Los picos glicémicos se refieren a los incrementos súbitos y significativos en los niveles de glucosa en sangre, luego de consumir alimentos con alto contenido de carbohidratos. La glucosa, el principal azúcar en la sangre, sirve como la principal fuente de energía para el cuerpo humano.
Cuando una persona ingiere carbohidratos, especialmente aquellos que se descomponen rápidamente como los azúcares simples o los alimentos procesados, estos se convierten en glucosa en el organismo. La glucosa se libera al torrente sanguíneo, lo que genera un aumento en los niveles de azúcar en la sangre, conocido como glicemia.
La insulina, una hormona producida por el páncreas, desempeña un rol fundamental en la regulación de los niveles de glucosa en sangre. Ante un aumento en los niveles de glucosa, el páncreas libera insulina, que facilita la entrada de la glucosa a las células para su uso como energía o para ser almacenada. Además, la insulina ayuda a reducir los niveles de glucosa en sangre al promover su absorción por parte de los tejidos corporales.
Las caries dentales son una de las consecuencias más comunes del consumo excesivo de dulces debido a la proliferación de bacterias en la boca alimentadas por el azúcar. Foto:iStock
Consumir carbohidratos en exceso o de manera rápida puede ocasionar un incremento brusco en los niveles de glucosa en sangre, dando lugar a picos glicémicos. Estos picos pueden ser problemáticos para algunas personas, especialmente aquellas con diabetes o resistencia a la insulina, ya que el cuerpo puede tener dificultades para regular los niveles de azúcar en la sangre.
Experimentar repetidamente estos picos puede contribuir al desarrollo de resistencia a la insulina, un factor de riesgo para la diabetes tipo 2. La resistencia a la insulina dificulta que las células respondan a esta hormona, lo que resulta en niveles elevados de glucosa en sangre.
Además, después de un pico glicémico, es común experimentar una rápida caída en los niveles de glucosa en sangre, lo que puede generar fatiga, falta de energía y un ciclo de altibajos en la energía a lo largo del día.
Otro aspecto es que los picos glicémicos pueden contribuir al aumento del almacenamiento de grasa. Grandes liberaciones de insulina, que ocurren en respuesta a estos picos, pueden promover el almacenamiento de grasa a largo plazo, contribuyendo así al aumento de peso y problemas asociados con la obesidad.
El doctor Patricio Romero Matus, médico Cirujano con especialidad en Pediatría y egresado de la Universidad de Chile (UCH), explica para el canal TopDoctors Latam que
la resistencia a la insulina y la obesidad tiene una relación muy estrecha.
"Los pacientes que van aumentando de peso a medida que pasa el tiempo, van haciendo acumulación de grasa. Esta grasa, que se acumula en la zona abdominal, impide que la insulina haga bien su trabajo que es guardar carbohidratos dentro de las células. Este efecto va siendo que sea más dificultoso su trabajo, por lo tanto, se produce una resistencia", explica.
Para evitar picos glicémicos, se recomienda consumir carbohidratos complejos, como granos enteros, vegetales y legumbres, ya que se digieren más lentamente. Esto ayuda a mantener niveles de glucosa más estables en la sangre y puede prevenir fluctuaciones abruptas en los niveles de azúcar.
Combinar carbohidratos con proteínas y grasas saludables también puede ayudar a disminuir la velocidad de absorción de glucosa en el cuerpo, contribuyendo así a evitar picos glicémicos.
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