenta desafíos presupuestales derivados de la coyuntura fiscal del país, lo cual no significa que los recursos presupuestados para este año hayan sido recortados, pero sí existe una reprogramación a fin de atender temas como la ola invernal. Ahora bien, el Icetex tiene un enorme reto consistente en fortalecer su misión de financiamiento para el y la equidad en la educación superior, especialmente para los jóvenes más vulnerables, por eso, al contrario de marchitarse, debería transformarse.
¿Pueden los estudiantes s estar seguros de que podrán renovar para el próximo semestre y que se pagará lo correspondiente a la vigencia 2024-2?
Desde el inicio de esta vigencia el Ministerio de Educación programó y solicitó los recursos a través del Programa Anual de Caja (PAC), esta gestión se realiza ante el Ministerio de Hacienda para garantizar los recursos que financian las diferentes estrategias que le corresponden a nuestro sector para impulsar la educación superior, entre ellos, se programó el presupuesto requerido para transferir a Icetex. Para el segundo semestre de este año se requieren $432.000 millones, hacen parte del presupuesto del sector, de estos el Ministerio de Hacienda nos ha autorizado 51.000 millones, los restantes $381.000 millones esperamos se giren a finales de noviembre o diciembre.
¿Quién responderá por los recursos para la convocatoria de 2025-1?
En marzo de este año, de acuerdo con el proceso de formulación del anteproyecto de presupuesto, desde el Ministerio de Educación, le solicitamos al Ministerio de Hacienda $6,5 billones para financiar los proyectos de inversión de Educación Superior. Sin embargo, la cuota asignada para la totalidad de estos programas fue de $4,6 billones, de los cuales programas como la política de gratuidad requiere de $2,6 billones. En síntesis, al recibir 29 por ciento menos de lo solicitado el Ministerio de Educación debe redistribuir sus metas, por ello hemos asignado $495.000 millones para las líneas de ICETEX y seguimos gestionando con Hacienda un aumento del techo de inversión que nos permita asignar más recursos para 2025.