Los mapas de anomalías de l
luvias del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam)
mostraban, desde octubre del 2019, el déficit de lluvias en el todo el país. Sin embargo, no hubo mayor preocupación.Llegó la temporada de sequía, que se da entre enero y mediados de marzo, y según la directora del
Ideam, Yolanda González, se registraron condiciones extremadamente secas.
Tampoco hubo mayor alarma. Luego, en abril, conocido como el mes con mayor registro de lluvias, en el que llueve entre 300 y 400 milímetros en la región Andina, no cayó ni la mitad. ¿Qué pasó? Hablamos con la directora Yolanda González sobre el tema.
¿Desde cuándo se estaba presentando el déficit de lluvias?
Antes de octubre del 2019 se estaba previendo una primera temporada menos lluviosa del año con condiciones muy secas en casi todo el territorio nacional. Climatológicamente, los colombianos estamos acostumbrados a que en enero, febrero y mediados de marzo predominan el tiempo seco, poca lluvia y altas temperaturas durante el día, con heladas en las madrugadas. Sin embargo, nos caen algunos aguaceros. Eso no pasó en 2020, un año que entró con condiciones bastantes secas.
¿Qué pasó en esos primeros meses del año?
En febrero, en algunas regiones como la Caribe y la Orinoquia, las precipitaciones que normalmente se dan (pese a que es un mes seco) alcanzaron a reducirse en más del 60 por ciento. En marzo, que es cuando inicia la temporada de
lluvia (y que va hasta mediados de junio), se demoraron en llegar las precipitaciones.
¿Eso lo informó el Ideam?
El Ideam informó que esta temporada podía estar por debajo de lo normal, es decir, que normalmente llueve en gran parte del país con fuerza y permanente, pero esto no ocurrió en marzo. Tuvimos déficit en la región Caribe y norte de la Orinoquia, especialmente en el Vichada, Arauca y Casanare. En la región Andina llovió la mitad de lo que debía llover.
Mapa en el que se registra el défict de lluvias desde octubre de 2109 hasta abril de 2020. El color naranja representa el déficit de lluvias y el azul, las lluvias.
¿Y en abril?
Eso mismo nos pasó en abril, que es un mes en el que llueven entre 300 y 400 milímetros diarios en varios sectores de la región Andina; realmente no llovió ese volumen. Claramente ese déficit seguía muy acentuado en la región
Caribe.
Pero en mayo sí ha llovido en algunos sectores del país...
Los primeros 10 días de mayo estuvieron muy lluviosos en la región de la Orinoquia y en sectores de la Amazonia y región Pacífica. En la región Andina tuvimos algunas lluvias; sin embargo, durante cinco días predominó el tiempo seco. El día más lluvioso fue el 12 de mayo. Casi en todo el país llovió.
Entonces, en general, ¿cuánto dejó de llover?
En los índices de precipitación están indicando que hemos tenido algunos sectores con reducción de más del 70 por ciento (Caribe y sectores de la Orinoquia) y otros sectores de la región Andina con reducciones de casi 40-50 por ciento de lo acostumbrado.
En junio termina la temporada de lluvias, ¿qué pronóstico tienen para ese mes?
Para junio y julio seguiremos con precipitaciones por debajo de lo normal. Especialmente en la región Caribe (20-40 por ciento) y Andina (20 por ciento). Solo hasta julio esperamos que en la Orinoquia y en la
Amazonia podamos tener lluvias por encima de lo normal.
¿Esto se lo podemos atribuir a algún fenómeno o a la crisis climática?
Estamos viendo que las temporadas secas se están acentuando cada vez más. También nos damos cuenta de que los patrones de las lluvias están cambiando y se están demorando en llegar, eso nos pasó este año.
La variabilidad climática es un componente que nos está diciendo cómo nos pueden cambiar los patrones de las lluvias y por eso tenemos que monitorearlo, en parte por los microclimas que generan cambios. No podría decirle si es por la crisis climática, porque eso es otro componente que se está trabajando en el
planeta. Lo importante es que la gente esté muy pendiente de la predicción y con ello trabajen sus calendarios agrícolas, sectoriales, en torno a las variaciones del clima, y siempre tener en cuenta los eventos extremos.
Redacción Medioambiente