La historia del río de La Guajira que ayer, de la nada, amaneció sin agua y estuvo así por varias horas

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Según pudo conocer EL TIEMPO, la razón habría sido un fallo en una de las válvulas de la represa El Cercado. Dicha infraestructura, ubicada en el municipio de Distracción y istrada por la Agencia de Desarrollo Rural (ADR) habría presentado problemas técnicos, por lo que entre las 2:00 am y 6:00 am del 25 de abril los funcionarios que trabajan en la presa decidieron cerrar por completo su compuerta principal para poder atender el problema de la válvula afectada.

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Dicha decisión disminuyó considerablemente el cauce del río Ranchería, llevándolo a niveles mínimos. De acuerdo con la Corporación Autónoma Regional de La Guajira (Coporguajira), como medida de emergencia se tuvo que abrir la válvula del túnel de desvío para garantizar el caudal mínimo necesario de operación y el caudal ecológico del río Ranchería.

Corpoguajira estuvo en El Cercado revisando lo sucedido el mismo día en que se presentaron los hechos. Durante la inspección se visitaron, conjuntamente con delegados de la ADR, diversos puntos de importancia crítica, que comprendieron la revisión de la válvula afectada (EKN DN 2500), el túnel de desvío, así como las válvulas de descarga y la presa derivadora.

“Con respecto al recurso hidrobiológico del río Ranchería, dado el plazo que transcurrió de la contingencia y la forma como se dio el descenso en su caudal, aguas abajo del embalse El Cercado, fue de manera gradual, la ictiofauna tuvo un periodo de acomodación al poco caudal que logró salir por el túnel de desvío y los impactos generados fueron locales con relación al tiempo de la emergencia, por lo tanto, no se encontraron evidencias de mortandad de peces en el tramo del río recorrido desde la presa el Cercado hasta el municipio de Fonseca, pasando por el municipio de Distracción”, señaló Corpoguajira. 

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Además, Corpoguajira instó a la ADR y al Gobierno Nacional a tomar medidas puntuales, que permitan implementar acciones inmediatas para prevenir eventos futuros que afecten de manera severa el recurso hidrobiológico del río Ranchería y el uso del mismo por parte de las comunidades asentadas en inmediaciones de este proyecto.

Pese al análisis de Corpoguajira que señaló que no existió mayor afectación al río tras estar varias horas sin agua, la comunidad local de los municipios por donde pasan las aguas del Ranchería señaló lo contrario. Armando Molina, concejal del municipio de Distracción, se pronunció señalando que sí habría ocurrido un grave daño ecológico.

“Rechazo enérgica y rotundamente lo ocurrido hoy con nuestro preciado Río Ranchería, sea quien sea el culpable de este daño debe responder y que existan garantías de que esto no se va a repetir, porque se está atentando contra la fauna, la flora y se convertiría en un problema de salud pública. Ya fue restablecido el caudal, pero este daño tiene que ser castigado severamente”, resaltó Molina.

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Por su parte, Miguel Arteaga, habitante de Distracción denunció que sí se habría producido un impacto grave en el ecosistema y que la corporación ambiental debe tomar medidas para recuperar la cuenca. “Nunca en mi vida había visto al río Ranchería en esta condiciones. Cerrar las compuertas de esta brutal manera ha sido un acto irresponsable. Haciéndome responsable con lo que digo, yo califico esta maniobra de los es de la represa El Cercado sobre el río Ranchería como un acto terrorista en contra de nuestra fauna y nuestra flora. Considero además que estos macroproyectos están en la obligación de elaborar planes de contingencia desde su diseño previendo que se pueden presentar inconvenientes de tipo mecánico y solucionarlos sin generar pánico ni daños ambientales”, resaltó Arteaga.

Ante ello, Corpoguajira hizo un llamado a la comunidad a mantener la calma. “Es posible que se presenten descensos del caudal a medida que el río avanza en su curso natural hasta su desembocadura. Sin embargo, es importante señalar que se espera que estos descensos no tengan la misma intensidad que el ocurrido en las cercanías de la represa. Corpoguajira seguirá vigilando de manera constante la situación para garantizar la gestión sostenible del río Ranchería y la protección del entorno ambiental de su cuenca”, añadió la entidad ambiental.

Hace dieciocho años, en La Guajira, se inició la construcción del Proyecto Estratégico Multipropósito Río Ranchería, una ambiciosa apuesta para abastecer de agua a nueve municipios del departamento y llevar agua a más de 354.000 habitantes. Esa infraestructura también debía suministrar el líquido vital a gran escala para el riego de cultivos en 18.536 hectáreas y permitiría el funcionamiento de una central hidroeléctrica que llevaría energía a unas 3.000 viviendas.

Y aunque esa obra, de la que apenas se construyó una parte que es la represa El Cercado y unas líneas de conducción, costó 650.209 millones de pesos y su primera etapa fue culminada en el 2010, actualmente no cumple con ninguno de esos propósitos que deberían beneficiar a una población en la que cada año hay intensas sequías, escasez de alimentos, y en donde el desabastecimiento de agua genera crisis humanitarias.

Una investigación de la Contraloría General, conocida por este diario, documenta cómo esa obra –que debía ser desarrollada por el extinto Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder), liquidado por corrupción– actualmente es casi que un elefante blanco.

La auditoría al Incoder reveló cómo la primera fase de este proyecto, que se terminó en noviembre del 2010, alcanzó a construir la presa El Cercado y las líneas de conducción principal de los distritos de riego Ranchería y San Juan. Sin embargo, la megaobra está en una fase de transición en la que “su única función es regular el caudal del río, toda vez que no surte de agua a los acueductos y no se han construido los distritos de riego ni la central hidroeléctrica”.

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Las demoras en las obras han llevado a que aún no se puedan aprovechar los recursos hídricos del río Ranchería. La obra, además, ha generado nuevos gastos para poder conservarla mientras puede ser útil. Entre los años 2011 y 2016 se han firmado cinco contratos para garantizar la seguridad y la conservación de las instalaciones y sus equipos que han costado 34.217 millones de pesos, “para un proyecto que no cumple con los fines que perseguía la inversión realizada”, dice el informe.

Para la Contraloría, esos costos resultan preocupantes “si se tiene en cuenta que no existe certidumbre sobre la fecha de realización de las obras faltantes para completar el proyecto (fase II), por lo cual la denominada fase de transición puede prolongarse por un tiempo indefinido”.

EDWIN CAICEDO | REDACTOR MEDIOAMBIENTE
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