Las reliquias que reposan en la cruz del papa León XIV: restos de San Agustín y su madre Santa Mónica

Luego de que el pasado 8 de mayo de 2025, el humo blanco adornara el tejado de la Capilla Sixtina, anunciando la elección del cónclave sobre quién sería el sucesor del recién fallecido papa Francisco, el nuevo pontífice, Robert Francis Prevost Martínez, hizo su presentación al mundo apareciendo desde la Logia Central de la Basílica de San Pedro cargando en su pecho un particular símbolo: una cruz pectoral en la que reposan las reliquias de varios santos.

De acuerdo con Vatican News, se trata de un regalo que la Curia General Agustiniana quiso hacer a su hermano Prevost, hoy León XIV el día de su creación cardenal, el 30 de septiembre de 2023, y en el que se evocan figuras de santidad en la familia agustiniana que encarnan la fidelidad, la reforma, el servicio y el martirio. 

Según señalan desde este medio, en el centro de la cruz se encuentra una reliquia de San Agustín, el gran Padre de la Iglesia, Además del fragmento de los huesos del Obispo de Hipona, padre espiritual de la Orden de San Agustín, hay otras cuatro reliquias: de Santa Mónica, en la parte superior, de Santo Tomás de Villanueva, en el brazo izquierdo, del Beato Anselmo Polanco, en el brazo derecho, y del venerable Giuseppe Bartolomeo Menochio en la base. 

Estos fueron elegidos por el postulador general de la Orden Agustiniana, Josef Sciberras, quien recuerda para Vatican News que el entonces cardenal Prevost "se emocionó" cuando le entregaron la cruz pectoral, durante la celebración preparada para él en el refectorio del Colegio Internacional de Santa Mónica. 

"La víspera del Cónclave, el martes pasado, le envié un mensaje recomendándole que llevara la cruz que le habíamos regalado, para tener la protección de los santos Agustín y Mónica", le relató el padre Sciberras a Vatican News. "No estoy seguro de que lo usara por sugerencia mía, pero cuando vi que lo usó para el juramento y que lo conservó para mirar desde la Basílica Vaticana, prefiriéndolo a otros que podría haber elegido, me alegré mucho".

Según detallan desde Vatican News, el fragmento de los huesos del Obispo de Hipona en la cruz pectoral de León XIV quiere recordar también a la orden de San Agustín, que, fundada por la Sede Apostólica en 1244, asimiló progresivamente su ideal de vida.

Por su parte, señalan que la reliquia de Santa Mónica es también signo del vínculo de Agustín con su madre, mujer fuerte y tenaz que con sus lágrimas y su oración incansable obtuvo la conversión de su hijo. "Para la Orden Agustiniana, la figura de Mónica es inseparable de la experiencia de conversión y consagración de su hijo, fundamento de la espiritualidad agustiniana", indican.

En lo que concierne a Santo Tomás de Villanueva, se trata de un arzobispo de Valencia, que vivió entre los siglos XV y XVI y fue un reformador de la vida religiosa. "Es un modelo de pastor consumado para su rebaño, con olor a oveja, para utilizar la expresión tan querida del Papa Francisco", le explicó a Vatican News el padre Sciberras.

Por su parte, el beato Anselmo Polanco, obispo de Teruel, mártir de la persecución religiosa en España (1936-1939), fue el pastor que dio su vida hasta el final por las almas que le fueron confiadas. "Mientras quede una sola alma de mi diócesis, me quedaré", afirmó. Y permaneció fiel a su pueblo y al Papa, fusilado por su testimonio de fe y por la fuerza de su palabra evangélica, dice en los medios vaticanos.

Por último, Giuseppe Bartolomeo Menochio, obispo de Porfirio y prefecto del Sagrario Apostólico, sacristán papal desde 1800, sirvió con valentía a la Iglesia durante la tormenta napoleónica, manteniéndose firme en la fe y fiel también al Papa incluso en los momentos más difíciles, dice Vatican News. En 1991 Juan Pablo II reconoció el heroísmo de sus virtudes. Representa al pastor curial, es el único obispo que no quiso jurar fidelidad a Napoleón y que se gastó totalmente por el pueblo romano.

REDACCIÓN VIDA DE HOY